Final

Cuando la bola de nieve inmensa llegue girando por los caminos, sumando la basura acumulada, me encontrará esperando, cansada de tanto fastidio y espanto de no hacer nada, por la incertidumbre de un destino vacío, opaco, sin ningún tipo de iniciativas para mejorar.
Y cuando me arrastre y yo forme parte de ese cúmulo de cosas sin valor, me reencontraré con millones de seres humanos, también cansados de no hacer nada para evitar la destrucción.
Seguramente nos miraremos y nos preguntaremos ¿por qué? Como si fuéramos inocentes que no encuentran explicación a la condena. Y como si fuéramos inocentes, nos sentiremos mártires de una guerra. ¿Podrá alguien explicarnos que esa inmensa bola deforme, es solo el resultado de la inercia, de la impavidez, y que la tierra por fin quedará libre, limpia, abierta a los cielos con nuevas esperanzas, sin esta especie que solo la utilizó para fines indecibles y que tuvo su merecido fin?

Tristes palabras querida Nilda, sin embargo tienes tanta razón en ello. Por más que se llame a la conciencia para preservar el planeta, hay hombres con los oídos tapados.