La Fiesta

En un claro, en medio de la frondosa vegetación de aquel bosque al pie de las montañas, esa tarde reinaban el baile, la risa y la celebración. Los gnomos danzaban en círculos, dando saltitos a gran velocidad. Los duendes jugaban a las escondidas, riendo contínua y contagiosamente, mientras corrían a ocultarse por todos lados. Las hadas más jóvenes cantaban melodiosas baladas agrupadas bajo un gran roble, en un coro celestial. Y las hadas madrinas estaban muy ocupadas sirviendo comida y bebida a todos los asistentes a la gran fiesta, habitantes de aquel vergel.

Se respiraba una completa cordialidad y ánimo de festejo. Aquella comunidad no conocía el egoísmo, la envidia o la competencia. Nadie tenía que sobresalir, pués absolutamente todo se compartía en forma ecuánime y cada uno cumplía una tarea indispensable para sí mismo y los demás.

De repente se escuchó un agudo silvido proveniente de las copas más altas de los árboles. En apenas unos instantes, el montaje de aquella celebración fue eficaz y prolijamente desbaratado. Los festejantes desaparecieron, mimetizándose en la espesura cercana. Ningún rastro indicaba que allí había tenido lugar una fiesta.

Un momento después, los dos caminantes aventureros aparecieron por uno de los bordes del claro. Se veían ansiosos y agotados. Contemplaron el lugar con sorpresa y satisfacción. Al instante pudieron percibir una profunda sensación de paz. Dejaron caer allí mismo sus mochilas con un hondo suspiro y decidieron unánimemente poner fin a la jornada para acampar.

ey se de alguien que sabe de un descanso asi.
Muy bueno,con mucha magia.

A que yo se quien es...??? Jaja... Muchas gracias por tu visita y comentario, amigo Ciudadano. Un abrazo,
Jose

Creo que la fiesta dejo dulces en el aire, nada mas me preguntaba que travesuras les harian a los vistantes en la noche.
saludos
k

Hummm..., eso queda para la buena imaginacion de los lectores, Gara. Muchas gracias por tu paso y tu comentario, amiga. Saludos,
Jose

Es una “fiesta leerte”
Tarquino

Muchas gracias Tarquino. Es muy grato verte por aca. Un saludo afectuoso,
Jose

Bien escrito aunque se quedó un poco corto.
Bravo

Si José, este es sólo uno de una trilogía de cuentos cortos para un certamen sobre temas relacionados al bosque, y una de las cláusulas para participar era que los cuentos rondaran las 200 palabras solamente. Gracias por tu lectura y comentario, amigo. Un saludo,
José (Fobio)

Pues para mi fue preciso,justo en su medida...y reite si queres,pero si algun día conoces el claro de mi monte,sentiras esa sensación de paz,sentiras las miradas picaras de vaya a saber que..pero sobre todo,te quedaras allí ,sentado,con esa pachorra que solo la magia de las hadas pueden despertar en uno.

Fantasía o no...quizas conozcas de esas fiestas.

Que las hadas te acompañen.


uf me encanto

Me alegra que te haya gustado, Cynthia. Cuando lo escribí creo que pensé un poco en el bosque del Cerro. Siempre es motivo de placer recibir tus visitas y comentarios, querida amiga. Miles de besos,
José