La Gran Aventura de la Vacuna

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Este “héroe” no le tiene miedo a las vacunas, en este caso debí concurrir hace un mes a aplicarme una contra la Influenza. Pero con Nany, mi esposa estuvimos de acuerdo ( alguna vez que no me lleve la contra ) que la “gallada” iba a saturar los consultorios por el desbande producido por el temor a la Covid-19. Y así no más fue; dicen que hasta peleaban por un puesto en la fila y … dejamos pasar el tiempo.

Ocurre que aquí en Chile tenemos actitudes buenas, pero … ¡por favor!, de las malas tenemos una BUENA CANTIDAD. Cuando llegué a Puente Alto, comuna sur de Santiago, vi la cobardía de los varones (¿) ante el atropello de matones empujando a mujeres y hombres en las filas o simplemente con todo desparpajo hacen a un lado a quien está a punto de pagar, por ejemplo, en la caja y el resto se queda mirando.
Perdí la cuenta de los idiotas que aparté sin aviso y con un golpe donde duele mucho le indicaba “A la “cola”, por favor SEÑOR”. Calladitos obedecen y los cobardes, que en voz baja murmuran “ ¡A la “cola”, a la “cola “. Como jubilé  cuando vivía en esta ciudad y esperé el agradecimiento de los ciudadanos ( porque, fuera de haberme criado en el Salvaje Oeste, soy imbécil también ) NADIE SE ACUERDA DEL DETECTIVE QUE LOS DEFENDÍA y aquellos que se acuerdan de mí, ante mi ironía del “enorme valor” que tienen los capitalinos para defender sus derechos,  los vejetes me dicen “Con su deber no más cumple, puh iñor”.
Con rabia les digo “ ¡Huy, qué valientes son ustedes!, en la zona del carbón hasta las mujeres le pegan a los abusivos “. Claro, ahí si que son valientes con un policía; corren a acusarme de haberlos agredido sin razón, pero no dicen que o me lanzan un golpe o un insulto y que tienen merecido un porrazo al suelo.

El tema que me trae es el GRAN VALOR DE LOS FUNIONARIOS DE LA SALUD ANTE LA POSIBILIDAD DE ENFERMAR Y MORIR CON EL CORONAVIRUS.
Hoy, a las 10 horas mi hijo José nos llevó a un consultorio para vacunarnos a su pequeña hija, la diablilla María José de 8 años y a nosotros sus dos “jóvenes” abuelos, Nany y yo.
MARAVILLOSO TODO, un enorme terreno detrás del Consultorio, con asientos separados cubiertos ¬por carpas. Un joven hombre con voz alegre iba mencionando los números y … en menos de 15 minutos estábamos subiendo al automóvil de mi hijo, después de tan maravillosa atención..
No pude evitar mi alegría y admiración por la rapidez y la buena atención, al extremo que le dije a las tres señoritas que atendían en una amplia sala “ Las felicito, me hubiera gustado que mis funcionarios de la Policía de Investigaciones atendieran con tanta amabilidad a quienes llegaban al Cuartel a solucionar sus problemas. Tuve que enseñarles a no tutear, ni mirar en menos a la gente pobre “
“Señoritas, tuve el agrado de escribir en una página literaria que los verdaderos HÉROES  en esta batalla contra tan mortal enemigo son ustedes, desde los médicos hasta los auxiliares del aseo”.
Las hermosas jóvenes me sonrieron con simpatía.
¡Ah, debo agregar que no lloré ni me quejé con el pinchazo!
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No tenía conocimiento de la existencia de una vacuna para el Covid-19
Gusté leerte, amigazo
Shalom

Las experiencias que nos tocan vivir nos muestran el valor de las personas.
Nilda