LA ATENCIÓN ES IMPRESCINDIBLE
En mi opinión, la atención a todo –a la vida, a lo que se esté haciendo, a lo que se piensa o se siente, etc.- es imprescindible para lograr tener una vida bastante plena. Una vida de esas que se pueden decir que han sido vividas y no solamente consumidas.
La atención, que es otra forma de decir consciencia, es lo que nos permite darnos cuenta y, por lo tanto, comprender, disfrutar, asimilar, aprender, emocionarnos…
Es el requisito esencial.
El hecho de estar plenamente en cada momento -con toda la atención y toda la consciencia- es lo que permite que se actualice todo el potencial del que disponemos, todas las posibilidades que traemos de origen.
Lo que se vive con toda la atención es lo que se desarrolla –sea lo que sea- y las cosas sólo adquieren su valor y su eficacia cuando se viven y atienden de ese modo. De otro modo, se quedan sólo en la teoría o se quedan en un potencial teórico o hipotético pero muerto.
El Ser Humano en su esencia está compuesto por cualidades y virtudes, por una potencialidad casi ilimitada que necesita actualizarse; todo ello necesita ser incorporado a nuestra vida y el único modo de hacerlo es convirtiéndolo en una realidad práctica. Y eso sólo se consigue con la atención consciente.
Lo que se queda sin desarrollar se convierte en debilidades y miedos. En frenos. En estancamiento. En lo que pudo llegar a ser pero no fue.
Lo que deseamos hacer y no hacemos, o lo que deseamos dejar de hacer y seguimos haciendo, se convierten en una frustración que cuando uno llega al Tiempo de los Arrepentimientos –que puede llegar en cualquier momento- pesa, duele, y es motivo de frustración y pena.
Pena por uno mismo, por el derroche que ha hecho con su vida, por haberse permitido vivir una vida lejana a la que se deseaba.
Pena por no haber tenido el coraje y la valentía de escucharse en el interior, de atender a sus deseos y sus reclamaciones, y por haber aplazado el mejoramiento de su vida hasta el momento tardío en que se ha convertido en irreversible.
Yo… mi vida… qué es lo que realmente quiero… el amor… ¿soy feliz?... estos son algunos de los asuntos importantes de la vida.
La atención a esos asuntos –y otros de similar importancia- ha de ocupar un papel protagonista en nuestra vida. Esos son algunos de los motivos transcendentales de nuestra vida. El resto de lo que nos pasa son simplemente accesorios para desarrollar esa gran tarea.
Es bueno repetir a menudo “SOY YO, ESTOY AQUÍ Y AHORA” porque ayuda bastante en la tarea de centrarse en la atención. Y es muy bueno hacer paradas en lo rutinario para darse cuenta de uno mismo y de quién es y qué hace, así como es conveniente revisar los objetivos, los deseos, y comprobar cómo uno está cumpliendo, o no, con su Plan de Vida.
O sea… prestar más atención a lo que es importante y no tanta a lo que se le otorga importancia –aunque no la tenga-.
Te dejo con tus reflexiones…
Francisco de Sales