Después de unas horas de vida otoñal y delirios marrones, la angustia se apodera de si misma y se aferra a su gloria, acepta vivir con este hombre que; con empeño limpia el camino de ella para satisfacer su necesidad de sentirse protegida y alabada. El; Manuel calma su delirio y cambia el color de su ambiente para que; ella también sienta, huela otros colores. Oportunidades perdidas de labios grises y su mirada perdida – ¡si! , me casare contigo- escribiré una historia de cuentos y felicidades.
Entre los caminos de su vida, se encontró con esos temores, que siempre estuvieron en la misma pared, en el mismo sueño que; se escondían tras sus fantasmas. Con sabor a oscuridad, besando a sus extraños clientes en la hora púrpura nocturna, separando los golpes de “pasar mercados” entre pueblos cercanos. Una mañana después, recorriéndole sangre de su cuerpo, tirada en una sala de emergencia de un hospital del centro se encuentra frente a frente con su hijo, nacido de los golpes minutos atrás. Su silencio y descontento se hacia cada vez mayor. Aunque vivía con su esposo, ella sabia que este hijo era de alguno de los usuarios de su cuerpo que ya llenos de hematomas estaba.
Al pasar de los años, la sedienta mímica de su vida se clavaba en los sentidos de su hijo Daniel, travieso y envolvente con sus ojos expresivos buscando amor. Se columpia en el parque buscando volar cada vez alto para viajar a un mundo donde nunca jamás su madre lo desprecie y las vidas estén con las estrellas donde pueda soñar. Caminando por la calle cuando tiene 15 años, ve a Clementina danzando su cuerpo, maltratado, golpeado y drogado ante hombres y mujeres que seducen al tocar su piel envejecida por el dolor que su trabajo y su esposo, Le dejaron El, quien por tanto doblegar a otras vidas a quienes habían dañado a Clementina, paga hoy; un alto precio encerrado en una prisión donde el otoño reina nostálgicas voces del ayer.
Cuando Daniel pierde su pensamiento en el tiempo, pierde su voluntad a su desierto de alucinógenos que le permiten perder el cáliz de su cuerpo purificando lo mas absurdo de su prostituido corazón con las emociones idas de hoy. Huye, huye de aquel lugar de cascabeles envenenados de amores retorcidos y muchas imágenes cautivas de lápiz labial sombreadas personas pasan frente a la orilla de su vida, y sin pagar moneda alguna, las deja quedarse a ser espectadores de su destrucción.
Horas de dominio público, pelos de confusión enredados en las camas de licores ahumados y azúcar limón, con las mujeres que rozan su aliento y le dan costado en su seno por una hora de palabra zurcida , intentando con ellas y sus pelos amarillos besar de cerca Clementina , quien una noche muchas lunas llenas atrás , decidió dejarlo de amar.
Frente al espejo cortado con sus fatigados ojos, mira su cara manchada de blancos y ceremoniosas hojas azules que invierten su vida a sueños borrosos. En un cuarto de hotel pagando “mercados”, cerrando cicatrices, cuchillos de barrio, son su pasar del día en un hotel de 10000 pesos la noche y ratas que caminan por sus pies .