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DESTACADO DEL MES
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-Se encuentra en el hospital de Alchemilla, túmbese y respire por este tubo.
A penas podía abrir los ojos, y solo distinguía la cara borrosa del médico que me atendía.
-¿Qué me ha ocurrido?
-Ha tenido un accidente en coche, pero hemos llegado a tiempo, dentro de unas horas estará mejor.
Sí, el accidente. Fue brutal, sentí como si miles de agujas se clavasen en mi cabeza, pero había algo más…
-¿Ella está bien? ¡Dígame que se encuentra a mi lado!
*****
Me encuentro en medio de una niebla tremendamente espesa. Una carretera se extiende bajo mis pies, sin final visible. Camino por ella.
Pasan horas y horas hasta que encuentro a un cura, sentado en un banco al costado del camino. El padre Víctor, me acuerdo de él. Siempre intentó abrirme los ojos a Dios, pero nunca lo consiguió, ya que el Todopoderoso está muerto… ¿Para qué adorarlo? La inocencia es una ilusión.
Decido acercarme a él y descubro, con horror, que tiene una cruz santa grabada en su frente. Ríos de sangre recorren su cara, provenientes de sus ojos, intactos. Definitivamente, está muerto. Entonces es cuando me pregunto…
-¿Dónde estoy?
Continúo por la carretera hasta llegar a un puente; dos cadáveres cuelgan, silenciosos, en dos farolas. Siento que me miran, pero tienen la cara tapada con un pasamontañas. Camino y descubro que los cadáveres se mueven. Giran, siempre mirándome bajo su prisión de cuero. Me siento realmente aterrado.
Empiezo a correr mientras centenares de manos aparecen a mi espalda, intentando cogerme. Entonces todo para, y llego a un gran edificio. El hospital Alchemilla. Vacilando, abro sus puertas y me interno en él.
*****
La psiquiatra Elizabeth McGrady había tratado a muchos dementes en todo EE.UU., pero nunca se había enfrentado a un paciente tan complejo. Estaba dispuesta a ayudarle, e intentar devolverle la cordura. El paciente, Mike Kennedy, se encontraba enfrente de ella, libre. Empezaba la sesión.
-Hábleme de sus sueños, Mike. –pregunta educadamente.
-Tengo muchos, demasiados, y todos horribles. Son mis ojos en el mundo exterior.
-¿Qué me dices del último, el del ascensor?
-Bajo. Viajando a mi mente. Estoy en el noveno piso. Me gustaría coger las escaleras, pero mis piernas no me dejan. Es diferente, el ascensor quiero decir.
-¿Cómo es eso?
-Es el principio de mi inevitable caída a las fauces del mal. Empieza con el descubrimiento de mi ser. El ascensor baja. La oscuridad es cada vez más profunda. Continúa descendiendo; es la maldad intensificada. Sin salida…
Se hace el silencio, en el que Elizabeth aprovecha para escribir en su libreta.
-¿Qué es lo que más teme? –pregunta interesada.
-El aislamiento.
-Más que eso.
-La inmortalidad… En la mente.
*****
Me encuentro en un vestíbulo oscuro, iluminado por la tenue luz de las bombillas de la zona. Decido registrar todas las habitaciones. Mi búsqueda me lleva a la habitación C2. Gary.
Así es como se llamaba mi único amigo en el hospital. Todos los días conversábamos sobre éste, sus pacientes, los doctores, las enfermeras. Nunca llegué a saber qué le ocurría pero, a veces, me contaba que sentía que le observaban. Me dijo que le despidieron de su trabajo por hablar demasiado.
Intento entrar y, tras varios golpes, accedo a la sala. Sus paredes están cubiertas de fotos de Gary, sonriente. Un televisor está encendido. “Operación nº 34”. Me siento a verlo.
Un doctor maneja un bisturí hábilmente mientras una enfermera prepara a Gary para la operación. Con horror, observo que le mantienen despierto, con los ojos y la boca bien abiertos.
-Esto para que no hables más –dice el doctor mientras realiza un pequeño corte en la boca. –Esto para no ver más.
No lo soporto y tiro el televisor al suelo. La habitación se ilumina con una luz rojiza e intensa. Un hombre sin cara y con una gran hacha se planta ante mí. Lo observo mientras la oscuridad se hace a mi alrededor.
Al levantarme, me encuentro en una habitación completamente distinta. Las paredes, cubiertas de sangre, albergan todo tipo de pesadillas; miembros amputados, órganos expuestos, corazones palpitantes. Una puerta se halla ante mí, en cuyo pomo reza: “ Al infierno”. Decido entrar.
*****
-He caído muy bajo. –dice Mike, asolado.
-Entonces yo te ayudaré –dice Elizabeth.
-He perdido la cordura.
-Entonces la encontraremos.
Mike se queda pensando.
-Sé que eres claustrofóbico, tomemos un poco de aire libre.
Los dos salen al jardín del edificio. Contemplan el sol en su punto más alto, mientras dan un paseo.
-Quiero saber qué le pasó a mi familia.
-Ya lo sabes… Pero tenemos que buscar más profundo.
-No lo entiendo, Elizabeth.
-Las puertas ocultas se abrirán, Mike. ¿Deseas encontrarlas?
-He llegado muy lejos, no pararé.
Llegaron a la entrada del edificio y suspiraron al unísono.
-¿Listo para otra sesión?
-Vamos.
*****
Un largo pasillo se extiende ante mí. A los lados, nueve puertas. Entro en la primera. Encuentro un televisor roto, ante un sillón donde se encuentra un hombre con la cabeza destrozada. Escrito en sangre: Padre I.
Salgo de la habitación consternado y entró en la siguiente. En una cama destrozada se halla tendida una mujer, con el cuello destrozado. Madre, II.
Sigo de habitación en habitación; hermano III, hermana IV, Tío V, Tía VI, Prima VII, Mascota VIII. En la penúltima… No, no puede ser. Esposa, IX. Vestida con su traje de boda, lleva una bolsa en la cabeza. Me tumbo sobre ella, y lloro desconsoladamente. Falta la última puerta. Desesperado, entro en ella.
*****
-Mike, hay algo que tengo que contarte. Es sobre tu esposa.
-¿Sarah? ¿Qué le ocurre?
-Se supone que no tengo que decírtelo, pero veo que estás progresando muy deprisa.
-Es sobre… su muerte. –dice Mike.
Un pesado silencio cae en la sala.
-Los forenses han descubierto que fue asesinada.
-En el accident…
-No, eso no la mató. Ella fue asesinada horas, quizás días antes de que ocurriese.
-¿¡Cómo?!
Mike bajó la cabeza y se desmoronó en el asiento.
-Había sido asfixiada brutalmente con una bolsa, y después acuchillada en la cara. Lo siento Mike.
-Estoy perdido. La oscuridad me ha cegado. Mi mente es un laberinto, perdóname. Estoy perdido en un mundo de maldad. Sin salida.
-Hay algo más importante que tengo que decirte. Los forenses descubrieron algo más… Hallaron sangre de tu mujer en tu habitación.
De nuevo se hizo el silencio.
-¿Estás acusándome de matar a mi propia esposa?
-¡Claro que no!
-Yo la amé, y a mi familia. Sabes que no le habría hecho daño.
-¡Pero te estás acusando Mike! Estoy intentando ayudarte.
-Es demasiado tarde, Elizabeth. Por favor, ríndete.
-No puedo… Estoy comprometida. Quieren saber lo que sabes. Quieren saber donde está tu familia.
-Gary intentó protegerme.
-¡No hay ningún Gary! ¡Todo está en tu cabeza!
-Entonces puede que esto también lo esté. A lo mejor tú no eres real. Mi mente no me dejará ir. Es mi prisión.
*****
Me encuentro en el interior de una iglesia; tres sombras se hallan rezando. Camino entre ellas y llego al altar, en donde me espera un viejo amigo; el padre Víctor, esta vez vivo, aunque le falta un ojo.
-Tú has deseado esto contra mí, Mike.
-¡Yo no he deseado nada más que la verdad!
-Eso… Ya no importa. Has visto el infierno. Has llegado aquí a través de tu culpabilidad subconsciente. Al final, has venido a buscar la absolución de tus pecados.
-No he hecho nada para merecer esto.
-Todavía no lo entiendes, ¿no? Vamos, termina esto.
Un fortísimo golpe me deja inconsciente.
Cuando me despierto, me encuentro suspendido por cadenas, ante Víctor y el “hombre” con el hacha.
-¡Suéltame! –grito aterrado.
Ante mí se encuentran los nombres de todos mis seres queridos; Madre I, Padre II, etc. En el X hay un interrogante.
-Todos ellos eran próximos a tí.
-¡Fueron asesinados! ¡Lo hizo él! –grité mientras señalaba al verdugo.
-Estaba más allá de tu control, ¿no crees? Fuiste desvinculado de él, situaciones similares, personas parecidas, personalidades opuestas. Se nutre de tu mórbida obsesión; no puedes hacer nada para impedirlo.
-¡Ese hijo de puta los mató! Eran todo lo que tenía…
-Uno más, y tendré el absoluto control. Cuando el último sacrificio se realice, el demonio despertará.
-¡No puedes matarme!
-No tú… Ella.
Unos tacones resonaron por toda la estancia.
-¡Elizabeth!
Encima del X rezaba guía.
-¡Te sacaré Mike! –dice Elizabeth mientras se acerca.
-¡No! ¡Sal de aquí, por favor! ¡No puedes ayudarme!
-Quizás ella no puede ver lo que tú si puedes –dijo el padre Víctor, mientras observaba sus movimientos.
-¿Recuerdas lo que te dije al principio de todo?
“Estoy aquí para ayudarte, y jamás me rendiré.”
-¡Corre!
El hacha trazó una luna menguante sobre el cuerpo de Elizabeth.
-¡¡¡No!!!
Mi alterego colocó su cuerpo, todavía caliente, en el altar.
-Ahora que todo ha terminado… Te perderás en ti mismo. Y esta vez… No hay salida.
*****
Mike abrió los ojos y miró fijamente a Elizabeth. Su expresión había cambiado completamente.
-Mike, ¿te encuentras bien?
-Mike… ¿Es así como le llamas?
Los dos mantuvieron su mirada hasta que él posó las manos sobre su delicado cuello.
*****
El cuerpo ensangrentado de Elizabeth descansaba en el mármol. Mike observaba los ríos de sangre, divertido. Durante unos segundos, su expresión cambió.
-La maldad ha consumido este mundo. Al menos, en las fauces del mal, se encuentra el olvido. No hay nada más en la oscuridad, en mi mente, en el mundo exterior. La verdad siempre estuvo aquí, pero estaba demasiado ciego para verla. Ahora que él ha pasado, estoy solo de nuevo. Fui demasiado débil para controlarlo. El lazo de la oscuridad ha consumido mi atormentada mente para siempre. Mi alma se ha divido en dos. Es demasiado tarde, he llorado y rezado por la muerte. No hay salida.
De nuevo, volvió a caer en la oscuridad.
*****
-Parece que Leonard tiene un amigo, detective.
-Hacen una bonita pareja.
-Elizabeth trató su mente intensamente, pero me temo que no fue suficiente. Ahora está muerta…
-¿Así que todavía no sabe dónde escondió los cuerpos?
-No, pero creo que podremos hacerle hablar ahora.
-¿A qué te refieres?
-Elizabeth diagnosticó a Mike como un caso extremo de esquizofrenia, que a la vez generó paranoia, psicosis, ilusiones y múltiple personalidad. Es una puta cáscara.
-¿Y quién es ahora?
-Ha sido “Mr. Hyde” durante un tiempo… Demasiado esta vez. No sabemos si nuestro amigo “Jekyll” saldrá a flote sin la ayuda de su alterego.
-¿Sabe Mr. Hyde dónde se encuentran las víctimas?
-Sí, es la personalidad oscura de Mike; el asesino psicótico, el polo opuesto. Tiene las manos manchadas de sangre.
-¿Por qué ha atacado a su seres queridos, a los que más amaba?
-Mike sufrió un gran conflicto y se ayudó de los más cercanos para luchar con su parte oscura. El demonio despertó y quizás engañó a Mike cuando estaba bajo emociones inestables, obteniendo ventaja e induciéndole su obsesión.
-La obsesión del control absoluto.
-Nadie quedó para ayudarle… para liberarle. Odia estar solo. Es como si Mr. Hyde viese a través de los ojos de Mike, esperando la oportunidad para atacar.
-Y se habría salido con la suya de no ser que tuvo el accidente. Extraño giro del destino, ¿no cree?
-¿Qué habría visto en la carretera?
-Es como si
Salitrea no le dejase ir.
-Bueno, gracias Salitrea… ¡Has capturado a un asesino en serie!
-Muy divertido...
-En fin, estamos encerrando a Mike en la habitación C2 durante un tiempo. Odio que sea tan amable conmigo.
-El tío es casi un vegetal, yo no me preocuparía por él.
-Es curioso… ¿Qué estará pensando ahora mismo?
-Seguro que en golosinas no.
…
-Algo ocurre con esta ciudad.