DESTACADOLas mascotas de LetrasAeropuerto Internacional de Carrasco (Uruguay):
Hacia las 8 de la mañana desde la sala de espera se escucha una voz femenina anunciando el vuelo del avión con destino a Santiago de Chile.
Muy orgullosa y maja llega Cinti hasta la sala de espera y de la mano pende una cuerda larga de varios collares con diferentes dueños: una gata Blanca llorando porque dejaron a sus hijitos lejos de este fantástico vuelo y viaje de recreación. De vez en cuando el gato Gris enjugaba sus lágrimas para consolarla. Mientras un gato negro llamado Simón daba vueltas y movía su cola en señal de tranquilidad esperando cazar algún ratón que psara pasar delante de él. No le importa la escena de Blanca y Gris… ya ni siquiera recuerda que de pequeño según su dueña era el más feo que ella vio. Muy meloso recuerda que en su interior lleva una pantera… CONCHI una perrita de 20 cm de alto ladra fuertemente y asusta a todos en la sala de espera, mientras Cinti dice:
—Por favor señor quítese de aquí que a ella le encanta sus tobillos—y el señor huyó despavorido.
De pronto se escucha un Kikiriki…. Todas las personas voltean a ver a la dueña de las mascotas mientras ésta le llama la atención y le recuerda que ya son las 8 de la mañana y que no es tiempo de Kikirikis…
—Compórtate que estamos en un aeropuerto de mucha altura— A Pepe esto lo deja sin cuidado y le muestra sus espuelas, mientras su dueña piensa si será que la está confundiendo con su harem (tres gallinas, dos pollitas y dos pichones de gallo).
—Por lo visto se cree el rey del lugar— piensa Cinti mientras siente que la cuerda la mueven y observa que el gato Bebe está enredado con la perrita Negra, están inquietos porque dejaron a Pocotardo en casa.
De pronto llega el momento de subir al avión. Cinti marca por el celular para dar aviso que ya pronto estará llegando al Aeropuerto de Santiago de Chile, pero se le olvida en el momento dar el nombre completo y la voz masculina le recuerda: Comodoro Arturo Merino Benítez,
—ufff… Bueno para ya voy—
—No te preocupes que ya tomaré el taxi y estaré justo a la hora indicada— le contestó la voz.
Mientras en Chile, el taxista mira al pasajero con cara de asombro mientras Nach con mucha resolución le da la orden a la políglota Michelle seguido de un gato sin nombre y al ver que este no le hace caso a su dueño, el taxista le sugiere llamarlo Chacarron. Este de una pereza increíble mientras Patusán lo empuja muy afanado pensando que lo van a dejar por fuera del paseo. El taxista sigue observando y le pregunta al inquieto pasajero que no sabe que hacer:
—Hacia donde se dirige? Nach le contesta voy con mis “bellosus animalis” al aeropuerto Internacional.
—¿Lo conoce, cierto?—dice Nach, estirando su cuello en alto con orgullo.
El taxista baja la cabeza en señal de silencio…
Minutos después llega Cinti con su mascoterío y le da un beso en la mejilla a Nach, mientras los hijos míos y los tuyos se conocen mejor…
Una voz femenina los saca de estos momentos y dice:
—Pasajeros con destino a Lima, tomar su asiento en el avión KJ302—
—Vamos, vamos, pero con cuidado no nos vamos a enredar en medio de tantos collares.
—Si, por supuesto, tendré cuidado, dice Nach—
Horas después se escucha en el avión un mensaje de la azafata que dice: Están ustedes prestos a aterrizar en el Aeropuerto Jorge Chávez ubicado en la ciudad de Lima, Perú.
En la sala de espera los dos personajes observan hacia todos los lados, Cinti dice:
—Mira alcanzo a ver una cinta amarilla, o será que estoy viendo un patito?—
—Nach inquieto dice: Nooo, es que es una cinta amarilla que trae Ébano—
— ¿Dónde está?— en medio de tanta gente y el aeropuerto tan chico no veo nada…
— ¡Hola!— dice una voz femenina y muy dulce.
Voltean su cara y ven a Day mientras que entre las piernas, Cinti siente que hay una trompa olfateándola.
—Ya va a despegar el vuelo, apurémonos—
—Si, si—dice Nacho mientras Cinty empuja todo el mascoterío hacia adelante, Pepe rezonga de nuevo, Chacarron sigue con pereza y se enreda a propósito con Blanca mientras Gris dice Miauuu…
El piloto les anuncia que están ingresando a la República de Colombia y que por circunstancias ajenas a su voluntad no podrá hacer escala en el Aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón de la ciudad de Cali.
Cinti, Nach y Day se miran con asombro y piensan que no podrán entonces conocer a Puca. Day llora, mientras Cinti piensa en la mamá de los pollitos. Nach está sorprendido.
—No puede ser— Demandaré a esta línea, qué pena contigo Day que sea de origen peruano.
Hasta el mascoterio se puso triste, Ebano pensaba en Puca y Pepe asombrosamente dijo Kikiriki mientras Cinti supo que era de tristeza.
—Señores pasajeros: por favor amarrarse los cinturones que vamos a aterrizar en el Aeropuerto Internacional El Dorado en la ciudad de Bogotá. —
Los tres pasajeros estaban tristes pero algo tenían que hacer, no podrían continuar con el destino final sin las dos pasajeras residentes en la ciudad de Cali. Mientras por su mente de poetas les bajaba la inspiración, escucharon una voz suave en medio de ellos. Miraron y vieron a una hermosa jovencita cara de ángel con su perrito el tiernucho Titán que los miraba fijamente por si algún movimiento hacían contra su ama… Los tres pasajeros observaban con mucho cuidado a Titán, Pepe creyó confundirlo con una de sus gallinas mientras Titán le dijo:
—A mi me respetas que te puedo morder una pata—
Mientras tanto Cinti y Day le comentaban Carita feliz que la mamá de los pollitos y Puca se quedaron en el aeropuerto de Cali. Ella movió su varita mágica y de pronto ¡zuas!. Eth y Puca aparecieron de repente…
–¿Que creían que se quedarían ahí?—dijo sonriente Carita feliz.
Todos se abrazaron y lloraron de alegría. Mientras el mascoterio se reconocía con Puca, esta miraba fijamente a Titán por el espacio que quedaba entre sus gafas… Mientras Ébano trataba de quitarle las gafas para mirarla bien a los ojos, pero ella atenta miraba a su ama para ver si le daba permiso o no.
—Y ahora falta completar la obra—, dijo Carita feliz y moviendo la nariz apareció ante ellos una bolsa y K9…
—Que hay en esa bolsa?— dijo Nach…
—Ja, ja, no podía faltar el ratoncito de Di con sus gafitas y bigote. K9 no podía faltar a pesar que Sil no pudo venir—, dijo Carita feliz
—Atención pasajeros, su atención por favor, está listo a despegar el avión que los llevará a Caracas, por favor pasen al corredor No. 6…
Estaban muy contentos todos y en medio de miau, miau, guau, guau, kikiriki, bla, bla, bla, cuando de pronto se movió un poquito el avión y reinó el silencio. Solamente Titán no se dio cuenta del movimiento porque estaba en posición de meditación.
Una voz femenina dijo:
—Señores amárrense los cinturones que estamos prontos a aterrizar en el Aeropuerto de Caracas Oscar Machado Zuloaga—
—Qué sorpresa le vamos a dar a nuestra amiga, ni siquiera lo sospecha— dijo Day
—A ella no le gustan los gatos, ¿entonces que irá a suceder?— dijo Nach
—Uyyy y bien grandota que es, dijo Nach y corroboró Eth quien estaba muy callada después de tanto parlanchinar con Cinti… No hubo tela más para cortar porque habían llegado ya a su destino, además guardarían para compartir don Len.
Cinti tomó el celular e hizo una llamada a Len y ésta muy asombrada y contenta le dijo:
—Esta si que es una sorpresa, ya salgo para allá— y empezó a llorar de alegría.
Day, Eth, Lore y Nach estaban asustados y no sabían que hacer mientras Cinti dijo:
—A esto ¡le pongo el pecho yo!—
De inmediato llegó Len al aeropuerto mientras el mascoterío estaba todo quieto presintiendo lo que iba a ocurrir, estaban todos en un rincón en el andén del aeropuerto…
Besos, lágrimas iban y venían… De pronto a Carita de Ángel se le ocurrió una idea y la comunicó a Eth quien estuvo de acuerdo: Harían desaparecer a las mascotas y las volverían a restaurar en el lugar de residencia de Len, ya no podría decir nada, pero ¡oh! sorpresa se llevaron cuando se bajaron del taxi:
Al lado del sitio de residencia de Len había una construcción bastante irregular, la venezolana dijo con su acento
— ¿Oye, y eto que es?—
Se acercaron y vieron un letrero muy grande en la construcción que decía: “esta es el Arca de Noé”, regalo de Di…
Jaja, ja… empezaron a aparecer todas las mascotas y muy felices entraron a ella mientras Len sacaba colchonetas para instalar a las personas.
Entre ellas se decían: “La entendemos, le tiene miedo a las pulgas y a las garrapatas”...
Y pasaron 8 días en medio de festín, comida, guau, guau, kikikiki, miau, miau, mientras en coro las visitantes y Len cantaban con copas en la mano: Este es el algomas más grande que existe… !Que viva!....
Fin