LAS COSAS SON COMO SON
En mi opinión, una parte importante de los sufrimientos que padecemos a lo largo de nuestra vida se debe a la falta de aceptación de las realidades que se nos presentan.
Cuando ocurre algo que no nos gusta, o que se opone a nuestros deseos, o si está en contra de lo planificado, se manifiesta en nosotros una explosión iracunda que sucede en nuestro interior y sale impulsivamente, molestando u ofendiendo a los otros, o bien uno se calla y esa ira se reproduce y expande por el interior haciendo que nos sintamos mal.
LAS COSAS SON COMO SON, no siempre son de nuestro agrado, no siempre ocurren según nuestros deseos, y eso hay que aceptarlo así, procurando no cargarlas de un drama innecesario que por su parte no tienen.
LAS COSAS SON COMO SON, aunque estamos acostumbrados a calificarlas con un adjetivo -ya que ellas no se encargan por sí mismas de esa tarea innecesaria-, y somos nosotros los que cargamos de drama el hecho, o lo magnificamos para bien o para mal, según sea nuestro interés en ese caso o, más bien, somos los que cometemos el error de ponerle un matiz calificativo a algo que no lo tiene ni lo necesita.
Es conveniente que cada uno reflexione acerca de si quiere seguir en su forma de actuar habitual ante los hechos o si quiere introducir cambios.
Esto no es fácil de entender, pero quien lo entienda se quitará un gran peso de encima: hay cosas que no se pueden explicar, otras que no se sabe –ni se sabrá nunca- por qué o para qué sucedieron, otras que no tienen un significado especial por mucho que tratemos de encontrárselo y que tampoco es necesario dárselo. Suceden… y nada más. Son como son.
Por otras cosas simplemente hay que pasar, sin más, y hay otras en las que somos actores pero sin saber exactamente qué estamos haciendo; de otras aprendemos algo que en algún momento –no se sabe cuándo- nos puede ser de utilidad. Hay cosas que no requieren un análisis.
LAS COSAS SON COMO SON, y aceptarlo de ese modo puede hacer que todo sea más fácil de vivir. Hay que quitarle a la vida todo el drama que se pueda. No hay que negarse a afrontar lo que es necesario afrontar, pero tampoco hay que obstinarse en lo que es innecesario.
A veces es muy conveniente ser capaz de controlar la propia sensibilidad y los sentimientos, y es conviene ser racional y objetivo y evitarse todo lo doloroso que es inútil e innecesario. No seamos masoquistas. Se aprende más con el ejercicio del Amor Propio que con el castigo del auto-desprecio.
Es bueno desapegarse o deshacerse de las cosas que aportan sufrimiento pero nada positivo a cambio. Hay que ponerse a salvo de muchas cosas, incluso de uno mismo cuando uno se empeña en complicarse la vida. Y no hablo de rendirse, ni de pasotismo, sino de cuidarse, de ponerse a salvo. De no luchar contra lo inevitable.
LAS COSAS SON COMO SON. Aprende a diferenciar las que requieren tu atención de las que requieren tu desatención y tu olvido.
Te dejo con tus reflexiones…
Francisco de Sales