EL ROSADO DE LA MUERTE.

Lo veía pasar desde su ventana. Él, era un muchacho alto, fuerte, de cabellos castaños y mirada franca.

Sin darse cuenta se fue enamorando, construyendo en su mente la fantasía de ser su mujer, tener varios hijos y vivir en una de esas casas levantadas frente al río, con árboles frutales en el fondo y un jardín con aroma a jazmín.

Siempre esperaba verlo pasar unos minutos antes de ir a trabajar, soñaba con sus besos y que la tomara de su cintura con aquellas manos capaces de unirse alrededor de su cuerpo.

Un día, Él faltó a la cita y desde entonces no lo volvió a ver, sin embargo su amor no se desvaneció, siguió presente, inalterable.

Ella regresaba cada día a la ventana, justo a la hora que el solía pasar para soñar con sus besos.
Así pasaron muchos años hasta que una tarde, cuando se encontraba trabajando, el dueño del establecimiento le informó que tenia un trabajo al cual debía ponerle su mejor empeño. Un prestigioso hombre de las artes regresaba al pueblo natal y se pretendía que tuviera el mejor servicio.

Fue entonces que ella se encontró por fin con su eterno amor pero, seria en la funeraria donde trabajaba para maquillarlo y darle aquel color rosado de la muerte.

Sutileza en el título donde se puede jugar con los significados de "Rozado" y ese "rosado de la muerte" del que hablás en el relato. Un relato que, con economía de palabras, cuenta la anécdota de esa historia sin adornos pero con cuidadas palabras. Un gustazo, como de costumbre, leerte. Un abrazo, Ricardo.

Gracias Silvina, el gustazo es mio por tenerte como lectora.
Un abrazo

Estos micros son muy buenos cuando sorprenden, como en tu caso.
Bien sintetizado el motivo de una vida -amor platónico-
y uno de tus típicos finales para cerrarlo.

Gracias Federico y ya sabes que por este otro lado del río hay un mate esperándote estimado amigo.
Un abrazo

Un hermoso microcuento bien relatado que nos deja reflexionando acerca de nuestras ilusiones, nuestros sueños, que pueden terminar en una forma parecida.

Esos impactos hacen que tus micros sean geniales amigo Ricardo, como siempre un placer leerte.
Besos
Lili

Gracias compañeros por su compañía. Así lo siento cuando me regalan su tiempo leyendo mis escritos.
Poe, después de tu comentario me quede meditando sobre el título y por fin me decidí por agregarle sólo una palabra que tuviera un sentido más a fin con el mensaje.
Por eso ahora y después de corregir algunas cosas lo vuelvo a subir con el permiso de todos ustedes
Un abrazo