UN PASO AL INFIERNO

Compré esta casa después de mucho buscar, hasta que por fin me decidí. No era lujosa, sin embargo, cumplía con mis pretensiones. Amplia, con un buen diseño arquitectónico, en un barrio tranquilo y cerca de mis afectos. Así que me instalé, a pesar de algunos arreglos que tendría que hacerle para que quedara finalmente a mi gusto.

A poco de vivir allí descubrí que las instalaciones de agua, gas y luz eléctrica estaban en malas condiciones, entonces resolví que serían la prioridad en mis planes de refacción.
Contraté un plomero gasista y un electricista para tales fines, sin sospechar que me metía en un infierno.

Todo comenzó una mañana en la oficina cuando…Che González tenés teléfono.
- Gracias ¿quien es?
- ¿No se?
- Hola ¿quien es?
- ¿El señor González es usted?
- Si ¿con quien tengo el gusto de hablar?
- Con el Oficial Principal Castro de homicidios. Señor va a tener que molestarse por la comisaría Morón 2° con urgencia.
El policía no me dio más explicaciones y salí del trabajo con la preocupación y la incógnita lógica del caso.
Al llegar, me informaron sobre la muerte del plomero-gasista en mi domicilio. El hombre era el tercer día que trabajaba cambiando los caños de agua y le había dejado la llave para que se moviera con libertad mientras esperaba mi regreso.
Muerte por estrangulamiento dictaminó el forense.
El plomero tenía unos cuarenta años, 1,90 metros de altura y 100 kilos de peso. Quien lo hubiese asesinado era alguien muy fuerte, según vecinos oyeron ruidos y gritos de auxilio por un corto tiempo y luego silencio. Fue entonces que alguien se animó a mirar por la ventana, vio el cuerpo en el living y llamó a la policía.
En el bolsillo del muerto encontraron mi nombre, el teléfono de la oficina y así me ubicaron.

Después de tres días instalado en la casa de mis padres y requerido por mi abogado y la justicia, regresé.
Esa noche no fue nada fácil dormir, tenía la impresión de ver el cadáver tirado en el living y sentía ruidos por todos lados.

Me preguntaba ¿quien mataría de esa manera a un hombre de semejante talla?
Pasó un año de idas y venidas en la investigación sin resultados.

Una empresa dedicada a la instalación domiciliaria de agua y gas terminó el trabajo rápidamente con cinco personas y contraté un electricista para terminar con el proyecto inicial.

Me daba intranquilidad dejarle la llave por lo acontecido anteriormente sin embargo, no tuve otra opción.

Unos días más tarde, casi terminada la tarea de poner la instalación eléctrica en condiciones, la policía se presentó en la oficina con una orden de detención.
Al electricista lo habían asesinado del mismo modo y su cuerpo yacía sin vida en mi casa.
Estuve detenido durante dos años, procesado y sin condena por los crímenes que finalmente no pudieron probar.

Hoy llevo un año en este neuropsiquiátrico sin que nadie crea, que vi como los cables salían por la boca de luz del cielorraso y trataron de estrangularme.

Me ha recordado al capítulo de Los Simpson de la casa "encantada", que creo está basado en un relato de Matheson. No está nada mal, pero hay muchas faltas...

Un saludo de Samuel.

Genial Ricardo, no me cambio de casa nunca jajajajaj, que miedoooo!!!