Monólogos desde el limbo.

Monólogos desde el limbo.



-La veo regresar cada tarde por el sendero del pozo seco y antes de cruzar el puente, arranca algunas florecillas silvestres. Esas son las imágenes que guardo en mi memoria. ¡Oh esperanza que escapas con los raudos ventarrones de mi desventura! ¡Oh anhelados sueños que en trizas rasgan las plantas de mis sangrantes pies! ¡Dejadme en santa paz aunque solo sea por un segundo, por un parpadeo o por un respiro! No tortureis mas os lo pido mi alma con tan infaustos recuerdos-

Terminando su parlamento, Gumersindo se inclinó agradeciendo los aplausos de los demás fantasmas. En realidad eran cuatro ánimas, Gumersindo sobre el escenario y otras tres almas que contemplaban desde primera fila aquel monólogo fantasmal. Monólogos desde el limbo se llamaba la obra y se representaba cada noche después que el teatro nacional cerrara las puertas para el público. Cuánta razón tenían aquellos trasnochadores que después de una parranda y pasando frente al teatro de madrugada, decían escuchar voces, risas y hasta carcajadas. A mas de alguno se le cortó la borrachera.



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Es bueno. Me gustó.

Los fantasmas repitiendo una y otra vez escenas sin tiempo.
saludos

Nilda y Gara, gracias por sus amables comentarios. Saludos fraternos para ustedes.

Y es que creo que a cualquier persona se le pasma la borrachera  

Muy buena tu imaginación, afortunado que las musas se te revelen.  Buen texto.

Muchos "tenquius" Ethel querida!
Recibe mi saludo fraterno de siempre.