LA VENGANZA
SIDA... SIDA... SIDA...
Las palabras seguían resonando en su cabeza...
El penetrante olor a alcohol hizo que Isabel abriera los ojos, vió que el doctor Medina la miraba preocupado y se apresuró a levantarse de la cama donde el doctor la había acostado luego de que se desmayara.
¿Cómo te encuentras Isabel?
Estoy mejor doctor, gracias.
El doctor observó un brillo diferente en la mirada de Isabel y se preocupó mas, Isabel no parecía la misma.
Isabel -dijo el doctor- es necesario que empieces a informarte acerca de tu enfermedad, hay algunas clínicas donde se ofrecen terapias e incluso dan hospedaje a personas seropositivas...
Muchas gracias por todo doctor -contestó Isabel- pero creo que ha llegado el momento de volver a Chiapas, con mi familia. En estos dos años que he estado ausente he ahorrado lo suficiente y allá buscaré ayuda, le agradezco mucho todo lo que ha hecho por mi, hoy mismo me regreso, solo voy a entregar el cuarto a doña Mercedes, me despido en el restaurante y me voy.
¿Qué puedo hacer por ti Isabel? me preocupas mucho, eres muy joven y llevas sobre ti una terrible enfermedad...
Ya ha hecho mucho por mi doctor, de verdad no se preocupe, con mi familia estaré bien el tiempo que me quede de vida.
Isabel salió de la clínica y se dirigió a su trabajo para renunciar, les dijo que regresaba con su familia y lo mismo le dijo a doña Mercedes, la anciana se había portado como una madre con ella y no quería que se preocupara por ella...
Anduvo todo el día vagando sin rumbo fijo y al anochecer encontró aquel bar, entró y se sentó en una mesa un poco apartada, no había mucha gente todavía, pidió una bebida sin alcohol y se sentó a observar la clientela, de repente su corazón dió un vuelco...
¡¡¡No podía creer que fuera él el que acababa de entrar!!!
Desde aquella primavera de 1986 a aquel verano de 1988 no lo había vuelto a ver, llevaba el rizado cabello un poco mas corto de como lo recordaba, su mirada cautivadora se había profundizado y el hoyuelo en la barba lo hacía lucir aun más varonil... Sí, no tenía la menor duda de que aquel hombre que acababa de entrar al bar era el culpable de su desgracia, era Martín.
Martín se sentó en la barra del bar y pidió una cerveza, estaba aburrido y esperaba encontrar alguna chica con la cual pasar la noche.
Isabel se metió al baño y se retocó la cara con los escasos cosméticos que llevaba, se recogió su ondulado cabello en una cola de caballo y confió en que Martín no la reconociera, salió del baño y se dirigió a la barra...
Disculpe señor -dijo al barman- ¿me puede dar una cerveza con limón por favor? -al tiempo que pidió la cerveza ''accidentalmente'' chocó su hombro con Martín.
Hola Muñeca, ¿Cómo te llamas? -preguntó Martín al verla.
Hola, me llamo Elizabeth y tu?
Yo me llamo Martín ¿vienes sola?
Si, quedé de verme con unas amigas pero al final no llegaron...
¿Sabes? te me haces conocida ¿nos hemos visto antes?
No creo, es la primera vez que vengo a este bar y en Coyoacán donde vivo casi no me dejan salir mis padres, hoy me escapé para verme con mis amigas...
Ah, vives en Coyoacán, yo soy de Chiapas pero vivo en La Condesa, me encargo de manejar el negocio de mi padre y vivo solo.
Estuvieron platicando largo rato, Martín seguía bebiendo e Isabel se entretenía con la cerveza, no tenía intención de emborracharse aunque sentía ganas de hacerlo para dominar la ira que sentía al tener frente a ella al tipo que le había hecho tanto daño, pero sabía que el momento de su venganza estaba a poco tiempo de consumarse... Finalmente Martín le propuso ir a su departamento... Era lo que Isabel esperaba...
Llegaron al lujoso departamento de Martín, Isabel vió una sala impecable y una cocina brillante de limpia, supuso que Martín pasaba poco tiempo en el departamento, Martín sacó un par de copas y una botella y le ofreció un trago, ella lo tomó en su mano y levemente humedeció su reseca boca, él de un solo trago vació la copa y se sirvió otra y otra...
Ya en la habitación, Isabel se sentó al borde de la cama, estaba nerviosa y Martín comenzó a llenarla de besos y caricias para tranquilizarla, ella poco a poco empezó a corresponderle, no quería que Martín la olvidara, le dejaría un recuerdo permanente de ella...
Parecía interminable la noche, Martín seguía siendo un consumado amante, incluso había aprendido nuevas técnicas de seducción e Isabel se dejó hacer todo lo que Martín quiso, cosa que a Martín lo dejó fascinado, era la primer chica que no le ponía ningún pero a sus mas descabelladas fantasías sexuales, se dijo que era un hombre afortunado de haber encontrado a aquella amante, porque a partir de ahora no la dejaría escapar, le propondría que se fuera a vivir con el...
Estaba a punto de amanecer y Martín dormía plácidamente, Isabel se levantó con sumo cuidado, se vistió y se dirigió al baño... Al cabo de unos minutos salió y se fue del departamento internándose en las calles de la ciudad de México que la devoraron como un monstruo... Un monstruo que devoraba a una mujer condenada a morir...
Aun medio dormido, Martín estiró el brazo en busca de calor y solo encontró el sitio vació y comenzó a llamarla:
Elizabeth, Elizabeth ¿Dónde estás muñeca?
Silencio.
Martín se puso una toalla en la cintura y fue a la cocina esperando encontrarla tomando algo pero la cocina estaba vacía. ¿Dónde se había metido su chica?
Decidió darse una ducha rápido para salir a buscarla, tal vez aun la encontrara fuera del departamento, entró al baño y lo que vió lo dejó helado.
Isabel le había dejado un mensaje escrito con lápiz labial en el espejo.
¡¡¡SI NO PUDIMOS COMPARTIR LA VIDA
COMPARTIREMOS LA MUERTE...
BIENVENIDO AL CLUB DEL SIDA!!!
TUYA POR SIEMPRE:
ISABEL
Fín.
Sagid
(Ben Guillén)
Code: 1008016955276