EL MUNDO DEL POETA

No todo en los poetas es dolor. Otros, somos positivos y nos deleitan y alegran todos los aspectos de la naturaleza: amor, flores, paisajes, hogar, madres, hijos, niños, amigos. Otros abarcamos el barroquismo preciosista que pone tintes de oro y ribetes de lirios en los poemas. Como Antonio Montalvo y Una muchacha en el baño:

Gaviota jubilosa que va arrancar el vuelo,
con los brazos en alto,
tenso el cuerpo vibrante,
mira en rosas azules temblar el agua pura,
ojos faunales punzan la floral escultura
y ellas sienten mordida su carne palpitante
por la revuelta ronda de los vientos en celo.

Existen poetas que expresan no solamente lo que piensan, si no cómo lo piensan, traen el verbo armónico echando jugos que parecen perfumes, o vertiendo sabia sobrecargada de vida bulliciosa. Así tenemos a Aquiles Nazoa, Neruda, Andrés Eloy Blanco, Raúl Andrade, González Suárez, Jorge Carrera Andrade, Mistral, Juan de Ibarborán, entre otros.

La diversidad de sentimientos que experimenta un poeta se despliega como los pétalos de una flor o los colores del arco iris y si existe la reencarnación , de seguro, le gustaría experimentar este fenómeno en otro poeta para seguir disfrutando de esa gama que lo sublimiza, desnuda, exterioriza y eterniza.


TRINA LEÉ DE HIDALGO



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