aldochapa Escritor activo
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| Tema: El Circo del Hermano de Zagam - Capitulo 1 Lun Jun 28, 2010 2:40 am | |
| A gran distancia de mi ensueño había un gran malestar de la vida social. Se escuchaba un gran escándalo. Yo, tirado en mi cama con la almohada sobre mi cabeza intentaba frenar el altercado pero mis intentos fueron inútiles, quería seguir soñando, quería volver a estar con la niña que me hace suspirar; aunque para ella no exista en su vida real. Me levanté y estiré mi cuerpo, algunos huesos tronaron y algunos otros después de haberme puesto firme al suelo, volteé a ver al reloj, marcaban las seis de la tarde con cinco minutos, decidí cambiarme para hacer mi rutina de la tarde. Me tomé unas pastillas de vitaminas que mi tío Julio, el médico familiar me había regalado en unas de las idas a jugar billar, y después bajé a la cocina para prepararme mi licuado y agarré mi bote de agua.
Antes de salir de la casa me quedé pensante, era la hora para ver uno de mis programas favoritos, aunque se escuche anticuado e inmaduro, encendí el televisor para ver iCarly, pero la sintonización del primer canal era uno local. “Ya llegó, el gran espectáculo de sus vidas, no se lo pueden perder. El circo del hermano de Zagam, único en su género, ustedes verán bestias nunca antes vistas, personas deformes que en sus tierras fueron exiliados por ser grotescos y uniformes. Bailes de las chicas más exóticas del planeta y payasos que los mataran de la risa. No te lo pierdas, ya estamos a poca distancia de ti…” La voz del comercial era de diferente acento, no era mexicano, no era español, ni sudamericano, y dudo que europeo.
— Extraño —dije.
Cambié de canal, y estaba el mismo comercial, cambié a un canal nacional y se estaba reproduciendo el mismo. Apagué el televisor y salí de la casa.
Me encaminé hacia el este, pasando por la calle Prisciliano Delgado, entre 18 y 20, después entre 18 y 16. Al llegar a la esquina de dicha calle, se encuentra un parque el cual es llamado “la rotonda”. Es un campo en forma de ovalo con un perímetro de 650 metros, con una inmensa arboleda y en el centro de éste, unos juegos para niños. Me adentré al parque, ya que debería de pasarlo en forma directamente para llegar a mi destino.
Unos gritos de desesperación me hicieron detener. Hacia el sur, venia caminando a paso veloz una anciana con un andador en sus manos. Era increíble, a pesar de su edad, parecería que estaba corriendo, o peor aún, huyendo de alguien que la quería asesinar.
— ¡Ayuda…! —La anciana se tropezó a una distancia de 100 metros ante mí.
Yo corrí a pedido de su auxilio, y al llegar a ella ayude a levantarse.
— Hijo, escapa, abandóname, vete a tu casa y no salgas.
— Pero…
Una fuerza descomunal presionó mi antebrazo impidiendo la circulación hacia mi mano. A poco tiempo mi muñeca comenzó a tornarse morada y después azul, el auge que ella emitía desde lo más profundo de su agonía no me dejó recapacitar. A inmensa distancia escuché voces de una banda que se aproximaba, levanté mi cabeza y divisé una neblina o humo de varios colores que se abría campo desde el sur.
Eran cuatro personas que vestían de traje de gala corriendo velozmente. Ellos llegaron a donde estábamos los dos y trabajosamente logré zafarme de la persona que obstruía con mi firmeza.
— ¿Qué ocurre? —Pregunté con miedo.
— Joven, disculpe nuestras molestias, pero necesito llevar a esta anciana a donde pertenece.
— ¡No, por favor! —Las palabras de la anciana rebotaban afligidamente en el aire que nos envolvía, el cual era apesadumbrado desde la llegada del circo.
Desde mi interior me invadía un terror aliciente, algo que en mi vida nunca había sentido, tenía otros sentimientos pero el más llamativo era la fluctuación. Quería saber que estaba ocurriendo en el sur; pero, al mismo tiempo sentía tristeza y cobardía, ¿Cómo era posible entregarle a unas personas desconocidas la vida de un individuo que pedía clemencia por escapar de su destino? No tenía otra opción, y decidí la siguiente.
— Lo siento caballeros, pero no permitiré que se lleven a mi abuela.
— ¿Pero qué acabas de decir? —Dijo uno de ellos, que estaba detrás del que me había hablado.
— ¡Detente! —El hombre, que al parecer lideraba a los demás sujetó a la persona que me había contestado de mala gana— Disculpa a mi compañero, pero es un poco desesperado y tiene un carácter pésimo, no le gusta las respuestas negativas.
La anciana se puso de pie y comenzó a huir. Por una razón incomprensible yo no escapé de ellos, y me quedé sin moverme a pos de la retirada de la señora.
No podía moverme, y los cuatro individuos se quedaron de igual, viendo como corría la anciana a espalda mía. Otro de ellos habló “Escapó, ¿Qué le diremos al jefe? Es muy seguro que nos cuelguen o nos imponga nueva sentencia”.
— Calla. Se nos habrá escapado uno, pero regresaremos con un nuevo festín.
— Pero, esa anciana va a hablar y tendremos que irnos. Tardamos horas para montar, y nos llevará más tiempo…
— Ya no hables —Gritó ordenando— No importa, no hablará, está escrito en los pergaminos, ella no le queda mucho tiempo, al momento que llegue a su casa, será alma de Beli-yacal.
No entendía nada de lo que decía, ¿Beli-yacal? ¿Pergaminos? ¿Nuevo festín? ¿De casualidad estarían hablando de mí? Dios mío, ya comprendí, no cabe duda, yo soy su nueva presa, tendré que correr. Pero, maldita sea, mi cuerpo no me obedece, ¿Qué está pasando? ¿Por qué no puedo dar un paso para atrás y seguir el mismo camino que la anciana?
— ¿Señor Aldo Chapa, sería muy amable de acompañarnos?
¿Acompañarlos? ¿A dónde? Ya no quiero saber nada, quiero irme a casa, quiero regresar y volver a dormir. Maldita sea. Esto debe de ser una pesadilla.
Sin razón aparente, logré mover mis pulgares de los pies, sentía un gran cosquilleo por todo mi cuerpo, desde mi cuello hasta la columna y posándose en mis pies, era como si mi cuerpo hubiera estado dormido por años y apenas reflexionando para poder escapar. Di un paso para atrás, y mis ojos estaban llenos de lágrimas y el miedo me ceñía con una estrangulación solida haciendo mis pasos y reflejos demasiados lentos.
Me escapé por las arboledas de la rotonda, me faltaban escasos 20 metros para llegar a la calle 16, pero, el humo de colores ya era presa de la travesía, ya no veía nada, ya todo era morado, azul, amarillo y celeste. El oxigeno comenzó a morir entre la neblina, estaba siendo asfixiado por este terror, pero más aún al sentir el jalón de mi playera de tirantes hacia atrás, acto seguido, unas manos me sujetaron mis brazos y la voz del líder la escuché muy claramente.
— No se resista por favor, solo perdería fuerza para presentarlo ante nuestro juez.
— ¿Juez? _____________
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Poesiacarnivora Escritor activo
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| Tema: Re: El Circo del Hermano de Zagam - Capitulo 1 Mar Jul 06, 2010 10:23 pm | |
| Comienzo la lectura de esta novela, al terminarla dejare mi comentario
Como veras al pie aparece un enlace a cada capitulo siguiente, así la lectura es más dinamica, y es más facil para el lector.
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