IntroducciónUppss..., esto me pasa por hacer copia y pega del otro foro: eso que venía al principio era lo que venía en el otro lado. Bueno, esto es de otro lado (que escribí yo) y quería compartirlo también con vosotros... Podía abrir un post con diferentes corrientes literarias, autores o demás, pero voy a empezar con ésta en concreto ahora porque es la que más conozco y no me hace falta una consulta con manuales, etc.
Por tanto, voy a hablar de unos clásicos contemporáneos que escribieron entre el periodo del final de la Restauración y el de la II República Española: la generación del 98 -quedaros con la fecha de la generación y el periodo, porque no me voy a extender, pero es muy importante: es un periodo muy semejante al que padecemos aunque no lo parezca-.
Es una generación de un ámbito más bien septentrional: ¿Qué quiero decir? Que curiosamente sus miembros eran hispanos de Galicia, Castilla, la Vasconia (Navarra y País Vasco) o de Andalucia, y esto no es casual. Que yo sepa, pocos o ningún catalán hubo entre las filas de esta generación. Sí que estuvo el grandilucuente y promotor de la propaganda literaria de Franco, D`Ors, en la generación del 14 (cercana a la del 98), que anteriormente se había ligado a la Renaixença catalana y no lo "quisieron". Se ha llegado a introducir a Blasco Ibáñez, un valenciano con muchas influencias del Madrit centralista -"opresor"-, pero me parece ajeno totalmente a este ambiente intelectual, mucho más cerca del Realismo decimonónico, a un impresionismo realista, pero realista al fin y al cabo. Y, principalmente, porque como digo en general son hombres septentrionales, muy influidos por las raíces históricas de Castilla; es por eso que van a escribir de ella y por ende de España. Lo que no quiere decir que sean nacionalistas en algunos casos; aunque Maetzu lo fue; Azorín también, pero no como el anterior; Baroja tiene amor-odio con España y Castilla. Esto no es principal, pero conforma su mirada para con España: son generalmente castellanocéntricos, salvo Baroja que hay un asomo de vasconizar e incluso britanizar o germanizar a España -Baroja asoció en un momento vital lo germánico con lo vasco: por ejemplo, con los normandos que llegaron a la Gascuña en el s. XI, cuyo recuerdo evoca en Las inquietudes de Shanti Andia- y repudió un tanto a Castilla aunque comprende que España es como es por ella (para bien y para mal). Aun con todo, se acercaron algunos a realidades hispanas diferentes como Portugal, en el caso de Unamuno, que no se encuentran dentro del esquema "filocastellanista", pero que están muy ligadas a España: es más, Portugal es España, aunque les pueda (con perdón de la expresión) joder a unos y a otros. Para con la zona catalano-aragonesa parece que fue menor, aunque Baroja trató un tanto sobre los anarquistas de este lugar o los problemas de la Semana Sangrieta o derivados, que conmocionaron a España. En la Lucha por la vida Baroja representa una lucha "cultural" de un obrero anarquista de Castilla (Madrid) y a uno catalán; para él, el conflicto le es bastante estúpido pero que existe: mirar a otro lado es de cobardes... Es muy matizable todo; pero aquí os hilvano líneas generales, ya digo. Otro aspecto: les gusta la historia y el periodo medieval, pero no ya no tanto con el fervor romántico. Lo digo (todo en general) porque mi interés no es por una casualidad nímia...
La GN98, además, es un tema polémico ya que los estudiosos discuten sobre la existencia de tal; el propio Baroja rechazó ésta, aunque luego dijo pasivamente que formaba parte de ella y que no habían hecho mucho en el conflicto de la Guerra Civil. El grupo en principio estaba formado por Maetzu, Azorín y el propio Pío Baroja, el “famoso” -por contrapunto al hermano Ricardo, pintor, menos conocido que su hermano-, que se solía reunirse en el famoso Café Gijón (no exclusivamente, hay que decir) y se llamaba el Grupo de los Tres. De ese mundo intelectual formado por estos tres, se extendió a otros como Valle-Inclán, Unamuno o los Machados, de los más famosos, y el propio Ricardo Baroja, hermano de Pío como decía anteriormente, y otros muchos menores y menos conocidos. Por tanto, podía decirse que formaban una generación por su unión en Madrid, en unos ambientes intelectuales, como era el de los cafés y sus terturias, de las que describirá Ricardo Baroja, después de la guerra civil, con cierta nostalgia en “Las Gente del 98″, que no he terminado por desgracia y que retrata ese mundo al estilo que emanaba aquélla.
Pues, para mí, aunque algunos digan lo que quieran decir…, no sólo comparten lugar y espacio literario e incluso político -algunos se metieron a política como Unamuno o Baroja, este último frustradamente, lo que le hizo odiarla-, sino unas características comunes, que a veces no han de ser regidas bajo una ley. Pensar que son planos, es de un fervor de aquellas personas que las cosas han de ser estructuradas, sistematizadas, organizadas como cajones estancos que huelen a pobredumbre por este estancamiento y que Baroja apostilló en su época como parnasianos; y si hay mucho de continuismo del realismo y constumbrismo de la anterior generación, de la que beben, con B. P. Galdós, Clarín, etc., o el krauísmo, las preocupación por Castilla y España (idea regionalista frente a la centralista del realismo), lo español en general, etc., todo ello esconde influencias ya nuevas, innovadoras, como las que habían ya iniciado Dostoisky o Zola (que estaban en la anterior generación, pero que ahora toman papel nuevo y quieren encontrar su manera de hacer literatura diferente, como lo sería el impresionismo en pintura, híbrido por tanto) o de filosofías como la de Schopenhauer o F. Nietzsche, éstos principalmente en Baroja y Valle-Inclán. Hay que decir que hay dos étapas por decirlo de algún modo en su estética: un momento cercano al realismo o romanticismo en la prosa, al impresionismo en lo plástico, en la poesía al modernismo hispanoamericano con Rubén Darío (maestro de Machado, Valle-Inclán y los poetas novetayochistas) y al posromanticismo francés de los poetas malditos en general como Rimbaud o Baudelaire; luego cambios que, en cada uno son ya marcadamente diferentes y se acercan a la vanguardia: Unamuno al existencialismo; Valle-Inclán al expresionismo o con Machado en sus poemas de Tierras de Castilla que posee igualmente rasgos expresionistas; Baroja casi no se movió pero sí que se le nota un cierto estilo expresionista. No es homogéneo. Y daría para muchas matizaciones. Muchas...
Es una de las generaciones más interesante, en mi punto de vista, de la época, incluso más que la de la generación del 27, a pesar de su rupturismo, un tanto engañoso, porque no existe como tal o en esas premisas. En poesía, sólo Lorca y quizás Cernuda superarían a Machado; y si consideramos a Juan Ramón Jiménez como híbrido de la del 14 y 98, porque en parte lo fue, sólo lo haría Lorca y en un combate con su maestro bastante reñido, puesto que la obra del onubense es enorme. Si los realistas habían sido magníficos novelistas, los del 98 no quedan lejos, pero no con esas monumentales obras cuyo aspecto gigantesco irían reduciéndose hasta quedar en pequeñas obras en esta nueva generación. Ejemplo de este proceso son Niebla o el Árbol de la Ciencia. Baroja influyó en la Lost Generation, y fue muy conocido y respetado; A. Machado como poeta también fue laureado como Valle-Inclán en el teatro; Unamuno se convirtió en un prototipo de la forma de ser española, que Baroja tanto le criticó. No se vincularon nunca a un movimiento vanguardista, salvo quizás individualmente Valle-Inclán al expresionismo, pero era un precedente claro de éstos o se vieron influídos por ellos, y que en Europa tenía sus ecos igualmente; aun así, si se los lee, uno ve que es algo diferente a todo ello, a lo que sería en orden estricto, como también lo sería a su manera la del 14 o la del 27.
Y a pesar de todo ello, hoy día no parece tener mucha importancia. Baroja, levemente; Unamuno, en algunos ambientes existencialistas; Antonio Machado es más un mártir republicano que otra cosa…
No sabría decir mucho más de ella “brevemente” y como introducción, porque además ya sí que sería generalizar demasiado, y en parte, sería contraproducente para conmigo (el sujeto que escribe esto puede meter la pata, ¡por los dioses sempiternos!) como para el lector, que podía hacerse una imagen equivocado. Perdónenme mi lenguaje, que quería, parece ser, ambientarlo a época… Léanlos. Yo los recomiendo, que es como se les puede conocer verdaderamente sin tanto estereotipos: porque como decía Baroja, el nacionalismo se cura viajando y el carlismo leyendo.
(Aclarando: Machado es Antonio Machado; Baroja es Don Pío.)
Poemas:A UN OLMO SECOAl olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.
¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.
Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.
Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas en alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.
Antonio MachadoCASTILLATú me levantas, tierra de Castilla,
en la rugosa palma de tu mano,
al cielo que te enciende y te refresca,
al cielo, tu amo,
Tierra nervuda, enjuta, despejada,
madre de corazones y de brazos,
toma el presente en ti viejos colores
del noble antaño.
Con la pradera cóncava del cielo
lindan en torno tus desnudos campos,
tiene en ti cuna el sol y en ti sepulcro
y en ti santuario.
Es todo cima tu extensión redonda
y en ti me siento al cielo levantado,
aire de cumbre es el que se respira
aquí, en tus páramos.
¡Ara gigante, tierra castellana,
a ese tu aire soltaré mis cantos,
si te son dignos bajarán al mundo
desde lo alto!
Miguel de Unamuno
Prosa:
Extracto del Árbol de la Ciencia, de Pío Baroja:
—¿Sigues en tus buceamientos?
—Sí. Yo busco una filosofía que sea primeramente una cosmogonía, una hipótesis racional de la formación del mundo; después, una explicación biológica del origen de la vida y del hombre.
—Dudo mucho que la encuentres. Tú quieres una síntesis que complete la cosmología y la biología; una explicación del Universo físico y moral. ¿No es eso?
—Sí.
—¿Y en dónde has ido a buscar esa síntesis?
—Pues en Kant, y en Schopenhauer sobre todo.
—Mal camino —repuso Iturrioz—; lee a los ingleses; la ciencia en ellos va envuelta en sentido práctico. No leas esos metafísicos alemanes; su filosofía es como un alcohol que emborracha y no alimenta. ¿Conoces el Leviathan de Hobbes? Yo te lo prestaré si quieres.
—No; ¿para qué? Después de leer a Kant y a Schopenhauer, esos filósofos franceses e ingleses dan la impresión de carros pesados, que marchan chirriando y levantando polvo.
—Sí, quizá sean menos ágiles de pensamiento que los alemanes; pero en cambio no te alejan de la vida.
—¿Y qué? —replicó Andrés—. Uno tiene la angustia, la desesperación de no saber qué hacer con la vida, de no tener un plan, de encontrarse perdido, sin brújula, sin luz a donde dirigirse. ¿Qué se hace con la vida? ¿Qué dirección se le da? Si la vida fuera tan fuerte que le arrastrara a uno, el pensar sería una maravilla, algo como para el caminante detenerse y sentarse a la sombra de un árbol, algo como penetrar en un oasis de paz; pero la vida es estúpida, sin emociones, sin accidentes, al menos aquí, y creo que en todas partes, y el pensamiento se llena de terrores como compensación a la esterilidad emocional de la existencia.
—Estás perdido —murmuró Iturrioz—. Ese intelectualismo no te puede llevar a nada bueno.
—Me llevará a saber, a conocer. ¿Hay placer más grande que éste? La antigua filosofía nos daba la magnífica fachada de un palacio; detrás de aquella magnificencia no había salas espléndidas, ni lugares de delicias, sino mazmorras oscuras. Ése es el mérito sobresaliente de Kant; él vio que todas las maravillas descritas por los filósofos eran fantasías, espejismos; vio que las galerías magníficas no llevaban a ninguna parte.
—¡Vaya un mérito! —murmuró Iturrioz.
—Enorme. Kant prueba que son indemostrables los dos postulados más trascendentales de las religiones y de los sistemas filosóficos: Dios y la libertad. Y lo terrible es que prueba que son indemostrables a pesar suyo.
—¿Y qué?
—¡Y qué! Las consecuencias son terribles; ya el universo no tiene comienzo en el tiempo ni límite en el espacio; todo está sometido al encadenamiento de causas y efectos; ya no hay causa primera; la idea de causa primera, como ha dicho Schopenhauer, es la idea de un trozo de madera hecho de hierro.
—Quiere decir que tú aceptas la posibilidad de la mentira inicial.
—La ciencia es la única construcción fuerte de la humanidad. Contra ese bloque científico del determinismo, afirmado ya por los griegos, ¿cuántas olas no han roto? Religiones, morales, utopías; hoy todas esas pequeñas supercherías del pragmatismo y de las ideas-fuerzas..., y sin embargo, el bloque continúa inconmovible, y la ciencia no sólo arrolla estos obstáculos, sino que los aprovecha para perfeccionarse.
—Sí —contestó Iturrioz—; la ciencia arrolla esos obstáculos y arrolla también al hombre.
—Eso en parte es verdad —murmuró Andrés, paseando por la azotea.
Teatro
Extracto de Luces de Bohemia, de Ramón María del Valle-Inclán:
Ha entrado en la cueva un hombre alto, flaco, tostado del sol. Viste un traje de antiguo voluntario cubano, calza alpargates abiertos de caminante, y se cubre con una gorra inglesa. Es el extraño DON PEREGRINO GAY, que ha escrito la crónica de su vida andariega en un rancio y animado castellano, trastocándose el nombre en DON GAY PEREGRINO: sin pasar de la puerta, saluda jovial y circunspecto.
DON GAY: ¡Salutem plúriman!
ZARATUSTRA: ¿Cómo le ha ido por esos mundos, Don Gay?
DON GAY: Tan guapamente.
DON LATINO: ¿Por dónde has andado?
DON GAY: De Londres vengo.
MAX: ¿Y viene usted de tan lejos a que lo desuelle Zaratustra?
DON GAY: Zaratustra es un buen amigo. ZARATUSTRA: ¿Ha podido usted hacer el trabajo que deseaba?DON GAY: Cumplidamente. Ilustres amigos, en dos meses me he copiado en la Biblioteca Real el único ejemplar existente del Palmerín de Constantinopla.MAX: ¿Pero, ciertamente, viene usted de Londres?DON GAY: Allí estuve dos meses.DON LATINO: ¿Cómo queda la familia Real?DON GAY: No los he visto en el muelle. Maestro, ¿usted conoce la Babilonia Londinense?MAX: Sí, Don Gay. ZARATUSTRA entra y sale en la trastienda, con una vela encendida. La palmatoria pringosa tiembla en la mano del fantoche. Camina sin ruido, con andar entrapado. La mano, calzada con mitón negro, pasea la luz por los estantes de libros. Media cara en reflejo y media en sombra. Parece que la nariz se le dobla sobre una oreja. El loro ha puesto el pico bajo el ala. Un retén de polizontes pasa con un hombre maniatado. Sale alborotando el barrio un chico pelón montado en una caña, con una bandera. EL PELÓN:¡Vi-va-Es-pa-ña!EL CAN: ¡Guau! ¡Guau!ZARATUSTRA: ¡Está buena España! Un saludo de Samuel desde tierras castellanas. Espero seguir publicando alguna cosa así, porque me gusta.