RECOMENDADOSe dice que nuestro despertar de conciencia se inicia a los 7 años, pero el ser humano necesita recorrer todo un camino para que ésta despierte. ¡Cuántos seres humanos mueren sin haber desarrollado el más mínimo nivel de ella!
Siempre decimos constantemente: ya maduré, soy una persona adulta, no soy un niño y puedo vivir de acuerdo a lo que quiero. Pero qué equivocados estamos. No permitimos que nadie nos insinúe lo inconscientes que somos y siempre tenemos maestros a nuestro lado que nos enseñan, eso es lo más triste, no los reconocemos. Ahí está, puede ser un amigo, nuestro padre, un hermano, un vecino, etc. Cuando aceptamos nuestros errores, hacemos promesas de cambio y decimos la frase: discúlpame o perdóname. Que ideal sería no tener que pedir perdón.
Si nosotros viviéramos la vida sin dejar para mañana lo que tenemos que hacer hoy, si les decimos a todos a aquellos que nos rodean, lo mucho que los queremos, si hacemos el esfuerzo de vivir de manera consciente, seríamos más felices. Si desde que nos levantamos, sentimos con verdadero placer el agua de la ducha que cae sobre nosotros, así mismo, cada acción que vivimos durante el día, al final de la noche nos sentiríamos satisfechos de haber disfrutado de un día más en nuestras vidas. Esto es toma de conciencia.
Somos mañanistas, siempre pensamos que necesitamos cambiar pero ¿cuándo?.
Necesitamos tomar decisiones y empezar desde ya, utilizando la constancia en cada momento. Somos escapistas, tenemos nuestra mente en otra parte y no en lo que estamos realizando, por eso no sentimos la textura del vestido que llevamos, no sentimos el apretón de manos de alguien, no miramos a los ojos a los demás, no degustamos con placer del alimento que tenemos en la boca. Ni siquiera disfrutamos de los momentos del no hacer, porque como seres humanos debemos darnos el placer de no hacer nada también, cuando nos cansamos, vivamos con placer ese descanso. Salgámonos de la rutina, del quehacer diario, de la queja permanente sobre nuestro destino, nos conformamos con echarle la culpa a los demás de nuestras acciones cuando no salen bien las cosas, pero si nos preguntáramos ¿hasta qué punto yo soy culpable de lo que me sucede? Entonces, si somos sinceros, nos daremos cuenta que los únicos artífices de nuestra vida somos nosotros. Gastamos años y toda una vida echándole la culpa a los demás
Entonces empecemos desde ya nuestro crecimiento, realicemos el "satori" (momento preciso en el cual se pone en acción lo que pensamos). Es la única manera "tomar decisiones, hacer ya las cosas". Dejar el mañanismo, dejar el escapismo.
Hay un ejercicio muy sencillo que nos puede ayudar a tomar decisiones para el cambio. Tomar una hoja de papel, escribir como tema principal el problema, situación o hecho que queramos cambiar en nuestras vidas. Luego de tener clara la situación entonces vamos a sacar unas Causas que han motivado este hecho. Luego sacaremos las Consecuencias generadas que hacen perjudicial este comportamiento.
Y posteriormente vamos a sacar una Conclusión, vamos a hacer el cambio. Entonces vamos a necesitar unos Medios para lograr nuestra conclusión; los listaremos y colocaremos finalmente un Plazo a cumplir. De vez en cuando es bueno revisar este proceso para saber si estamos cumpliendo nuestra Meta o Conclusión. Si practicamos este ejercicio nos vamos a acostumbrar a vivir nuestro propio cambio.
Ejemplo muy simple:
Hecho: Estoy demasiado gordo/a.
Causas: Como mucho. Duermo mucho.
Consecuencias: La gente se burla de mí, tengo apariencia fea. Sufro mucho por esto. No quiero salir, etc.
Conclusión: Debo adelgazar.
Medios: Hacer dieta balanceada con ayuda de algún experto. Un plan de gimnasia diario, No comprar más ropa con la misma talla, etc. etc.
Plazo a cumplir. En tres meses debo ver mis resultados.
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Adelante. Empecemos ya a Vivir.
Ethel Saavedra García