Noche Gloriosa de un Humorista. (Historia real).

Estábamos todos en casa para ver el programa en vivo de TV y dispuestos a reírnos con los chistes de los excelentes actores cómicos; era un programa nocturno, por lo tanto para mayores de edad.
Comienzan a salir a escena dispuestos a cumplir su cometido de ser chistosos. Muy buenos los dos primeros con sus parlamentos de doble sentido, pero … PERO cuando salió Cristian ( me reservo sus apellidos) con un traje de baño ajustadísimo, comenzamos a reír como locos.
Nuestro querido y admirable actor humorístico contaba después, cuando le exhibieron una y otra vez su tremenda aparición, que en esos momentos pensaba:
—“! Estoy matando … ¡“—feliz por entrar al escenario y que el público reventara de la risa.
Lo que dijera, explosiones de risa. ¡Qué más podía pedir un humorista, una noche gloriosa!
Todo duró hasta que dos de sus compañeros lo tomaron de los brazos y casi arrastrándolo lo hicieron desaparecer.
Muertos de la risa, sus camaradas le señalaron su apretado traje de baño. ¡HORROR DE LOS HORRORES! En su prisa por salir a escena, al colocarse el ceñido pantaloncillo, había dejado afuera uno de sus testículos.
Claro, Cristian es un hombre muy querido por nosotros, ahora debe soportar después de años de ocurrido el percance, las bromas y ver la exhibición de su hermoso huevo tratando de escapar del incómodo traje de baño.

Jaime

Ja y claro que es real, lo estaba mirando, era el Desjueves, jaja. Además que en esos años, yo creo que ese programa es de unos 12 o 13 años atrás, el tenor de las tallas no era muy permitido que digamos. Cristiancito hasta el día de hoy, debe aguantar las bromas, pero en realidad en ese momento, fue todo un boom y una carcajada de esas que hasta ahora resuenan.

Buen recuerdo me trajiste Jaime,

Ignacio

Y menos mal que era un programa nocturno, digamos para mayores, porque es para partirse de risa y mucho más jajajajajajajaj.
Muy buen relato de humor y además con tu personalidad propia de escribir que me encanta querido Jaime.
Un abrazo y nos leemos, Josan

Mi querido Jaime... creo que no podré parar de reír! jajajajaja ¡Sí, de verdad! ¡qué mal trago ha debido pasar el señor! Esas cosas creo que jamás se olvidan.
Excelente! Me encantan este tipo de situaciones donde sanamente nos reímos. Claro, al buen hombre, le costará digerir que la gente se reirá durante mucho tiempo a su costa, pero... ¡C'est la vie!
Un abrazo