UN PUEBLO LLAMADO ETERNIDAD

Hacía tiempo que había decidido abandonar el pueblo e irme a la ciudad en busca de nuevos horizontes.


Mientras caminaba cargando mi maleta rumbo a la estación de tren, trataba de registrar en mi mente todos los detalles que podía de aquel lugar: la falta de revoque en la columna izquierda de la iglesia… el vidrio roto del primer piso de la municipalidad… la fuente recién restaurada de la plaza… la escuela y sus puertas de roble donde tenía todavía la marca de un llamador… y hasta la bicicleta del cartero pintada con los colores y las cintitas de Boca Juniors.

Cuando llegó el tren, di una última mirada y… me marché.


Luego de veinte años regresé al pueblo. Cargaba mi equipaje… y el recuerdo intacto de lo que grabé en mi mente el día que me fuí.


Todo estaba exactamente como lo había dejado: la iglesia… el vidrio roto de la municipalidad… la fuente… las puertas de roble de la escuela… y la bicicleta del cartero, que cuando me vio con la maleta me grito:

¿Como andas loco? ¿Te vas de viaje?









Este cuento fue rehecho y cambiado el titulo.
RICARDO COCHO GARAY
Solo soy un soplo de vida en la eternidad

Hombre, pues podria pasar, porque no? En un pueblo de esos perdido en la pampa. Me ha dejado un agradable sabor de boca, del Boca tambien, aunque yo soy del Madrid.

Bien muy logrado y el final desde luego me encanto
hay pueblos que les pasa eso
un saludo

Hay pueblos que les pasa eso,o personajes?

Por que evidentemente el pueblo siempre estuvo ahi,lo que no ha cambiado es el personaje,ya que es reconocido de inmediato.

Creas con el final la duda,de si realmente se fue, si paso a otra dimensión, quien es el que realmente que paso con ese personaje que lo mantiene igual que al pueblo

Muy buen cuento