El Beso, evangelio de la Caye, parte 23 y final del primer libro.

EL BESO, PARTE 23


Judas sentía en sus labios el calor de los labios de Jesús... le temblaban, notaba como si de ellos pudiera salirle el Alma. Y la dejaba salir para entregársela por entero.

Ya nada importaba, todo estaba sellado, aquel contacto se hizo cada instante mas intenso, los dos respiraban al unísono, acompasando sus aires al latido de sus corazones.

Judas pudo contemplar y sentir en sí mismo el Alma inmensa de Jesús, comprobando que no solo era el hijo de Dios, sino, Dios mismo encarnado en la Tierra. En su corazón llovían torrentes de felicidad, envolviéndolo en una sensación cálida, transparente, serena, segura...

Por momentos no recordaba quien era y por momentos, pasaron por su mente todos los recuerdos de su existencia en Sirio, la estrella que le dio su inmensa capacidad de amar. Recordó aquel fatídico día en que Satán, comandante de Orión, les propuso unirse a una rebelión histórica para generar un cambio en el Universo y ejecutar el “Manifiesto de la Libertad” .

Miles y miles de Diablos se unieron a él. Los diávolos (se-paradores) eran soldados de su ejército, gente preparada y amaestrada para ejecutar el control, seres robóticos con una determinada misión: La de controlar que las cosas se hicieran según el plan establecido por las leyes universales.

Era el cometido de estos diávolos en su origen: que cada criatura realizara el plan divino. En aquella ocasión, su comandante en jefe: Satán, les propuso cambiar las cosas. Dejar de servir a un cometido incierto, puesto que no tenían acceso a la emoción del amor, ni mucho menos a la fe en lo Divino, proporcionada a través del paso último, el paso a los reinos Espirituales. Último tramo de la larguísima trayectoria evolutiva de los Seres destinados a convertirse en Creadores.

Para ellos todo era Mente. Así pues, hacían lo que se les ordenaba, lo que estaban llamados a hacer sin ningún tipo de entusiasmo. Sin altibajos, sin emotividad. Por primera vez Nibula, que así se llamaba Judas en aquel entonces, les vio entusiasmarse por alguien, ese alguien era nada menos que Lucifer, un Elohím que había tenido la genial idea de acelerar el proceso evolutivo, puesto que llevaba interminables eones recorriendo la fase evolutiva original.

Le quedaba la última fase, la fase del reino Espiritual, pero se impacientó y buscó la manera de acelerar el proceso, dando origen a algo inusual para todos en aquellos momentos: “la alternativa a través de otra opción”.

Ellos tomaron aquella alternativa y vinieron a Sirio en busca de seguidores, para obtener la energía del amor. Una energía de naturaleza adhesiva, contraria a la naturaleza diabólica de separación. Para aquel grupo de seres, la emoción del Amor que Sirio representaba era una inyección imprescindible en sus propósitos de diseñar un nuevo rumbo hacia la fusión con el Creador. Infinitamente mas rápido que el original.

Algunos Sirios se unieron a los Oriones, fundiéndose por los labios, uniendo mente y corazón en aquellos besos cósmicos, haciendo posible de ese modo un sueño nuevo, una nueva forma de hacer las cosas.

Nibula estuvo un tiempo formando parte de aquella rebelión con la alegría de acelerar su propia evolución y la de sus hermanos, pero las cosas no salieron como se esperaban. Lucifer nunca les informó de que su plan no estaba secundado por el Creador principal.

Pronto descubrieron que el orden establecido en el Universo de Megadóm tenía suficientes garantías y estaba lo suficientemente preparado para evitar todo tipo de alteración, puesto que las leyes permanecían intactas y ellos, al pretender alterarlas, acabaron perdiendo su capacidad original, su rango y su derecho a continuar el proceso evolutivo natural.

Fueron desterrados y sometidos a permanecer en Urantia que, pese a ser un planeta precioso por su inmensa variedad en especies vegetales y animales, era un planeta de experimentación, donde habían sido colocados unos homínidos recién creados, expresamente para un experimento único.

Al entrar en la atmósfera de Urantia, los diávolos descubrieron que se habían quedado atrapados en una membrana, generada expresamente y de forma natural por el mismo Universo, para evitar que transmitieran esas nuevas ideas revolucionarias al resto del sistema.

Se les dijo que aquella pequeña parte del universo era el reino de Lucifer. Que allí podría hacer sus fechorías, sin contaminar ni poner en peligro al resto.

Al ser de una especie diferente, los diábolos o reptiles, debían estudiar la forma de sobrevivir en aquel ambiente y pronto descubrieron que se alimentaban de todo tipo de emociones negativas como odio, maldad, venganza, ansiedad, resentimiento, temor, desasosiego, desesperación.

Mientras más intensas eran estas emociones, mas energía recibían, mas fuerte se hacían y más debilitaban a los humanos.

El Creador decidió no intervenir a favor de los humanos porque de ese modo, los mantenía controlados, no fuera que se convirtieran en Dioses creadores de forma precipitada, sin los conocimientos necesarios ni la preparación que se requería para conservar la armonía de las leyes y generaran mas mal que bien con sus poderes. Así pues, consintiendo el mal en Urantia, frenaba el desarrollo de los acontecimientos. Además de que su Universo ya funcionaba solo, a través de las 7 leyes que operaban previniendo todo tipo de “inesperadas” situaciones.

Pero Jesús, o sea, el Eloim, Emmanuel, por ser el Padre directo de los habitantes de Urantia y por poseer el grado Espiritual, amaba a los humanos tanto como para no consentir que quedaran eternamente atrapados en las redes del maligno. Sin posibilidad de salir, manipulados encarnación tras encarnación, negándoles la conciencia y la memoria de su trayectoria. Así pues, quedaran atrapados en un circulo de muerte, nacimiento, olvido, muerte. Jesús debía remediar eso, debía “rescatar” a sus criaturas con la única condición que los liberara: EL AMOR.

Debía dejarles ese mensaje, ese camino marcado, a costa, si hiciera falta de todo su sufrimiento. Mientras pudieran elegir el amor en vez de el miedo, mantendrían a raya a los lagartos que se alimentan de ellos y vencerían, se liberarían de la cadena de encarnaciones sin sentido.

Amor era una energía conocida para Judas, desde su origen Sirio. La constelación donde se preparaban los seres mas sensibles.

Todo esto le pasó por la cabeza a Judas. Su origen Sirio, su original condición femenina, su búsqueda incansable de crecimiento y conocimiento, su deseo de amar, amar...
AMAR.

Y en ese instante estaba viviendo, llevado por los labios de Jesús, el amor más grande jamás experimentado.

Con los ojos cerrados, no sentía su cuerpo del mismo modo. Podía distinguir los siete portales de poder perfectamente alineados y girando al compás.

Entre sus piernas, el rojo. Que le recordaba su condición humana y su conexión con la tierra. Esa misma tierra que, ahora sería purificada, bañada y bautizada desde sus entrañas por la sangre de Jesús. Algo que estaba comprendiendo en ese momento, pero era demasiado tarde, todo estaba cumpliéndose. El rojo de la sangre envolvía toda la tierra. Reflejando sus instintos, su fuerza, su determinación.

Mas arriba el naranja. Que le hacía sentir su conexión con el momento que estaba viviendo, que le hizo sellar ese presente y convertirlo en Eterno, el momento más placentero y sublime. El instante. Ese instante en que los labios de Jesús estaban ejerciendo una presión cálida en los suyos, entregándole la condición Crística que ya nunca le abandonaría. Temblaba... todo su cuerpo, era preso y presa a la vez, del éxtasis. La pasión se apoderaba de él haciendo que su mente se detuviera.

Dejando paso al siguiente portal, el del centro, el dorado, el plexo solar, donde podía notar el poder inmenso y divino de Jesús, fundirse con el suyo propio. Voluntad, ese era el premio a su voluntad, una voluntad que le ayudaría a conservar la Paz allí donde fuera que se dirigiera, pasara lo que pasara.

Recibió aquel legado con un gran sentimiento de gratitud que más arriba, en color verde, una esfera, rodeada de pétalos de color rosa, hacía girar el centro de su pecho. Conectándolo con el sentimiento del mas puro amor que recordara, ni siquiera desde su condición de Sirio.

Tomó una lenta y profunda respiración por la nariz, y siguió enganchado por la boca a los labios sagrados de Jesús que, mas arriba, a la altura de su garganta le mostraba el verdadero significado de EL VERVO. La palabra era dicha para ser entendida por las Almas, no por las mentes pues éstas, se pierden en los laberintos de las influencias externas. En su garganta giraba en azul cielo, toda la inmensidad del firmamento. El cariño fraterno por todas las criaturas, la sensación de ser uno con todo y expresarlo.

Al exhalar el aire, toda la energía pasó al centro de la frente, volviéndose de color índigo. Allí contempló todas las estrellas del firmamento, todo era perfecto, claro, simple. La realidad se amoldaba a su imaginación. Empezó a sentirse adormecido, entregado a su destino final.

Ya todo estaba cumplido, en lo alto de su cabeza, de color violeta y blanco, giraba una flor de mil pétalos, transportándolo a los reinos celestiales, donde todo está completado ya. Donde podía notar en cada célula de su cuerpo la Eternidad del Padre. Judas estaba sintiendo la fusión con Dios.

Sensación imposible de explicar con palabras... nueva, fresca. Una sensación de seguridad de dicha SIN LÍMITES, como UNA PAZ INMENSA QUE TODO LO LLENA, COMO EL AMOR PROFUNDO TOTAL Y COMPLETO, COMO SENTIRSE UNO CON TODO, COMO SENTIRSE UNO CON DIOS. Se sentía embelesado, tanto que no era ya consciente de lo que acontecía a su alrededor.

No le preocupó cuando miles de manos le arrebataban de los brazos de Jesús, no se dio apenas cuenta de los insultos, vejaciones y violentos empujones que le propinaban los apóstoles, ya despiertos por el escándalo de los guardias de Zerat. Él estaba en el paraíso... él... él... tampoco se percató de que lo llevaban en volandas hacia el precipicio, ni de que le envolvieran el cuello con su propio cinturón... él... él... era feliz.

Quedó “Colgado” para siempre, en su Gloria particular.

De su cinturón cayó la bolsa con las 30 monedas de plata.

Y...

He pasado por aquí , volveré a pasar . He de pasar antes por los 22 capítulos. Has de responderme a muchas preguntas. Tendré que sacarlo por impresora.
¿conoces algún texto afín? ¿Te suena algún nombre de los que mencionas?

Aqui me tienes a tu disposición, contestaré a las preguntas que desees, amiga, gracias por leerme. Un abrazo.

Bueno Caye, llegamos al fin de esta serie que ha sido para mi un grandísimo placer leer, completa y en donde dejas la expectativa de la continuación...un bello final, con contundencia, con el estilo de toda la serie, co la alegría de Judas frente a eso beso donde das el significado de aquel tanto para él como para la raza humana misma...me encantó el final...

Viéndolo desde un punto de vista integral, bueno, nada más que felicitarte por esta creación, me ha encantado leerla, y me ha interpretado además en muchas partes de él,en mis pensamientos, en mis creencias...existe en la mayoría de los capítulos la cuota precisa de la espiritualidad que te mueve y una gran sapiencia de lo que se habla, eso se valora...es muy dificil escribir acerca de este tema y es posible que muchos no lo hicieran o simplemente no lo hagan, siempre está el errado concepto de el rompimiento de la fe cuando nada es así...en otros tiempos, esta obra quizas hubiese sido cuestionada o criticada muy fuertemente...sin embargo hoy, la apertura de mente nos permite leer, asimilar y confrontar nuestra propia fe pero desde el punto de vista de un texto, abiertamente y lo mejor, reflexionando, de algo que pudo ser...o tal vez no....por ello, me gusta el alto grado de espiritualidad que contiene y que llega al lector...¿supe que lo llevas a una editorial?...bueno, mucha suerte en ello, sé que te irá bien...

Bueno Caye, ha sido un verdadero placer haberte leido la serie, nuevamente te felicito y espero el libro dos...

Un beso,

Ignacio

Caye escribió:

Aqui me tienes a tu disposición, contestaré a las preguntas que desees, amiga, gracias por leerme. Un abrazo.

Te felicito Caye, lo he seguido y veo que llevas mucha razón, es un relato muy interesante y en su originalidad puede estar su éxito, te lo deseo con toda el alma, qué si más puede una persona que le gusta escribir, que desear conseguir algo verdaderamente interesante, no sólo como satisfacción personal, sino en esa necesidad de dar algo diferente como creación literaria.

El tema en el fondo, reconozco, que desvela una circunstancia espiritual muy importante, en la fusión del Amor con el Odio y su resultado. El odio confunde, entristece, envidia, cela, rechaza, hace daño ...¡pero hay tanto amor dentroque por amar tanto hace lo que hace! Y sobre todo tiene miedo a una mirada de verdadero Amor, a lo que desconoce, a lo intuye ...a lo sabe... El que sabe teme y se teme. Y cómo el primero tiene sobre el mismo, el dolor del protagonismo más maravilloso e increíble, que asumió desde el antes de ser, pues lo acepta en nombre de ese 'dios' humanidad para que las generaciones vayan aprendiendo un por qué del verdadero sentimiento, que puede prevalecer hasta nuestros días o el ejemplo, de lo que da el verdadero Amor a los seres humanos, como razón de vida. Y, en Judas, que es otra personificación de la negatividad que nos acedia en el mundo, esa dicha de reconocer/se su equivocación y el valor de la entrega a lo más sublime de la Naturaleza Divina. Porque en el fondo es eso lo que nos hace únicos a través de los tiempos, ser de la misma naturaleza, cuando lo sabes no puedes odiar nunca, puedes rabiar pero nunca utilizar las mismas armas.

El milagro del Cosmos en su infinita expanción, es tanto como el abrazo constante de ese misterio Eterno que es el Alma de todo, Fusión y cambio, mal y bien, dolor y amor. Como el abrazo del mar al Planeta Tierra.

¡Gracias Caye. Un beso. Elisa.

Bueno... me has tenido en jaque... durante los 22 capítulos anteriores y
este fue tremendo, por favor!!

Esa fusión con Dios de parte de Judas, ese subir a través de los centros de energía y finalmente fusionarse con el Creador ... eso me impactó Caye!!
Viví todo ese momento sintiendo la profundidad de ese amor a través del beso.
Ay, mira no sé como explicártelo, amiga... pero estoy segura que tú me entiendes y que las palabras sobran.

Puedo rescatar de este capitulo muchas cosas que tienen que ver con los procesos de evolución, pero esto me impactó personalmente:

Citación :

La palabra era dicha para ser entendida por las Almas, no por las mentes pues éstas, se pierden en los laberintos de las influencias externas. En su garganta giraba en azul cielo, toda la inmensidad del firmamento. El cariño fraterno por todas las criaturas, la sensación de ser uno con todo y expresarlo.

Eso tan solo me recuerda lo que somos y que es nuestra alma la que ha venido a evolucionar y a veces nos olvidamos de este hecho y creemos que somos tan solo este cuerpo, la casa alquilada del alma...
La "palabra" o el "Verbo" es para ser entendida solo por el alma que no sabe de creencia, que no sabe de religiones, filosofías, género, nada. Solo sentir. Solo eso.
EL QUE TIENE OIDOS QUE OIGA Y EL QUE PUEDA...SIENTA...YO SOY, SIENTO!!

Espero el segundo amiga mía. Un abrazo.
Y bueno... capítulo a capítulo te fui siguiendo y ya sabes lo que pienso.