El Misterio de la Puerta Meada.

Hacía varios días que trataba de descubrir al culpable.
De los tres sospechosos sólo dos podían ser los responsables. Lo deduje porque la mancha de orín en el piso la producía una delgada línea que bajaba desde unos cuarenta centímetros por la puerta del dormitorio, por tal razón, la perra quedaba excluida de la sospecha.

Pensé que ante la imposibilidad de lograr una confesión del perro que levantaba la pata, debía castigarlos a ambos y de esa manera conseguir que no meara la puerta y en consecuencia el piso.

Sin embargo… abandone la idea. No me pareció justo castigar al inocente para resolver el problema. Decidí entonces otra alternativa, aunque no tuviese ninguna por el momento.

En mi caso los perros son parte de la familia, por lo tanto son tratados como iguales y permanecen dentro de la casa.
Me sentía impotente, incapaz de evitar el desastre con todo lo que ello implica.

Una tarde, después de haber controlado segundos antes que estuviese seca encontré orinada la puerta.
Fue tal la indignación que me transforme, se me hinchó la vena del cuello, los ojos se enrojecieron, los músculos se tensaron y salí en busca del criminal.

Allí estaban, como si nada pasara, recostados en el comedor debajo de la ventana, justo en donde daba un poco de sol.
Me avalase sobre ellos con ira, les agarre los pitos con cada una de mis manos y grité triunfante.

¡Te tengo pequeño traidor miserable!

El misterio estaba resuelto… la prueba estaba en el pito húmedo.

Jajajaja..., me ha pasado lo mismo solo unos poquitos dias atras. Y que le vas a hacer, de vez en cuando se les chispotea algo a los machitos y deben dejar su marca en algun lugar. En mi caso fue mas facil, porque solo uno de los tres podia ser el culpable. Pobre Mendieta... Muy bueno, Ricardo. Saludos,
Jose

JAJAJAJJAJJJA
MUY BUENA RICARDO!!!
LOS CHUCHOS SON LO MAS FANTASTICO EN LA VIDA DEL HOMBRE Y VAYA MANERA DE HACER PERITAJE JAJAJAJA
LA HISTORIA COMO SIEMPRE FLUIDA Y AMENA, DE EXCELENTE LECTURA...
FELICIDADES!