EL CIRCO DE LA ALEGRIA. Epilogo. CUENTO

EPILOGO


Sergio de la T a los dieciocho años había sido escogido por su organización política para estudiar en Moscú capital de la entonces Unión de las Republicas Socialistas Soviéticas. Se distinguió de inmediato por sus cualidades sobre los condiscípulos del curso, este se impartía en las escuelas que funcionaban financiadas con los fondos de la Internacional Comunista.
El argumento central de su educación política estuvo basada en dos aspectos: Una, la relación dependiente de los partidos comunistas del mundo hacia el Partido Comunista de la Unión Soviética y la otra consecuencia de la primera es que la más importante obligación de todo comunista, no importa la nacionalidad, es defender a la URSS. La tarea de hacer realidad estas obligaciones en un principio la tuvo el coordinador de los partidos comunistas naciones del mundo llamado Komintern. Esta tarea le fue delegada posteriormente a la KGB, poderosa policía secreta del régimen comunista Soviético, la cual no tardaría en fijarse en ese inquieto joven.
Lo trasladarían a Leningrado donde comenzó su entrenamiento. Algunos meses más tarde lo asignarían a un destacamento de caballería blindada del ejército soviético emplazado cerca de Berlín, capital dividida de la RDA. En ella ascendió a oficial y fue desplazado a una unidad de tropas especiales conocida como la Spetznaz, maestros en sabotaje y eliminación de enemigos selectivos. Dos años después fue licenciado de las fuerzas soviéticas.
Su paso por la Spetznaz le hizo méritos ante la policía política de la RDA, la Stasi, que lo reclutó para realizar algunos trabajos relacionados con la huida de ciudadanos al lado occidental.
Tres años mas tarde, se dio de baja concertadamente con sus superiores y se preparó para regresar a Colombia, país de origen a cumplir alguna misión. Esta involucraba no solo a sus mentores en Europa, sino a una organización política de izquierda en Colombia.
Ya en el país presenció como se derrumbaba el sistema socialista y por ende sus antiguos contactos y órdenes. Perdió todo canal de comunicación, motivo por el cual se quedó sin rumbo. Pero como dice un dicho popular “vaca ladrona no olvida el portillo”, ofreció a la organización guerrillera seguir con el plan traído de Europa. Conocidos sus antecedentes, esta no vaciló en asignarle la tarea de infiltración más importante que se haya realizado en el país. No sólo por su espectacularidad sino por su teatralidad. Iba a requerir de mucho tiempo para su ejecución, pero nadie tenía prisa, el ya estaba acostumbrado a este tipo de misiones en las cuales se puede gastar varios años para realizarlas.
El plan se trazó en el más absoluto secreto. Restringido totalmente a la cúpula de la organización. Con el agravante de que si esta cúpula desaparecía iba quedar totalmente solo, la información sobre la misión no tenía registros escritos.
Los fondos se darían en una sola cuota, debían alcanzar hasta el final de la misión, no había a quien pedirle más dinero ya que desde el día en que se iniciara la tarea se rompería totalmente la relación y nunca más, por ningún motivo se podía recuperar. Una vez cumplida la misión, sino moría en ella, se retiraría sin medallas ni reconocimientos.
Era una misión que cazaba perfectamente en su formación. El futuro, después de cumplirla, lo tenía absolutamente sin cuidado.
La realización del plan era de su exclusiva competencia. Tenía que ingeniárselo solo y superar todo lo hecho, hasta ahora, en golpes de mano. La imaginación de este agente se ponía a prueba y el no iba a defraudar a sus mentores.
Comenzó por elaborar una historia congruentes sobre su origen y pasado social. Resistente a una investigación hipotética, en la que todos los hechos del pasado fueran comprobables, incluso sustentados por testigos capaces de poner las manos en el fuego como garantía de veracidad.
Se puso al frente de su computador personal, comenzó a diseñar y crear toda una vida desde el nacimiento hasta más o menos su edad actual. Un software especial le informaba de cualquier incongruencia presentada en el desarrollo del diseño de una vida con todos sus pormenores.
Abuelos, padres, amores y desamores, infidelidades y posterior muerte. Obviamente no podrían estar vivos porque sería un hilo por donde desenredar la madeja. Realizó una profunda investigación para encontrar a una familia candidata a acoplarse al plano general de la historia. Muy viajada por el mundo. Por si alguna vez le tocaba explicar el porque de sus conocimientos de sitios o países, o por si a alguien le pareciera haberlo visto en Europa o en Moscú, podría respaldar sus argumentos en el hecho de los viajes de esta familia.
Encontró la historia perfecta y elaboró un plan sólo conocido por él. La llamó: Operacíon Gran Gabú.
El defecto era que no tenía reversa. Si las condiciones políticas del país cambiaran y se necesitara abortar el plan no podría hacerse. Nadie sabía donde encontrarlo ni que identidad había tomado. Era un cohete sin control después de lanzado contra un objetivo. Y ese objetivo era el poderoso jefe paramilitar. Misión cumplida. La guerrilla se atribuyó uno de sus más importantes golpes de mano en la historia de esta guerra.