al paso de las cuadras

Invitado

al paso de las cuadras

(Cuentos brujicos para mi Marciano)

Alguna vez dijeron que hacían salchichas de perro en la carnicería de la esquina, que el dueño salía a buscar atropellados en la carretera, que muchas veces cuando el pobre animal había sido cercenado por horda de autos en vuelo, en vuelo de llantas y desenfreno, tenia mas carne que comprando vacas, las vacas tienen huesos más grandes y por lo tanto menos carne, y es que daba miedo pensar que tal vez alguna de esas tantas, cuando mamá compro salchichas seguro nos comimos a Paquito, mi gato (seguro también de gato) el que se fue una tarde a conocer ratones que no fueran del techo de mi casa.

Las carnicerías como esa tienen un color opalino y un olor a muerte tasada y libreada, los carniceros son hombres gordos y de manos rechonchas, dedos salchichas, nariz de pera de boxeo, ojos saltones y fríos, fríos de ver tanta muerte cortada en pedacitos.

Todas las mañanas debía contener la respiración y pasar corriendo para evitar que me ladren los embutidos, para evitar que el carnicero me vea la cara de perro que tengo en la mañana, por la misma dosis de leche y pan que nos toca para sostener el estomago en las clases, y a ver de lado y lado las calles para que no me estampen en el suelo y como ando de huesos finos también tenga más carne, y mi mamá vaya y me compre por libras para la cena.

El carnicero siempre abre a las seis y media, yo siempre paso cuarto para las siete, dos minutos antes de que salga a poner el rótulo de la especialidad de perro que había embutido, hasta que un día vi una cola, me asuste porque pensé que era una boa bebe saliendo del huevo, por la babosa y pelada, no se di un gran brinco de rayuela improvisada, y termine a un paso de salirme de la banqueta, pero me venció el cuerpo y me rompí la cabeza.

El viejo carnicero me debe haber ayudado o algo así, porque desperté entre medios cuerpos, muchos medios cuerpos de animales, la cabeza me dolía mucho, antes, no me convirtió en salchicha porque mi mamá ya estaba ahí, dándole las gracias.

No es que sea desconfiado, pero estoy seguro que todas las almas de los perros muertos fueron por mi madre.

Y eso que no hablo de la siguiente cuadra, ahí hay una pescadería…

Invitado

¡Muy bueno!
Es difícil narrar desde el personaje cuando no se parece a nosotros, ponerse en la mente otra edad u otro sexo. El cuento está bien llevado justamente porque el personaje, el narrador protagonista, es creíble.
Me gustó mucho. Saludos.

Tema: Re: al paso de las cuadras Vie Dic 14, 2012 12:05 pm

GENIAL,Y ARECE QUE EN TODOS LOS BARRIOS HAY UNA CANICERIA ASI, JA TAMBIEN CREO QUE LADRAN O RELINCHAN LAS SALCHICAS
EXCELENTE ,ME ENCANTO EL CUENTO Y LO CONTASTA TAMBIEN QUE ME HALLE AHI

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El amistad mejora la felicidad y disminuye la tristeza, porque a través del amistad, se duplican las alegrías y se dividen los problemas.

Mateo

Tema: Re: al paso de las cuadras Vie Dic 14, 2012 12:43 pm

¡Aaaaah, admirable amiga, un relato como sólo tú puedes hacerlo!
Mientras leía tuve sentimientos encontrados. Todavía a mi mente le cuesta digerir que tengamos que matar a otros seres para vivir, pero solté la la risa con eso " debía contener la respiración y pasar corriendo para evitar que me ladren los embutidos,".
Tampoco soporto el olor de las carnicerías, a las que evito entrar, a menos que mi "jefa" me lo ordene. Me recuerdan las morgues, donde debía presenciar las autopsias médico legales; claro, entonces "corría la cortina" y me aguantaba por obligación.
Felicitaciones, un cuento difícil de escribir.
Jaime

Invitado

Excelente, amiga Gara. Muy buen relato. Saludos,
José

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