¿Ángel o Demonio? ( Sólo para mayores de 18 )

Dicen que cuando el hombre comienza a envejecer le gustan las muchachas veinteañeras. Seguramente de ahí el refrán tan popular “A buey viejo pasto tierno”, aunque suena casi como a pecado. Naturalmente se me vino a la cabeza que, seguramente, iba a hacer el ridículo en todos los frentes al contar una historia así, que me iban a tratar de patético y, lo que es peor, de la bella chica no iba a sacar aplausos por mi desempeño de viejito, viejito, VIEJAZO, por mucha química que tragara.
Ayer la vi, me miró al pasar … Bueno, mi círculo de amigos que no se destaca precisamente por ser muy espirituales, me han estado empujando al mencionado pecado. Que “ No te ves tan viejo, que te pareces a un actor maduro, que la muchacha te mira con insistencia, etc., échele no más, compadre, total esta puede ser su última cana al aire”.
Efectivamente la muchacha me lanzaba encendidas miradas con una pequeña sonrisa. ¡Y vaya qué tenía lo suyo! Simplemente hermosa, atractiva y deseable.
Y como el diablo anda atento para hacer caer en el pecado a los hijos de Dios, había ido a otra comuna de la capital y … ¡allí encontré a la Rosalba que me hacía señas para detener mi automóvil que ella reconoció desde lejos!
Detuve mi carro y abrí la puerta del copiloto.
-Hola – me saludó con su bella sonrisa, mientras se acomodaba en el asiento. Al sentarse su corta falda subió tan arriba que alcancé a ver su pequeño y blanco calzón.
Ella se dio cuenta y, sin decir “agua va”, su mano se posó en mi pierna.
Como instintivamente me aparte un poco, ella sonrió y preguntó:
-Qué, ¿te molesta?
-Noooo, sólo me sorprende- respondí, mientras estiré mi mano y acaricié su hermosa pierna.
Puse en marcha mi vehículo y sin preguntar para dónde iba, doble en la esquina próxima, recordando que por allí había un motel. El portero se apresuró en abrir el portón de ingreso para autos y corrió por delante haciéndome señas hasta una serie de portones donde había habitaciones. Estacioné y el joven se dispuso a cerrar el que me correspondía; le dije que esperara y le di una buena propina que agradeció con una inclinación.
Abrí la puerta de la hermosa habitación e hice pasar a la bella muchacha, quien me miraba con una sonrisa. Me abrazó y besó con una sorprendente pasión; hice demostración de mi fuerza, la tomé en brazos y la recosté en la cama.
Ella se desvistió hasta quedar desnudo su hermoso cuerpo. Me apresuré en imitarla y pronto estábamos en una bella y placentera danza de amor. Murmuraba palabras que no entendí y de pronto de sus bellos labios escaparon gemidos que se transformaron en gritos de placer.
¡Uf, me salió loca y todo el motel la debe estar escuchando, pensé en tanto le tapaba su boquita con mis labios!
“Más … más … MAAAAAAÁS, amor mío … mi vida. Qué riiiico eres, etc.”
Finalmente me decidí y sin ninguna caballerosidad le tapé su gritona boca con el borde de la sábana.
Por suerte ya había oscurecido cuando nos retiramos; esa, mi primera experiencia con una mujer que chillaba, nunca la olvidé. Debí soportarla durante casi un año, pues descaradamente pasaba a buscarme a mi oficina; también debí soportar las sonrisas maliciosas de mis colegas.
Con los años fui recordando otras muchachas que me salieron igual y sin ningún miramiento prácticamente las amordazaba.
Con mis 50 años de edad debí concurrir al médico para saber cómo estaban mis genitales y el tipo se rio en mi cara cuando le dije que hacía gritar a las muchachas. Me preguntó cómo me quedaba mi miembro erecto y le conté que lo tenía torcido.
En medio de sus risas me dijo que yo era afortunado, pues mis “novias” no estaban locas, ni eran demonios. Que mi querido “Juancho” (nombre que se le ocurrió a una de ellas), al estar torcido tocaba en el interior de la vagina en lugares que los miembros rectos no llegaban.
¡Diablos y yo creía que ESTABA GRAVEMENTE ENFERMO y que de pronto ya no podría penetrar! Así es la vida, NO ERA UN DEFECTO SINO UNA CUALIDAD MUY APRECIADA POR LAS FÉMINAS.
Claro, esta historia me la contó otro viejo de edad semejante a la mía. No deseo bromas… pues era otro el varón afortunado.

jajaja, me recordó el caso de Clint y la chica aquella que causó escándalo, luego se dijo surgió a la luz ese secreto del presidente en cuestión.
Cuando leí "loca" (sin ofender) mi imaginación se torció, jajajajaja
Felicidades.

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La alegría se multiplica cuando la dividimos...
Richard Bach....

Te invitamos a que dejes comentarios en los post de tus compañeros. Al igual que tú, también ellos merecen ser comentados. Gracias

Leído!

Saludos fraternos para vos Jaime.

Flautas, escribir esta historia, que le sucedió a un amigo de mi edad, me costó decidirme a enviarla.
En las reuniones de mis compañeros de curso de la policía, donde evitamos hablar de política, este tipo de historias surgen espontáneamente. No faltó el chistoso que dijo me estaba "cachiporreando" ( jactando ), aun que insistí que le pasó a un amigo civil; ¡uh, mejor no repito los sobrenombres que me colgaron !, pero como estamos requete viejos, parece que ya olvidaron el cuento, para alivio mío.

Escritor activo Cantidad de envíos : 107 Fecha de inscripción : 31/10/2018

creo que usaré el mismo emoticón, je, vaya historia o anécdota.

saludos

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