OTRO MUNDO.

Suelo decir - con harta frecuencia y a personas de mi entorno directo - que al final uno percibe que no enseña nada de lo que en la vida ve sino que es al contrario: uno termina aprendiendo de ésos a los que por las circunstancias que sean cree que enseña o entrega lo que sabe: aprendemos de los que nos piden conocimientos.

No me viene ahora a la cabeza exactamente de quien fue la frase, si de Séneca o Sócrates, que decía: “yo sólo sé que no sé nada“. Uno descubre tantas cosas a la vez, tanta información pasa por delante de nuestro contínuo caminar por la vida que uno llega a descubrir – tarde pero aún a tiempo - también que no es de información de lo que nos nutrimos y aprendemos sino de opiniones unas veces acertadas y otras no tanto pero que ahí siempre quedan para que cada cual la analice y genere más y nuevas opiniones y así hasta el infinito.

Estoy cada vez más convencido, también, que vivimos en una sociedad desquiciada; una sociedad que huye en todas las direcciones sin saber exactamente hacia dónde quiere llegar; una sociedad en que en la mayor o menor bondad de ésta se ve y revela - como bien expone Santiago Alba en su artículo “Placeres” en su columna La calle del Medio – menos los sufrimientos de sus víctimas en los placeres de sus beneficiarios. Este capitalismo salvaje y deshumanizador que sufrimos se manifiesta tal como es y sin complejos algunos en sus fábricas donde los hombres y las mujeres ya temen hablar en voz medianamente baja; los miedos ya no nos llegan de los que están arriba y mandan, no. El miedo y el terror al que estamos expuesto nos llega del que está al lado nuestro, de ése y ésos con los que compartimos, cada vez menos, palabras, gestos, preocupaciones, ideas, conceptos e incluso y a veces hasta nuestro tiempo libre; de ahí y de ellos mismos nos llegan los miedos y lo que es peor: las dudas.

Huímos del paro y sus consecuencias, y lo hacemos con tanto terror que ya hemos aceptado sin más y cobardemente que cualquier trabajo por muy precario que sea nos salva casi la existencia en los tiempos que corren; ¿ y qué signifca ésto? Pues que hemos aceptado así sin más y en silencio el nuevo concepto de esclavitud del siglo XXI. Al mismo tiempo, y paradógicamente, que huímos del paro que nos prostituye y nos mata también ocurre que nos entregamos a los placeres cavernícula de esta sociedad que sin miramientos ni escrúpulos nos quiere esclavos de ésos que lo tienen todo y jamás encuentran donde saciar su poder absoluto; es entonces cuando nos escondemos en las religiones, en la fe e incluso en los psicofármacos y antidepresivos que el mismo capitalismo proporciona para aguantar hasta que dejamos de aguantar y caemos.

Y me pregunto, como también lo hace Santiago Alba: ¿ Habrá otro modelo? Yo casi diría que lo ignoro; ignoro si hay otro modelo inventado y oculto o por inventar; y es entonces cuando también quiero agarrarme a la frase de – y sigo sin recordar si es de Séneca o Sócates - “ yo sólo sé que no sé nada “ ocurriendo también que entre más sé menos comprendo. Sí sé, o al menos tengo conocimiento de ello y por medio de la lectura, uno de los placeres en los que más he creído siempre, que Bertolt Brecht y antes de morir escribió un bello e interesante poema con título de “Vergnügungen” y que algunos traducen, Según Santiago Alba, como “placeres” y otros como “satisfacciones”. También yo – y porque lo he leído – prefiero éste último término derivado del latín “satis” ( bastante, suficiente) porque así sitúa la mirada en los límites del mundo, de un mundo, fuera y alejado del cuerpo e incluso de la mente y sus intimidades inifinitas.

En este poema Bertolt ofrece y nos deja una lista visual de pequeños e “infimos” placeres conectivos tales como: mirar por la ventana; rostros alegres; viejos libros vueltos a encontrar; la nieve, zapatos cómodos, el hablar con una dialéctica adecuada...), términos todos éstos incomprensibles como si de una lengua muerta y extraña se tratara para un cliente normal y asíduo de Mac Donald y/o Wall-Mart, un cliente de la Fox o un admirador de Cristiano Ronaldo o cualquier personaje de la moda de última generación.

Cuando, por las circunstancias que sean, descubrimos todo esto ocurre que también descubrimos otras cosas que, en ocasiones y depende de si eres o no “cliente” de Mac Donald o/y admirador de Cristiano R.,son escandalosas para ciertas mentes; cosas como el verdadero concepto de palabras tales como “comprender” y ser “amables”. ¿Por qué, a razón de lo que vemos, resulta que hoy nos parece imposible, o casi, encontrar y disfrutar del placer en las palabras “comprender” y “ser amables”?, pues porque al contrario de, por ejemplo, que con la prostitución, los negocios de fast-food, el dolor e incluso el orgasmo resulta que el pensamiento y la amabilidad son dos formas distintas de reconocer, y aceptar, la existencia del mundo, de otro mundo en el que siempre hemos vivido pero al que le hemos dado la espalda sin saber, cuándo, cómo ni porqué. Estas dos palabras y los conceptos que encierran, sigue diciendo Santiago Alba, se comportan ante las cosas y los hombres como seres humanos como el náufrago ante los niños a los que se debe, bajo obligación lógica y humana, ceder el paso al abandonar el barco que se está hundiendo.

“Comprender” es, debería ser tomado así, como un ejercicio de buena educación con el objeto único de darle la palabra al que quiere hablar, dejarle pasar por delante de nosotros a los que corren para salvarse antes de que el barco se hunda; ceder nuestro asiento en una guagua ( autobus ). El zoólogo, por poner un ejemplo, deja hablar a los animales para entender su mundo; el físico hace lo mismo con el átomo: le deja que se exprese...hay que ceder, dejar ser. Ser “amable” es al mismo tiempo una forma de re-conocer a nuestro prójimo cercano o lejano en la distancia; de comprender su existencia y su presencia aquí. Ocurre, digo, que vivimos en un mundo desquiciado y que no sabemos ya hacia dónde vamos o mejor dicho: hacia dónde nos llevan. Ocurre también que son ya tan pocas las veces que decimos “por favor” o/y gracias que a veces más que víctimas ya nos hemos convertido en verdugos y lo que es peor: ni lo sabemos ni lo queremos saber y menos aún reconocer.

“Compreder” y “ser amable”, como bien dice el poema de Bertolt es una condición implícita de toda sociedad justa, humana; es, debería ser, el primer artículo de toda constitución política. El comunismo ( de comunidad ) es el conjunto de procedemientos complejos y difíciles pero aplicables si quisiéramos de todo lo económico, social y tecnológico que nos debiera permitir todos estos placeres sencillos para poder más que vivir ya “sobrevivir” en este mundo que no sabe a dónde lo llevan; se nos debería permitir estos placeres sencillos de forma amable como: el abrir la ventana y reconocer el mundo que hay fuera o que hubo; el de abrir los ojos para ver lo que nos ocultan; el reconocer, a veces, la superioridad de un niño, de un anciano e incluso de un enfermo...

Teknarit, África.

Tratando de ser coherente con la opinión( ..."y me preguntas tú qué es poesía?") (Sobre sus reflexiones acerca de "El naufragio"), texto que sometí a la consideración de todos ustedes, la esencia precisamente es encontrar ese OTRO MUNDO. Pienso que está al alcance de nuestras manos, como bien plantea en su texto, en aprender hasta de cada semilla que no sabe el pie que hollará la tierra donde su flor abrirá la corola y sin embargo florece. Un placer reflexionar con usted.Me parece un texto excelente y optimista. Muchas gracias.

Buen texto para la reflexión Tek, un mundo que en realidad no es tan dificil de construir, aun cuando la sociedad siga tópicos muy diferentes. pero es factible hacerlo y en estos pensamientos, das cosas simples y sencillas, para lograrlo. Buen tema.

Un abrazo,

Ignacio

Cada viernes por la noche cuando me toca, en mi empresa, hablar, dialogar y saber quiénes son las personas que están en mi mismo proyecto empresarial suelo hacer una pregunta muy concreta a los nuevos que llegan, una pregunta trampa: ¿ por qué estás en este negocio, por qué has venido a esta empresa que ejerce un sistema de trabajo a nivel mundial usando como medio el newmarketing ?...Y la pregunta siempre les viene de sorpresa, y casi siempre la respuesta es la misma: " para ganar mucho dinero"; y yo les insisto: ¿ ganar mucho dinero para qué ? y es entonces cuando lo sueltan todo: "para comprarme una casa mas grande, para tener un coche mejor, para viajar mas, para esto, para lo otro ...". En ningún momento casi nadie a los que hago esa pregunta contesta que buscan algo que no sea material y es ahí dónde veo, después de ver tantas y tantas cosas, que es por donde nos estamos yendo al carajo.

A veces pienso que Dios nos creó imperfectos, y lo digo porque estoy convencido de que nacemos en un mundo que en su estado natural es perfecto pero que dentro de éste somos nosotros los que hemos roto la regla: somos imperfectos. El mundo que hemos construido de forma materialista ha creado hombres materialistas y éste es el resultado de lo que tenemos. Nuestros sueños van dirigidos al "tener" y nunca o muy pocas veces y salvo excepciones nos conformamos con "ser"; nos empeñamos en no ser felices, en no buscar la felicidad sino a costa del tener material y es ahí donde fallamos.

Cuando recuerdo qué feliz era de niño jugando simplemente con un simple palito con el que hacía rodar un aro me pregunto ¿ tanto hemos retrocedido que ahora nada nos sacia en cuanto a teneres materiales ?. Nada de lo que tenemos nos llevaremos con nosotros cuando llegue el momento, quizás sea porque en verdad nada tenemos; sí digo, por el contrario, que si algo de mi quisiera que se quedara aquí sería el recuerdo de mi forma de ser, actuar y pensar y que cada uno recoja lo que mejor crea que le conviene.

A más crisis, más deseo material: más y más exigencias vacuas e innecesarias. Poco a poco y sin que nos demos cuenta vamos perdiendo valores y formas de ser y sentir que quizás nunca tuvimos ( algunos ) y es por ello que no saben en qué mundo de frustraciones viven y menos aún: no saben cómo escapar de él. M. Scott Peck, del que he leído algo dice en su libro "Un camino sin huellas " una frase que hace unos días y al leerla me hizo pensar en escribir esto que arriba dejé, dice: "Nuestros momentos de más lucidez suelen tener lugar cuando nos sentimos profundamente incómodos, infelices o insatisfechos. Pues es en estos momentos, empujados por nuestra insatisfación, cuando salimos del camino trillado y empezamos a explorar maneras diferentes de hacer algo o respuestas más certeras". Einstein decía que la Humanidad avanzó gracias a los muchos y continuos periodos de crisis que el hombre en su ignorancia y egoísmo creó; a cada periodo de crisis somos unos los que evolucionamos y otros los que ahí se quedan o mueren en sus desesperos materiales.

En cada momento de nuestras vidas son las distintas circunstancias las que nos guía, las que nos lleva de un estado a otro y de un lugar a otro también; son éstas las que deciden por nosotros y no al revés como creemos; creemos en algo que no existe ( al menos yo creo que no existe ) y es la suerte. Ésta no existe; lo que realmene existe son una serie de circunstancias que en un momento dado provoca y genera "ocasiones" a las que denominamos "suerte" pero que no lo es. Suerte es, sería, ( y sólo en cierto modo ) el hecho de encontrarnos en el suelo un billete de lotería y encima que ocurra que ese día sale premiado ése número; aún así yo digo que eso no es suerte sino que lo que ocurrió fue que se dio anteriormente una circunstancia concreta y fue que tú pasaras por ahí donde lo encontraste; si cualquier otra circunstancia te hubiera impedido pasar por ahí en ese momento evidentemente no lo hubieras encontrado y por lo tanto lo que tú llamas "suerte" no se hubiera dado: existen las circunstancias que provocan unos hechos, no existe la suerte.

Voto por provocar circunstancias que nos haga "ser" de otra manera de la que somos o nos han hecho ser; voto por considerar que "tener" no provoca, en la mayoría de los casos, felicidad absoluta; voto por cambiar, re-evolucionar...Ser antes que Tener.

Teknarit, África.

Otro mundo es posible si empezamos a simplificar nuestra vida poco a poco con las cosas más sencillas,al menos otro mundo más gratificante para nosotros puede ser:
La lectura de un buen libro,un paseo por el campo,contemplar el atardecer,subir a lo alto de una montaña,una charla amena con los amigos,disfrutar de una noche estrellada,un café en una apacible terraza,un baño de sales,regar las plantas, andar descalza por la arena,ponerse guapa para una misma, escribir una carta,una poesía,rodearnos de flores...
son cosas sencillas que todos podemos hacer y disfrutar y que realmente pueden ser momentos de felicidad, de bienestar, de tranquilidad,de desconectar.
Así de simple!!aunque a veces parezca tan complicado de hacer.
Simplifiquemos nuestra vida... no nos dejemos llevar...

¡¡Abrazos de mil flores !!