NO TE OLVIDES DE VIVIR
En mi opinión, estamos tan dedicados a los “tengo que”, las obligaciones, las responsabilidades, las prisas y las urgencias, que apenas nos dejamos un tiempo de relax, de recogimiento, de la atención y el cuidado necesarios para hacer una parada y dedicar un tiempo a eso tan importante que hemos venido a hacer a esta vida: VIVIR.
Estamos tan agobiados, tan sufridos, tan descentrados, que no nos miramos hacia dentro, que no escuchamos los lamentos de nuestra alma, que no paramos el tiempo preciso para mirarnos en un espejo a ver cómo estamos cambiando, y que no tomamos verdadera consciencia de este AQUÍ y AHORA en el que nos encontramos.
Nos olvidamos de VIVIR. ¡Qué triste y qué tragedia! Claro… tenemos tantas cosas que hacer que no tenemos tiempo para una cosa que sin duda es la más importante: VIVIR. Preferiblemente, con mayúsculas porque es algo mayúsculo.
Vivir es un asunto que da mucho juego para filosofar y poder decir, por ejemplo, que “la vida real sólo es el tiempo en que uno es consciente de estar viviendo” y esa consciencia sólo se produce cuando uno dice y siente: “Estoy aquí y ahora. Soy yo”. Cuando uno se permite hermanarse con lo que está a su alrededor y es plenamente consciente de la luz, de la respiración, de los sentidos, de las emociones, de que está totalmente en el momento y el lugar. Solo si uno es consciente de estar creando los instantes que desea y tal como los desea. Solo si es conocedor de su presencia en su vida.
La vida requiere la presencia íntegra de uno. Sólo este instante es vida. Lo pasado es solamente pasado y ya no existe. Lo que llamamos futuro, cuando llegue, será presente. El presente es el instante, es la medida de tiempo más corta que existe porque es fugaz, para cuando quieres darte cuenta o simplemente nombrarlo ya ha desaparecido. Es otro instante distinto. El presente no es más que un desfile continuado de instantes brevísimos que al estar unidos dan una sensación de continuidad.
Sé sincero. Sé honrado. Sé eso que llaman ser egoísta. Pregúntate… ¿qué es lo que REALMENTE quiero en mi vida? No te asustes de las respuestas. Escucha lo que siente tu alma. Escucha tus deseos sinceros. Pregúntate… ¿por qué no pongo en mi vida lo que quiero que haya? Escucha tus reproches. Escucha esos conatos de rebeldía que quieren imponerse, los que no quieren permanecer en una vida que no está cumpliendo sus deseos más reales.
¿Realmente estoy viviendo mi VIDA?, ¿realmente estoy poniendo en mi VIDA lo que quiero?, ¿realmente soy honesto conmigo?, ¿me paro a evaluar si estoy aprovechando bien mi VIDA?, ¿me engaño demasiado y me conformo con gastar mi VIDA y con poco más que nada?
“Que mi vida me perdone las veces que no la viví”, se dice con nostalgia y arrepentimiento. Es una frase bonita, pero es mejor y más interesante “he vivido cada instante de mi vida con plenitud. No tengo motivos de queja porque me siento satisfecho”.
No es necesario añadir nada más. El resto de este artículo lo tienes que poner tú añadiendo las cosas de las que te des cuenta, las frases que te reprochen tu desatención actual y las que hablen de esperanzas y de firmes propósitos a partir de ahora y que te sirvan de ánimo.
Algunas personas cometen a menudo el imperdonable pecado de NO VIVIR. No seas tú uno de ellos.
Te dejo con tus reflexiones…
Francisco de Sales
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