amor, amistad y asesinato. capitulo 3

Soy Santiago, tu compañero de clases. Déjame ayudarte Elena – mientras la levanta y la lleva hacia la salida
- Si ya me acuerdo. ¿qué haces aquí?- con lo dice poca fuerza.

- Isabel me pidió que le ayude con algo y vine, escuche tus gritos así que abrí la puerta.

- ¿Cómo la abriste si estaba asegurada?

- Eso no importa pronto te sentirás mejor.

- ¿Dónde está?

- Salió, fue a ver algo, quieres tomar agua para calmarte

- Gracias Santiago- responde con voz baja y mirada triste.

La mira fijamente, ella se empieza a sentir diferente, débil y con sueño, él se le acerca coloca la mano de Elena en su hombro la lleva hacia la habitación y la recuesta en la cama, la desviste, y lentamente besa su cuerpo, ella se resiste pero es imposible, su vista se distorsiona, él sigue tocando el cuerpo de Elena, y en ese momento ella pierde el conocimiento. Esa noche Elena perdió su inocencia, su ingenuidad fue arrebata por aquel hombre, con ojos marrones y cabello negro. Isabel entra con una cámara fotográfica, se mueve por toda la habitación, elige los mejores ángulos y suena clic y las luces cubren el cuerpo de Santiago y Elena.

- Listo tomaste suficientes fotografías - mientras se viste.

- Claro Santiago, con esto ella no será capaz de ir a decirle a nadie lo que le hice, esta mujercita está en mis manos.

- Hice lo que me pediste, va a estar conmigo, como lo prometiste.

- Sí.

Los dos se besan sellando así un trato diabólico contra Elena.

Santiago se enamoró de Isabel desde el momento que la vio, él no hacía nada para disimular su amor. Ella le ofreció un trato aprovechándose de los sentimientos de Santiago. Le propuso que si él lograba acostarse con Elena y tomarse fotos con ella, Isabel se acostaría con él.

- Todo esto lo hago porque te amo - lo dice mientras acerca su rostro hacia el de Isabel intentando besarle.

- Claro, ya me dijiste, pero, como te lo dije la última vez, al único que amo es a Alejandro - mientras esquiva su beso.

- Ahora me voy, tengo varias cosas que hacer… A si cuando se despierte le dices que fue fantástico estar con ella - lo dice con una sonrisa.

Cuando Elena despierta lo único que recuerda son fragmentos, se levanta de la cama, se viste y rápidamente se marcha. Camina despacio por las calles oscuras, las sombras vigilan sus pasos, por su cabeza pasan varias ideas de lo que le sucedió, pero trata de apagar esos pensamientos. Sin darse cuanta llega a su casa pero no tiene deseos de entrar así que se marcha a casa de Alejandro. Cuando está ahí toca fuertemente la puerta y sale unas de las amas de llaves, ella le hace pasar y sube a busca a Alejandro, al escuchar que Elena se encuentra en la sala, baja rápidamente.

- ¿Qué haces aquí a esta hora?

- Perdón, pero no tenía a donde ir puedo pasar la noche aquí.

- Si, esta es como tu casa ya lo sabes - con mirada confusa.

- Te pasa algo

- No…- le responde con voz suave y mirada vacía.

- Te ves cansada te llevaré a mi habitación - tomando su mano para levantarla.

- ¡No quiero!, prefiero dormir en la sala - soltando bruscamente la mano de Alejandro.

- Qué demonios pasa, primero vienes asustada y luego no dejas que te toque - en ese instante la toma de los hombros e intenta mirar sus ojos, pero ella esquiva el contacto.

- Por favor, suéltame.

- Algo te paso, pero no quieres decirme, debe ser grave te conozco bien.

- No me paso nada, solo que tuve una pelea con mi madre.

- Espero que sea cierto vamos, muévete tenemos clases mañana.

En la habitación Elena no deja de pensar en lo que le sucedió en casa de Isabel, cada vez que Alejandro trata de tocarla ella esquiva sus manos, él comienza a sospechar así que le propone algo que la sorprende.

- Es hora de dormir, tú y yo dormiremos juntos.

- No, eso es incorrecto

- Nada malo va a pasar, solo dormiremos, te miro un poco temerosa, yo solo te haré compañía - sentándola en su cama y recostándola.

Él la abriga y se recuesta a su lado. Ella espera hasta que se duerma y toma una almohada la muerde y las lágrimas empiezan a caer. Cada vez que duerme vienen imágenes de Santiago sobre ella, siente sus manos y su respiración. Ella intenta escapar pero no puede, él es más fuerte, en ese instante se despierta gritando. Alejandro coloca la cabeza de Elena es su pecho e intenta calmarla, no le dice ninguna palabra lo único que hace es acariciar su cabello hasta que vuelva a dormir.

A la mañana siguiente



- Ahora si me dirás que te pasa

- Ya te dije fue una pelea fuerte con mi madre

- Sabes me canse de preguntarte, toma esto y cámbiate y también báñate tienes un olor a colonia barata que no soporto.

En la ducha toca su cuerpo con odio, aruña su espalda, siente tanta vergüenza que no se atreve a decirle a nadie lo que le paso. Teme ir a la escuela, no quiero toparse con los responsables de sus pesadillas.

Al salir de la ducha mira que tiene 2 mensajes, en uno de los mensajes hay fotos comprometedoras de ella y Santiago y en el otro:



Hola, si dices algo de lo que paso ayer envió las fotos a toda la escuela y a tus padres para que miren la mujerzuela que tienen como hija y sabes lo que Alejandro pensara de su amiguita, que es una fácil que se acuesta con el primero que conoce, yo me encargaré de que todos crean eso, así que mantén tu boca cerrada.



Palidece y entiende que está en manos de esa víbora. Cierra la puerta con seguro y se sienta mirándose al espejo.

- Ellos pagaran por lo que me hicieron los haré sufrir, tanto que me suplicaran de rodillas que los deje, desde este momento la niña buena se murió - lo dice sonriéndole a su reflejo en el espejo.

Después de clases Isabel y Elena se encuentran en el bosque.

- Quiero que te alejes de Alejandro

- Lo haré, pero él sospechara de mi cambio repentino así que tienes que hacer que no me busque, ni me llame.

- Claro, yo me encargaré de que él no te vuelva buscar.

- Entonces me marcho - acercándose a Isabel y con su mano tocando su mejilla.

Isabel se sorprende por la forma en que Elena se va sin embargo no le importa y se marcha a casa de Alejandro. Cuando llega lo besa, le enseña las fotos de Elena y Santiago.

- Mira bien a tu amiga, es una cualquiera

- No puedo creerlo, ella no es así - lo dice con tono furioso.

En ese momento sale apresurado de su casa conduciendo su auto. Se detiene en casa de Elena y golpea la puerta, Elena abre la puerta.

- Alejandro…

- ¡Ahora me vas a explicar que hay entre Santiago y tú!- coloca su mano en su cuello

- Suéltame me lastimas

- Dime, ¿qué paso anoche? – soltándola

- Me preguntas algo que ya sabes.

- Ahora entiendo porque llegaste así, tu madre se enteró y te echo de tu casa…y ese olor a colonia era de él.

- Si te cuento la verdad no me creerás y no deseo que lo sepas

- Cuál es según tú la verdad… Que decidiste estar con él. Eres una p…

- Cuida tus palabras porque puedes arrepentirte. Sabes mejores vete de mi casa no deseo verte.

- Me iré, pero no me busque más esta amistad se termina ahora.