ESA HERMOSA MUJER

ESA HERMOSA MUJER

Por las noches la soledad se acrecentaba sumiéndome en absoluta tristeza, eso me ocurría desde la ruptura de mi matrimonio.
Al principio soportaba como podía el insomnio y la angustia, solo me traía cierto consuelo saber que por las mañana debía acudir a la oficina.
Al tiempo decidí distraerme acudiendo a cines y teatros pero la soledad seguía siendo majestuosa, destronar a esa señora me resultaba tan difícil como conquistar un imperio.
Recorrer bares nocturnos no fue una idea genial pero, aunque sea cruzaba palabras intrascendentes con habitués de miradas perdidas y copas afanosas de desechar recuerdos y tragar rencores.
Tampoco faltaron muchachas con historias increíbles, que entre lágrimas y risas me ayudaron a recordar cómo era el cuerpo de una mujer desnuda.
Aun así nada estaba resuelto, por el contrario, mi vida entera era un témpano.
Rosales es soltero y el más joven en la oficina. Cuando salimos a fumar solemos charlar de bueyes perdidos, es un tipo simpático a quién siempre lo acompaña una envidiable sonrisa.
Admito que me sorprendí gratamente el viernes que me invito a concurrir a una discoteca de primer nivel, según él pasaríamos una noche agradable rodeados de música y lindas mujeres.
El lugar era excelente, nos ubicamos en la barra, lugar desde donde podía observar a una hermosa mujer que se encontraba sola y no dejaba de mirarme, en instantes me ubiqué junto a ella. Su conversación era interesante y abierta, confesó tener 62 años, ser viuda de mucho tiempo y vivir en un afamado barrio de la zona de San Isidro.
La atracción y las copas nos llevaron a caricias y besos. De pronto me preguntó si alguna vez había tenido un doble deportivo.
-¿Qué es eso? Le respondí. Con total soltura y una leve sonrisa dijo – es un trío con madre e hija.
La excitación comenzó a subirme desde las rodillas al tiempo que le confesé no haber vivido una experiencia tal.
Terminó de abrirse el juego cuando dijo que esa noche era de total suerte para mí ya que si estaba de acuerdo viviríamos momentos de placer inolvidables.
Rubricamos el plan con las últimas dos copas y salimos del lugar. Ya en el estacionamiento abordamos una nave de origen alemán que era conducida por ella de la mejor manera.
Mientras tanto mi cabeza pasaba las 12000 vueltas de imaginación, me preguntaba cuan hermosa debería ser su hija ya que ella era muy atractiva, ni sus elegantes atuendos lograban esconder sus apetecibles formas.
Cuando llegamos a su finca transitamos el jardín hasta la cochera que abrió sus puertas como por arte de magia, al entrar al living de tamaña amplitud se quitó los zapatos y me condujo a un sillón donde comenzamos a acariciarnos fogosamente mientras nos quitábamos la ropa con urgencia y descontrol, el deseo era volcánico y mis palabras parecían voraces llamas pretenciosas de convertimos en cenizas.
De pronto posó delicadamente una mano sobre mi boca y preguntó en un grito
¿Mamaaaaaaá, todavía estas despierta?

reche

Me gustó mucho la historia, el final no me lo esperaba.
un gusto leerlo.

muy bueno,
que gracioso jajaja

un gusto leerlo

jajajaja está muy bueno. Gracias.

Cecy, me alegra que te haya gustado la historia.
Gracias por tu comentario. Cariños sinceros

Gracias Negro por pasar y comentar
Un abrazo

kaballero x, me alegra que te haya causado gracia
Te agradezco el comenterio. Un abrazo

Ciertamente, la gracia que tienes para narrar te hace siempre disfrutable: son pinceladas sueltas, precisas, que te hacen avanzar comprendiendo y disfrutando la narración. Esta técnica es sólo para los grandes aunque sean aficionados. Es un don que nace de la observación. Entra en el escritor y sale con humor, inteligencia y muy livianas al paladar.

Pero este final, tan ricardiano, es formidable porque golpea con precisión.

Federico, tu comentario alaba e incentiva al aficionado a seguir el camino.
Te soy sincero, no termino de comprender "Final tan Ricardiano" a qué se debe?
Un abrazo.

TENES QUE PASAR POR EL PSICOLOGO.JE.JE.JE. LO DIGO CON MUCHA ONDA

De Ricardo, ricardiano.
Ricardo "Cocho" Garay siempre nos sorprende con sus finales.

jaja,Muy bueno,me hiciste sonreír y asquear un poquito,pero muy bueno.
Bien narrado,atrapa al lector y lo sorprende.

Un abrazo.

Estimada Verushka, no es fácil, no es fácil....

Oh!!!! sí,sí, es verdad. El poeta de Haedo acostumbra sorprendernos con finales impensados.
Gracias por la aclaración Fede.

Muy bueno Cachito, me sacaste una carcajada en el final.

Muchas gracias Mario y Cocho.
Un gusto que hayan pasado por mi escrito.
Abrazos del painter.