luis tejada yepes Escritor activo
Cantidad de envíos : 671 Fecha de nacimiento : 26/10/1957 Edad : 67 Localización : Medellín Colombia Fecha de inscripción : 29/03/2008
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| Tema: EL CIRCO DE LA ALEGRIA II. CUENTO Dom Jun 01, 2008 9:25 pm | |
| 2 El Circo de la Alegría, tenía su origen ligado a una larga tradición familiar de trabajadores del espectáculo, tanto en la línea paterna como en la materna de acuerdo a una historia contada por el mismo propietario. Historia que se repetía siempre y cuando encontraba la mínima disculpa para echarla al vuelo. Como por ejemplo, cuando alguien no cumplía bien sus deberes, tenía que oírla como fuente inspiradora para el trabajo muy mal remunerado. El padre del Gran Gabú fue muy conocido en los ambientes circenses como domador de animales. En uno de los circos en los cuales desempeñaba su especialidad , conoció a Julia, famosa contorsionista, brillante en su oficio en la arena y en la cama, la cual lo convenció de fundar su propia compañía si quería casarse con ella, ya que no aceptaba como marido a un asalariado. Su alta alcurnia le exigía ser la esposa de un empresario. De esta unión nació el Circo de la Alegría. Un año después de contraer nupcias la mujer dio a luz un niño que se convertiría años más tarde en el Gran Gabú. Julia La Mujer Elástica, cualquier día, en una presentación oficial, practicando una rara contorsión que comprometía seriamente la cabeza, se desnucó. Se trataba algo así como de girarla sobre su eje (el acto se llamaba Exorcismo). Nadie pudo explicar como lo hizo pero lo hizo y de hecho ese número fue lo más grande visto por público alguno, recordado por siempre y obviamente nunca repetido en otro circo . El Padre también terminó los días de manera trágica, ofreciendo un espectáculo nunca olvidado por los presentes. Un elefante amaestrado para un acto consistente en los siguiente: el enorme paquidermo de varias toneladas ponía delicadamente una de sus patas delanteras en la cabeza del domador. En este caso presionó levemente pero proporcional a su peso, esparciendo los sesos del padre del Gran Gabú por todo el escenario.
3 El Gran Gabú, siendo un adolescente aún, se hizo cargo del circo quebrado, más que quebrado, al borde del cierre. Nunca fue capaz de superar la postración en que lo dejó la trágica muerte del matrimonio propietario. Al heredero le quedó el trauma que lo acompañaría de por vida. Se manifestaba en el convencimiento de que estaba signado para la tragedia. Como le tocó presenciar la trágica muerte de su padre, gravó muy profundamente en su subconsciente esa idea, y esta afloraba al consciente transformada en un miedo visceral, no solo a los elefantes, a todas las fieras o a otro animal que necesitara domador, a excepción de los perros, por los cuales sentía un gran cariño y con la cualidad de ser mucho más baratos, fáciles de conseguir y de alimentar. Al menos era la explicación dada ante la carencia total de animales por parte del circo. El Gran Gabú, no se casó ni tuvo aventuras con mujeres. Aún a la edad que tenía permanecía célibe, confirmando las sospechas, que el personal del circo había manejado desde siempre, el patrón era homosexual pero aún sin salir del armario. A pesar de haber quedado huérfano a tan temprana edad se esmeró por educarse en las artes circenses. Realizó estudios de avanzada del arte del payaso, expresión corporal y pantomima con famosos e importantes profesores y artistas de circo como James Donlon de los Estados Unidos, y con el reconocido comediante Sigifrido Aguilar de México. Participó en diversos seminarios, talleres y festivales en varios países del mundo. Estuvo varios años trabajando, según él, con el gran circo de Moscú en la propia capital de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, en plena guerra fría y durante el gobierno de Nikita Serguéyevich Jrushchov. Para los espectáculos de animales, infaltables en los programas de circo prefería los perros de la raza french poddle, porque consideraba estar con ellos a salvo de una despachurrada en algún momento del acto circense. Los perritos bailaban, trepaban por unas escaleras, y posteriromente se arrojaban de gran altura desde un trampolín, a los brazos del Gran Gabú. Dormía con ellos. Su preferida era Venus, una perrita blanca como la nieve, de piel colorada, la cual además de trabajar para él le brindaban el cariño suficiente y sin condiciones, que por su especial situación le había negado la vida. A la mañana siguiente, apenas comenzó a despuntar la aurora, el Gran Gabú se encaminó al pueblo a presentarse con el alcalde. Los artistas a pesar de la mala noche se dispusieron con entusiasmo a bajar del camión dos largas y gruesas varas de bambú , entre el enano payaso y uno de los trapecistas empujaron al suelo, desde la plataforma del camión un gran bulto tubular : la carpa principal y muchas manilas y estacas para apuntalar la carpa.
4 El clown era también un trabajador infatigable. Quería estar en todo, aunque su fuerza era proporcional a su estatura que no levantaba más de noventa centímetros. Era muy famoso porque de él se contaba en los ambientes circenses una anécdota de la vida real, que ocurrió en España hacía algunos años. El mentalista Anthony Blake organizó con una conocida cadena de televisión, un programa para el 22 de Diciembre de ese año, fecha en que se jugaba el Premio Gordo de Navidad de la Lotería Española, transmitido para toda España, en el cual ante testigos adivinaría el número del Premio Mayor. Anthony Blake ante millones de televidentes predijo el número ganador del premio mayor, el cual fue apuntado en una hoja en blanco y depositado ante tres testigos en una urna triclave, la cual estuvo vigilada por guardias de seguridad acompañados por la directora del programa. Una vez jugada la lotería efectivamente el número ganador correspondía al que estaba escrito en la hoja guardada en la urna triclave. Esta predicción le dio fama y dinero en España, hasta que algún malevolente personaje o celoso de la fama de este mago mental, dijo que entre la urna, en un fondo falso se escondió un enano, que al momento del sorteo escribió en una hoja similar a la original el número jugado. Se trataba de nuestro payaso enano. Ante este descubrimiento vino el repudio de los estafados contra él y no contra el mentalista. Carentes del buen humor propio de las gentes de estas latitudes tropicales, le bloquearon toda posibilidad de conseguir trabajo en lo único que era un maestro, hacer reír a la gente. Se vio obligado a salir de España y a buscar asilo en estas tierras sudamericanas en donde, precedido de la fama producto de la acusación, no le dio mucha dificultad encontrar trabajo. La mayoría de las personas, asistentes al circo que lo cobijó, iban atraídas por la curiosidad de conocerlo. Esa historia, por estos lares en donde la vida no se toma tan en serio, hacía reír de antemano a los espectadores. | |
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