Pablo Neruda+++Recomendado de Noviembre de 2009+++

LOS ÚLTIMOS DÍAS DE NERUDA

El día 23 de Septiembre de 2009 se conmemora el 36 aniversario de la muerte de Pablo Neruda. La muerte de Neruda, fue como el epitafio de una época de luchas, de victorias, derrotas y esperanzas. Siglo XX donde la clase proletaria que adquirió su propia cultura e identidad en las minas del carbón de Lota y en las salitreras acrecentado además con el poder de los sindicatos, que con sangre, sudor y lágrimas, lograron importantes beneficios sociales para los trabajadores, más la reforma agraria y la nacionalización del cobre que fueron algunas de las conquistas de estos tiempos que termina de forma arrebatada en Septiembre de 1973.

Neruda fue uno de los protagonistas de esa época de fervor ciudadano, de afirmación de una identidad cultural latinoamericana, y de un optimismo histórico que celebra victorias como el triunfo del Frente Popular, en 1938, y la derrota mundial del fascismo en 1945. dan cuenta del corte violento que experimentan, tanto la vida nacional como la del poeta. Éste, aun cuando estaba gravemente enfermo y recluido en Isla Negra, seguía escribiendo y trabajando por la cultura y el país, y además, para mantenerse informado del acontecer nacional.

Últimos encuentros

Alfredo Mancilla, periodista, relata: “Lo encontré en su biblioteca, frente al fuego de la chimenea. Me pareció sombrío y desanimado. Tenía en las rodillas un ejemplar de Desolación, de Gabriela Mistral. Me dijo que lo habían impresionado una vez más los Sonetos de la muerte y leyó algunas estrofas...Veía todos los noticiarios de la televisión, escuchaba la radio, leía todos los diarios que aparecían. ¿No crees, dijo, que estamos en vísperas de una guerra civil? Yo lo tranquilicé: la situación era tensa y delicada pero ya habría alguna salida. Luego me pidió que conversara con algunos escritores y con el propio Dr. Lipschutz para crear un comité de auspicio que llamara a una gran reunión internacional de apoyo al Gobierno de la Unidad Popular. Me dio algunos nombres posibles: Sartre, Matta, Sábato, Vargas Llosa, García Márquez, Arthur Miller, etc. El pretexto sería la celebración de sus 70 años, pero el fin sería el apoyo de grandes personalidades culturales al Gobierno del Presidente Allende.” Luego de dictarle lo que el mismo Mansilla llama “un bello artículo de dos carillas y de la mejor prosa nerudiana”, se despidieron. “Fue la última vez que vi a Pablo Neruda” recuerda el periodista.

José Miguel Varas, recuerda que el 11 viajaría a Isla Negra, junto con Fernando Alegría, para llevarle al poeta un paquete con los primeros veinte ejemplares de su libro Canción de gesta, editado por Quimantú. Apunta el escritor: “Escuché por última vez la voz de Neruda el 11 de septiembre alrededor de las 7 de la mañana, cuando lo llamé para decirle que había un golpe militar en marcha en Valparaíso (era lo que se sabía hasta ese momento) y que parecía muy difícil que fuese a visitarlo aquel día. Tal vez más tarde... -Tal vez nunca- me dijo, con voz fatigada. Así fue.”

Aída Figueroa señala que días después del 11 se produjo el allanamiento de la casa de Isla Negra. Los soldados registraron todo y hasta escarbaron en el jardín en busca de armas. “Pablo estaba mirando todo eso por la ventana y para él, según Matilde Urrutia, fue especialmente terrible. Era la agresión a su casa, la impresión física de los soldados entrando por todas partes, la visión de la brutalidad absoluta.”
Entretanto, las casas de Santiago y Valparaíso eran saqueadas. Más tarde, cuando los restos del poeta eran velados en La Chascona, inundada y destruida, la misma Aída Figueroa tuvo que recibir a los representantes de la junta militar, que pretendían expresar sus condolencias. La versión oficial era que la casa había sido asaltada por delincuentes comunes. Aída demostró que no se habían robado nada, que el propósito del asalto fue sólo la destrucción vandálica. “Les mostré lo que había quedado de eso”, dice Aída. “Habían destripado el reloj. Era un reloj muy antiguo, precioso, de marquetería inhallable ... Los hechores habían dejado su marca en todas partes. Recuerdo un cuadro con la figura de una vieja dama, regordeta y bigotuda, una pintura antigua... Le metieron un cuchillo justamente en la parte del ojo y le hicieron un rajón hacia abajo. Era difícil que hubiera delincuentes con tiempo para hacer tal clase de vandalismos. Les mostré, por último, las montañas de cosas sacadas del canal ... Podría haberles dicho mucho más. Que en esa casa, por ejemplo, no había una taza, un vaso para tomar agua. Ni luz, obviamente, de modo que el velorio tuvo que hacerse con velas, como un auténtico y muy triste velatorio del sur.” Lo que le ocurría al poeta era una imagen de lo que estaba sucediendo en el país: la vida violentada, la secuencia de la vida cotidiana interrumpida, la democracia suspendida “hasta nueva orden”, como se dijo.

Aun así, Neruda siguió dictando y corrigiendo sus escritos en la Clínica Santa María. Aída Figueroa recuerda: “ Vi que tenía disnea y que su estado era grave. Pero se notaba dueño de sí, a pesar de todo, y corregía unas últimas cosas. Homero le había pasado unas hojas grandes , un texto que algo decía de centauros y generales. Hizo toda la corrección. No desmayaba. Estaba además leyendo una novela (...) Se quejó del dolor, un dolor generalizado y que le resultaba insoportable. Luego dijo: El lunes me voy a México y allá me voy a mejorar. La idea de la muerte no estaba en él... “

En efecto, el Presidente de México Luis Echeverría instruyó al embajador Gonzalo Martínez Corbalá para que ofreciera la hospitalidad de su país a Neruda y Matilde. Se dispuso que un avión especial pudiera trasladar al poeta con todos los cuidados que éste requería, pero la muerte se adelantó al viaje.

Entre sus testimonios, Hernán Loyola señala que “la noche anterior al día de su muerte, es decir, la noche del sábado 22, Pablo conversó con Matilde y le declaró que cuando se repusiera, compondría algunos libros más...”

Excelente. Permitime quedarme con esta frase del trabajo "La idea de la muerte no estaba en él"

Uno de mis poetas preferidos, eres un gran poeta, él se marchó, pero nos dejó su legado inmenso de letras
Un placer haber pasado
Un beso

Bueno, Nacho, además de un "autorazo", para mi, al que mencionas en tu reseña; un buen trabajo. Felicitaciones. Un gran abrazo.
Sil.