Cuento sin final

A paso lento pero seguro husmeamos todo... queríamos conocer qué teníamos de nuevo en la cocina.
Entramos sigilosamente. Primero uno, dos, tres y después de mirar hacia atrás
y dar nuestra voz de tranquilidad nos siguieron los demás.
No vimos pies por ahí rondando. Que tranquilidad y felicidad nos invadió. Eso sí teníamos que actuar rápidamente antes que los dueños del arsenal de alimentos nos sorprendieran.
Pepito se introdujo en aquel campo verde donde estaban todas las hortalizas, se escurrió y minutos más tarde vimos cómo salía: ¡Gordo!, estaba lindo.
¡Oh! sorpresa, Camilito poco cambió de color. Me acerqué y vi que había consumido arroz... No era mi fuerte, dañaba mis dientes, ya tan viejo a uno le duelen.
Pasó por mi lado Carmencita, ¡iba feliz!, estaba untada de un rojo impresionante y cremoso, el olor que despedía era dulce y dejaba caminitos por el suelo.
Alguien gritó desde más arriba y dijo:
-Aquí… vengan aquí, hay mermelada de tomate...
Seguidamente voces de los dueños que decían: ¡gusanos por todas partes!
Todo cuento tiene su final feliz, este no lo fue, llegaron unos pies gigantescos y no me dejaron proseguirrrrr esta historiaaaaa....

¿Pobres gusanos??, es complicado amiga Ethel, ja, no se si me gusta encontrarme uno en la manzana, aunque dicen que peor es encontrarte medio, me gusto, abrazos

Manuel es mi terapia, (¿o mi venganza?) al menos escribo tranquila sobre ellos, pero que ojalá sobre mi escritorio ni en mi cocina, ni en ninguna parte encuentre alguno... porque me da la escaramuza!...

Felicidades.

Ethel, la historia es tan entrañable como los bellos dibujos animados! Pero ciertamente, encontrar uno en la comida... ¡Wuakala!!! Ni pensar en una invasión!! jajajaj

Hermoso cuento, aún sin final!! bueno, aunque se puede imaginar, creo que es mejor dejarlo así, ¿verdad? jeje

Un abrazote

Realmente un cuento sin final, me hizo sonreir.
saludos
k

¿SIN FINAL?
Simpático relato
Un abrazo

Pecioso amiga, el final está demás, completito.
Besos
Lili

Van abrazotes, amigaza

Gracias, un homenaje a los gusanitos.