SENTIRME ORGULLOSO DE MÍ
En mi opinión, es de justicia -y por lo tanto es adecuado- alcanzar una relación con uno mismo tan cordial y bella como para poder llegar a mirarse al espejo y sentirse orgulloso y contento al ver la persona que se está reflejando, que pueda uno mirarse y que el reflejo le responda con una sonrisa de complacencia, con una mirada limpia que no esconda nada desagradable en el fondo, con una satisfacción ancha y una sensación de paz y bienestar.
De sobra sabemos que los humanos somos un cúmulo de contradicciones, de altibajos, de momentos brillantes alternados con otros casi oscuros, y que recorremos todas las emociones y los sentimientos como en una montaña rusa. Así somos.
Pero a pesar de todo ello, tenemos la tarea de sobreponernos, de no quedarnos hundidos en las caídas, de evitar las recaídas y de procurar salir siempre airosos de todos los avatares y circunstancias, porque tal vez el objetivo de la vida de cada uno es alcanzar una relación consigo mismo que sea de satisfacción por ser capaz de sobreponerse a todos los vaivenes, a los momentos de inquietudes y dudas, y porque a pesar de todos los resbalones, de las dudas, uno siempre sale a flote de su propia mano.
Creo que es conveniente eliminar la falsa modestia y la equivocada humildad y sentir el orgullo pleno de ser uno quien está logrando ser tras todas las duras luchas.
ORGULLO es una palabra que no siempre se interpreta bien porque tiene dos significados que aparentan ser contradictorios: “sentimiento de satisfacción por los logros, capacidades o méritos propios o por algo en lo que una persona se siente concernida”, y también es: “arrogancia, vanidad, exceso de estimación propia, que suele conllevar sentimientos de superioridad”.
En cuanto aparece la palabra “arrogancia” o “vanidad” detrás de ellas está el ego y todos los demonios que arrastra consigo. Ahí es cuando miramos mal a la palabra “orgullo”.
Y uno se tiene que llegar a sentir MUY ORGULLOSO de sí mismo. Muy satisfecho. A pesar de lo poco que tenga o haya logrado. Uno se tiene a sí mismo y tiene que lograr sentir complacencia por ello, aunque tenga cosas que se pueden mejorar.
La correcta Autoestima es una gran ayuda en esta tarea.
Respetar los principios que uno ha creado para sí mismo, ayuda a sentirse contento.
Quitarse de encima todas las culpas que uno arrastra innecesariamente en su inconsciente será muy beneficioso.
Sentirse digno es sentirse satisfecho. Tener activa y a punto la dignidad es necesario.
Valorar en su justa medida los pocos o muchos logros alcanzados colabora mucho en el bienestar personal.
Saberse una buena persona y reconocerlo y admirarse es honesto.
Amarse, a pesar de todo, es justo y necesario.
Cada uno es siempre una obra inacabada y eso es muy interesante porque quiere decir que la opción de Mejoramiento siempre está presente.
Si eres justo y buscas motivos para sentirte orgulloso de ti, los encontrarás. Demuéstrate tu Amor Propio. Enamórate de ti.
Revisa tu Autoestima y tu Amor Propio si ves que no eres capaz de desarrollar todo lo que has leído. Y rebaja tu nivel de auto-exigencia. Sé consecuente y no te pidas lo imposible.
No menosprecies tus logros, aunque te parezcan pequeños son tuyos y los has conseguido tú. No te compares con otros. Si eres una persona honesta ya has triunfado en la vida. Si eres capaz de sentirte feliz, has logrado otro de los objetivos. Si eres honrado y bueno ya tienes mucho mérito y motivos suficientes como para sentirte orgulloso de ti.
Te dejo con tus reflexiones…
Francisco de Sales