Decisión
Tontolín, hombre mentecato y pusilánime subordinado a su mujer desde el mismo instante del matrimonio, se encontraba terriblemente desesperado por su estado de sometimiento.
En cierta ocasión se encontró con un amigo de mucha confianza y le comentó su estado conyugal; este con mucha experiencia en la vida, especialmente en el manejo de esta clase de situaciones, le recomendó que le tenía que hablar con mucha decisión para ponerla en su lugar; le dijo:
-Mira Tontolín, cuando llegues esta noche a casa y en el preciso momento en que ella te esté abriendo la puerta, tú la empujas y haciendo un gesto de carate le dices: ¡iaaaaaaaaaaaaaaaaaa!, con decisión; verás que comienza a respetarte.
Efectivamente, nuestro personaje al llegar a casa hizo exactamente lo que le había indicado su amigo.
Su señora, mujer de 6 pies de estatura y 150 kilos de peso al ver la actitud de su marido le dijo: iaaaaaaaaaaaaaaaaaaaj ¿qué?
El hombre atemorizado por la presencia de semejante mastodonte y de su actitud agresiva, con voz entrecortada, temerosa y sumisa, le respondió:
-No, ya llegué.