LA FIESTA BRAVA

Hemos escuchado, cuando se habla de los toros, las palabras, arte, inspiración, alegría, garbo, valor, precisión.
Realmente es una arte...de la tortura.
En las corridas de toros nada es genuino...miento...si hay algo muy genuino...el dolor del pobre toro.

Veinticuatro horas antes de la faena artística, se encierra al noble animal en total oscuridad, De golpe es abierta la puerta por donde hace su aparición ante un público histérico sediento de sangre. El pobre toro enceguecido por la luz solar y aterrorizado por la gritería de los fanáticos en las graderías trata de huir y muchas veces salta por encima de la barrera dando la impresión de ser un animal salvaje queriendo agredir al indefenso público. Pero él sólo está tratando de alejarse pues su naturaleza no es la de atacar sino de huir.
Pero antes de esto ya le han recortado la parte nerviosa de los cachos. Le han amarrado pesadas bolsas de arena en el cuello para cansarlo. Le han golpeado los testículos brutalmente y los riñones. Le han dado sulfatos en el agua para provocarle diarreas debilitantes. Le han untado grasa en los ojos para empañar su visión. Le han echado en las pezuñas acidos para que se mantenga en movimiento y se rasque en la arena dando la impresión de ferocidad.
Si el torero se da cuenta de que está corriendo algún peligro, pues los miserables van a la fija, ordenan al picador para que desangre al toro clavándole una pica en el lomo, destrozándole músculos, nervios y vasos sanguineos. Para que la hemorragia causada por la pica no pare, le clavan las banderillas, las cuales al moverse a lado y lado le causan gran dolor al animal. Si el toro se mantiene erguido se le clava una pica de castigo de nueve centímetros. Cuando el toro está en este estado lastimero, entra orondo el matador con una enorme espada que le destroza el higado, los pulmones y la pleura, cuando no una gran arteria . El toro comienza a agonizador ahogado por su propia sangre, Si no quiere morir se le descabella, que no es más que trozarle la columna vertebral, quedando paralizado desde ese punto, pero vivo. Finalmente es llevado, arrastrado por varios caballos hacia la carnicería en donde es fraccionado aún vivo.

"Y de repente el toro miró hacia mi. Con la inocencia de todos los animales reflejada en sus ojos, pero también con una imploración. Era la querella contra la injusticia inexplicable, la súplica frente a la horrenda crueldad". Testimonio de un torero.

Lenys escribió:

Ufff amigo me ha conmovido grandemente este relato. Siempre he estado en contra de las corridas de toros, porque me parece que es sadísmo, tanto de los toreros como del público, pero no conocía a detalle los actos despiadados que nos has nombrado..¡Cuánta crueldad la del hombre Dios mío!. En una oportunidad asistí por casualidad a una coleada de toros, y éste se tiró al piso y no se quería levantar...pues un hombre se le ha acercado y le ha metido los dedos en los ojos para hacerlo levantar. Me enardecí tanto, que le dije a él, al cleador y los que estaban cerca, hasta del mal que iban a morir. Y ahora que me entero de esto pues que se aguante aquel que se le ocurra hablarme de lo hermoso de "La Fiesta Brava".

Gracias por compartirlo. Besos.

Espero algún día golpearle los testículos al maestro Cesar Rincón, gloria nacional colombiana.

Alguna vez asistí a una corrida de toros. El asiento que me tocó estaba casi en primera fila y cuando mataron al toro, muy cerca de mi, casi en mis narices, percibí hasta el olor a la sangre. Sentí tal impotencia y tristeza, sentí tanto asco de ver el espectáculo al cual habia sido invitada casi de honor. Por supuesto jamas me quedaron deseos de volver a ver este sufrimiento y el torero y todos saltando en la gradería y pidiendo galardón para el asesino.

Ethel Saavedra Garcia escribió:

Alguna vez asistí a una corrida de toros. El asiento que me tocó estaba casi en primera fila y cuando mataron al toro, muy cerca de mi, casi en mis narices, percibí hasta el olor a la sangre. Sentí tal impotencia y tristeza, sentí tanto asco de ver el espectáculo al cual habia sido invitada casi de honor. Por supuesto jamas me quedaron deseos de volver a ver este sufrimiento y el torero y todos saltando en la gradería y pidiendo galardón para el asesino.

Hagamosle la guerra...

En Cali hay un grupo grande que cada diciembre se opone, pero ya tu sabes que donde hay dinero y gente de dedo parado que le gusta este espectáculo, es imposible..
Andres, mi sobrino es encarnizado participando en todo lo que se oponga a esto.