La segunda Opción.

Jaime Benavente con su traje antiradioactivo, casi octogenario salía a las calles del centro todas las mañanas, la misma rutina por décadas. Compro el periódico, y camino cojeando, con inseguridad, leyéndolo por las calles restauradas por la luz que ahora secaban los charcos de la lluvia acida pertinaz que una noche antes había asolado la ciudad.

En la mitad de la tercera página, estaba su foto. Con la misma sonrisa que había visto en las decenas de imágenes que ella, Regina, le había enviado y que el guardaba en su agenda electrónica personal. Recordó como todo había terminado por una discusión estúpida, una noche antes y como se habían mandado mutuamente al carajo, a la mierda... Fue como dicen que es morir pasaron todos sus recuerdos de la vida frente a el deteniéndose en ella sus ojos, su mirada, su luz.

Llego a casa, su esposa ya había preparado el desayuno le dio pausa al pensamiento para sonreír a su esposa. Y sentarse pesadamente en la silla del comedor. La misma sonrisa forzada que le mostraba desde hacia cincuenta años, a veces a los Ochenta y dos ciertos eventos parece que hubiesen sucedido una noche antes.

Entonces pensando en la mujer que no tenía consigo, en el amor de su vida; Jaime Benavente se empezó a sentir muy mal, su mujer llego hasta el, solo para oír de boca del moribundo como llamaba en agonía, con sus ultimas fuerzas, a una mujer con un nombre que no era el suyo; no le asombro, no era la primera vez que la confundía, antes había sido en la cama -Ese maldito mismo y raro nombre.- Ella sabia, (había aprendido a vivir con ello) Nunca fue la primera, que siempre fue la segunda opción

Y al triángulo amoroso muy visible
debe sumarse el juego de la interpretación,
donde la naturaleza es la amante perdida
y sobrevivir la segunda opción.

Esos primeros amores que marcan,pero las segundas opciones a veces aunque no se vean son las mejores,mas despues de cincuenta años de compañia.
triste la vida del viejo aquel.

QUE LASTIMA QUE POR MALOS ENTENDIDOS SIEMPRE PERDAMOS UNA OPCION, DESPUES ESTAN LAS CONSECUENCIAS, EL MURIO EN SU CONSECUENCIA,LASTIMA QUE ARRASTRE A OTROS.
NO SE SI LAS SEGUNDAS OPCIONES SON BUENAS, SIEMPRE LO ORIGINAL ES MEJOR,POR ESO PELEAR POR EL ORIGINAL ES LA CONSIGNA

Un buen relato Manuel, bien escrito, aunque se me perdió un poco la intensidad al final, como que me quedé esperando más. Segundas opciones, que ocurren en la vida real, aunque no las encuentro válidas, el tipo engaña en el fondo, pues hay una falta de sinceridad que termina también mintiéndose a él mismo. La sonrisa falsa, quizás una mera aceptación de su propia realidad, almentablemente, como ya se dijo, involucra a un tercero que sufre. Real, sucede esto, y lo has narrado muy bien.

Un abrazo,

Ignacio

Gracias Antifaz, se agradece el comentario, el tiangulo amoroso está presente...

Un abrazo.

Gracias a Antonio, Mateo, e Ignacio, debo confesar que quite una parte donde se hace referencia a un traje aislante (por la contaminación) la verdad la historia no me encanta. (Igual no se preocupen que no la borro) jajajajajajajaja, es más no la borro porque es mala, se puede enriquecer con sus comentarios.

Un abrazo a todos,

Pues que bueno que se murio, el muy recabroooon! Hipocrita!

Buena pero muy buena historia compadre, lo bueno es que en el futuro aun habran periodicos.

A poco no te gusta como brillan mis ojitos, compadre?

Un relato que da para pensar en las realidades y en lo que realmente vale.
Me gusto,es sencillo,pero bueno.