AL FINAL ALGO SIEMPRE QUEDARÁ...

A cada palabra escrita que seamos capaces de darle alma y echarla andar por este mundo cibernético es un paso más en que logramos transmitir eso que cada vez más necesitamos y de lo que ya estamos mas que escasos: relación humana.

Alguien me dijo en una ocasión, convencida, de que cualquier contacto o acto de intentar llevar aqui y por medio de la palabra escrita una relación con otra persona debería tener en cuenta antes que nada de que se trata de una relación puramente "virtual". No es así en absoluto.

La palabra es el último, o casi, vínculo que nos queda a los seres humanos para reafirmanos en nuestra forma de ser y sentir; si somos capaces de darle fuerza y veracidad a la palabra, llenarla de contenido e innundarla de sentimiento ocurre que una vez la echemos a andar ésta hará por sí misma el trabajo deseado allá donde llegue y este no es otro que compartir sentimientos y maneras cercanas de pensar.

Creo en la palabra más que en la imágen a pesar de que el slogan dice lo contrario; creo en la palabra que nos sale del alma, del valor de su fuerza aunque quizás ésta y con el tiempo pierda algo o toda su fuerza, su significado. He sentido, de continente a continente los efectos que produce en las personas las palabras dichas con el corazón, he visto la expresión de sus ojos y que son al fin y al cabo el espejo del alma de las personas. Es imposible olvidar momentos que fueron sellados con la fuerza y el significado profundo de lo que se dijo de la única manera en que se pudo desde la distancia decir: con la fuerza de la palabra escrita.

Al final uno se da cuenta de que cuando habla con las personas no enseña nada de lo que sabe, sino que acaba sabiendo de lo que no sabe, de lo que ignora. Las personas nacemos, damos y recibimos lo que nos merecemos pero al final y en la memoria colectiva queda éso que decimos y escuchamos de cada cual mediante el uso de la palabra escrita si ésta fue entregada con el corazón y desde el corazón. Una imagen no valdrá jamás mas que mil palabra como dicen el slogan, no. Valdrá más siempre la palabra que se diga desde dentro mismo de uno, desde lo más adentro de su alma y eso siempre quedará como verdadera imágen emocional.

Para Nubia Astrid en Colombia. Desde tan lejos...Y tan cerca.

Teknarit, África.

No creo que la virtualidad no deje huellas. Uno lee, capta el mensaje y se involucra en él. (Éste es el mejor ejemplo de ello)
Las palabras quedan en la memoria individual y forman parte de la memoria colectiva, del imaginario social.
Alguna vez escuché a una señora bastante mayor que decía: Hay palabras que dan la vida y hay palabras que matan, es cierto, la palabra como medio de comunicación tiene una fuerza y un efecto profundo.
Creo que el escritor debe siempre cumplir con la tarea de dejar en sus escritos mensajes que lleven a la reflexión, a la entrega de su concepción del mundo, al esparcimiento, tocar al lector de alguna forma.
El eslogan de que la imagen vale más que mil palabras, es comprensible. Sin embargo la imagen se vuelve estática y creo que no es lo mismo mirar un libro (por ejemplo) lleno de imágenes, que lleno de palabras.

Un texto para debatir. Gracias por compartirlo.

La virtualidad, en este espacio cibernético, no puede de dejar huella puesto que toda acción genera una reacción; a partir de ahí todo radica en decifrar y entender qué sentimientos genera lo que se lee y qué intención tiene el que lo escribe, o al reves.

El buen uso de, no de la escritura en sí, sino del arte de usar la palabra escrita como arma para la comunicación e incluso como arma para persuadir radica un poco en el conocimiento que tenemos de nosotros mismos y de la sociedad a la que nos dirigimos por este medio; escribir significa dar, transmitir, compartir e incluso entregar y para ello necesitamos saber qué necesita e incluso de qué carece esta sociedad y las personas que la conformamos. La misión ultima de un escritor o una persona que escribe es la de generar sensaciones y que al mismo tiempo produzca reacciones que enriquezca a las personas.

Hay palabras que dan vida y las hay que la quitan y efectivamente así es. También hay "escritores" que matan y no sólo por sus palabras y los efectos que éstas producen sino por la intención errónea y/o equivocada de cómo entregan esas palabras. Hay personas y "personajes " dentro de este mundillo de la escritura ( en realidad es el submundo de la escritura ) que luchan por un status social que no les pertenecen pero al que llegan como premio de una labor determinada y son ésos falsos " intelectuales" que se dejan atrapar por la miel del triunfo y sólo desean ser estúpidamente vanogloriados no sólo por gobiernos e instituciones previo mediante acuerdo para el uso común de un interés, sino por una sociedad que una vez idiotizada los adoran sin más.

Un intelectual íntegro jamás debe ni puede estar - en conciencia - cerca de ningún poder ni público ni privado y menos aún cercano a lo político; un intelectual es aquélla persona que entrega sus conocimientos adquiridos previamente al conjunto de la sociedad para que ésta haga el mejor uso que pueda de éstos. También creo que jamás un intelectual deba bajo ningún pretexto recibir premios alguno oficialmente; los premios y salvo excepciones sólo sirven para envilecer la mente y matar el alma de verdadero intelectual.

Tigzirin Tiknariyin, Ta-Ferka.
Canarias, Africa.
Teknarit

La fuerza de la palabra derriba montañas.

Estoy de acuerdo con lo que planteas y no debemos dejar, jamas, que ese vinculo se rompa o lo destrocen.

Gracias a este sitio y, por supuesto, las palabras, he logrado ir mas alla de mis fronteras, compartir en este mundo casi tan dolorosamente incompartible.

Muy buen tema!