LA CALLE DE LAS CAJAS...

Todo, o casi todo, queda guardado en ese espacio al que llamamos memoria y que a veces es como una especie de registro que guardan datos nuestros y que nos impone un pensamiento y de ahí una actitud frente a la vida.

Mi memoria está repleta de imágenes, todas éllas lúcidas y frescas aún. Una de ellas hace referencia a unas cajas siempre arrimadas a un muro y a las que nadie quería tocar porque en realidad no eran cajas sino ataudes para ser retirados cuando llegara el nefasto momento. Son mis recuerdos, recuerdos de mi niñez, de un niño de apenas 7 años que aunque al principio nunca pregunté por el uso de aquéllas cajas sí lo supe después y sin preguntarlo. Todo ocurría así: de vez en cuando aparecía el cartero de cuyo nombre ya no me acuerdo o quizás debería decir que nunca lo supe; el caso es que éste cada cierto tiempo aparecía por aquélla calle y al grito de "cartas de Ifni" ( Ifni fue en su momento una colonia de españa en el actual Marruecos ) las madres aparecían de repente con apresuramientos y reflejando en sus caras el temor para ver sí entre ésas cartas llegaba la nefasta noticia que ninguna de aquéllas madres deseaban oir y que no era otra que la muerte en acto de servicio de un hijo o ser cercano en tierra lejana.

Aquéllas cajas o ataúdes tenían por misión estar allí continuamente para ser retiradas por aquellas madres que sabían, mediante la noticia que el cartero le traía, que un ser querido cercano había muerto. Esto no es un relato sacado de la mente de un niño de 7 años, sino restos aún frescos y guardados en la memoria de un tiempo real en las Canarias de los años 60 del siglo pasado. "Cartas de ifni" era un grito de desesperación, era un llanto desgarrado, una denuncia indenunciable socialmente en aquéllos años en el que la pérdida de un ser querido se justificaba con el hecho de que dio su vida por la Patria sin que nadie supiera jamás qué Patria era aquélla que tan poco quería a sus hijastros, porque así era como los trataba en aquellos años de silencio y miedo...

Teknarit.
África

Es un magnífico relato. Con solo una imagen, cual una fotografía, nos penetras en algo tan desgarrador como hijos perdidos en las trincheras y madres esperando su vuelta... muertos.
Seguro que nunca olvidarás esa imagen de las cajas(vacías o llenas) y que te agradezco hayas compartido aquí. Para pensar un poco sobre la peor de todas las locuras.
Cordiales saludos Teknarit.

Concuerdo plenamente con lo que dice Armanda, un relato magnifico, muy bien llevado, donde nos permites como lectores vivenciar esos recuerdos.
Excelente texto.

Que las hadas te acompañen

Citación :

la pérdida de un ser querido se justificaba con el hecho de que dio su vida por la Patria sin que nadie supiera jamás qué Patria era aquélla que tan poco quería a sus hijastros, porque así era como los trataba en aquellos años de silencio y miedo...

Así bien decías en este microrrelato, LA CALLE DE LAS CAJAS.
Tek, mil sentimientos me han venido a la mente al leer esta narración tuya, te felicito por la claridad a la hora de expresarte con la escritura, amigo.

Lo tristemente es que no existe el escalofrío cuando forma parte de lo cotidiano. Hay muchos cuadros de vida a los que hay que enjugarles las lágrimas, permanecen colgados en las mentes. No hay tiempo que los olvide porque de esa experiencia el río avanza y sabe dónde sonaba el agua. Es la realidad que se cuenta, mucho más valorable para quien la da a conocer. Historia.

Mi saludo. Elisa.

Toda mi admiracion para tu relato y mi dolor tambien, el dolor de esas madres es un poco mi dolor porque no puedo olvidar que tambien lo soy y ni siquiera logro imaginar hasta que limites llegaria , seguramente era infinito...Recuerdos y reflexiones de tu pluma brillante.Un gusto enorme llegarme hasta tus letras
Un abrazo enorme amigo mio
Ximena

Pasaba por aquí y de imprevisto vi todo esto otra vez...Gracias a todas por los comentarios.

Teknarit, África.

Tu memoria está plagada de recuerdos que perfuman tu corazón y tu alma y es entonces de ahí ,de donde salen relatos y palabras que transmiten tu buén sentir como persona y tu exquisita calidad como escritor.

¡¡Mil abrazos de rosas perfumadas!!

Una postal desgarradora, el estar pendiente de la voz del cartero, de las cartas fatales, del hecho de no poder volver a besar en la frente a ese hijo que alguna vez vimos sonreir. La muerte fuera de "casa" es una de las mas lloradas.
Excelente micro

La fuerza del hecho central no debe opacar tu calidad para presentarlo.
Esto no es historia, es literatura y como tal debemos verlo.
Las imágenes vivas del niño, el desentrañarlas sin que se las explicaran, el descubrir su historia particular dentro de la historia universal, son para mí, los ejes donde radica la grandeza del texto. Incluso el final, la reflexión, es acorde al protagonista.

Un buen trabajo TEK ciertamente un buen trabajo.
Felicitaciones.