Tarde de lluvia+++RECOMENDADO DE DICIEMBRE+++

RECOMENDADO

El viento empezó a arreciar y los árboles a insinuar con su vaivén lo que estaba por suceder. El olor que circundaba el ambiente hacía presentirlo. Una nueva tarde de lluvia se avecinaba. Me acerqué al ventanal para asegurarme de que el tapiz casi negro estaba tendido. Quién sabe que mano oculta desplegó una sábana gris oscura sobre él.

De inmediato dije: ¡Un gran chaparrón caerá! Y no pude olvidarme de aquella vieja frase que siempre acostumbro a pronunciar en estos casos: “Van a caer maridos del cielo, recogeré en un platón bastantes por si alguno sirve”…

Me sentía satisfecha porque estaba a salvo y no me caería una sola gota de agua encima, pero al mismo tiempo, tenía unas ganas locas de tener empapado todo mi cuerpo y que la lluvia intimara con mis poros.

Un golpecito sobre las hojas de un árbol y ver revolotear las aves alegres me confirmaron que empezaba la danza del agua. Sobre una cuerda de luz, un pajarillo gozoso adivinaba también lo que mis ojos ya empezaban a observar.

Una gota y luego otra con más fuerza y el sonido acelerado de manera rítmica me invitaron a ver cómo se mojaba poco a poco la calle; las hojas de los árboles empezaron a chorrear sus gotas cristalinas. Lágrimas alegres lavando todo cuanto a su paso tocaban.

Enseguida un rayo y su estruendo atacó mis sentidos, me retiré del ventanal pues sentí miedo. A cierta distancia, no pude dejar de ver cómo en el ventanal de manera zigzagueante cada gota a la espera de otra, formaban caminos para continuar en su loca carrera y perder su forma.

Los minutos transcurrieron y así la tarde empezó a fenecer.

Volví al ventanal para atisbar cuántas personas se mojaban: El hombre en bicicleta y con un viejo plástico que el viento bamboleaba. El perro callejero que tiritaba de frío con su piel pegada a los huesos. La jovencita que a pesar de los charcos no quería mojar sus dedos que se asomaban por las sandalias negras haciendo pequeños brincos, mientras el conductor del Chevrolet MW, con sus llantas abrió un círculo de agua que fue a inundar su vestido. Presiento que ella, con su cara escondida bajo el paraguas negro, debió dirigirle al hombre unas cuantas palabras de mal agradecimiento.

Media hora más tarde cesó el torrente y todo volvió a la calma, dejándome ver el guiño de los luceros, mientras la señora blanca empezaba a mostrar su cara.

Mi espíritu de alguna manera se sintió lavado y, con satisfacción, busqué mi cama para conciliar el sueño debajo de una buena cobija.
Etelsaga, octubre, 2008

Hola Ethel:

La melancolía poesía que despierta la lluvia. Un retrato de la tarde, y de las escenas que tu ventanal mostraba.

Esta frase es buenísima:

“Van a caer maridos del cielo, recogeré en un platón bastantes por si alguno sirve”…

Gracias por compartir.

Un bello relato, una escena natural, de aquellas que ocurren en la vida real y en donde el sentir se agudiza en los sentimientos propios al poder cer esa tarde de lluvia y hacerla propia, con todos los elementos, desde antes de la caída de la primera gota hasta el final de la lluvia, inclusive el miedo de la interrupcion natural de la escena con un relampago...letras bellísimas, elegantes y que llegan transmitiendo toda la calma que produce esa tarde, tal cual como la sientes...excelente Ethel...

Besos,

Ignacio

Gracias por sus comentarios que bien me sirven...
Un abrazo para todos.

Un texto excelente, que por su carga emotiva bien puedo clasificar de prosa poética.
Una descripción suave, muy bien llevada y que logra que el lector se introduzca en el texto.
Felicitaciones compañera,un texto precioso.

Que las hadas te acompañen.

Sin palabras compañera,asi he quedado,perdido en tu tarde de lluvia.
Un buen texto,definitivamente siempre es un remanso pasar por aqui.

Gracias Cintya, Jaime y Marioes... Este texto es una tarea entregada a los estudios de Narrativa que estoy realizando.
Un abrazo para todos, toditos, todos...

Sabes?....me he quedado con mi vestidito empapada despues de esta lluvia y sobre todo por el torpe del Chevrolet MW.. ja, ja,.

Al seguir con sumo cuidado la lectura, has sabido hacer que el lector huela la lluvia, se moje, la disfrute o la maldiga, que corra por las aceras mojadas, mientras ella cae y hasta pude oir su tintineo sobre mi paraguas...


Olor a tierra mojada...oh, que delicia...qué bien se siente esta ...
Tarde de lluvia


Precioso, amiga.

Amiga mia, leerte es disfrutar a cada paso, de cada frase, haces un poema. Cualquier cosa, lo trascendente y bello es tu forma de expresarte. Acaricias la mente, el intelecto y coonsigues algo muy sagrado. Consigues que se ponga ateención en cada instante de tu escritura. Una atención serena, como no necesitando que la historia termine, puesto que su trayectoria es bellisima, cada paso, cada instante. Me encanta disfrutar de tus escritos. Tienes un don maravilloso.

Gracias Eleonor, Susy y Cayetana por sus comentarios...
Un abrazo grande

Etel, hermoso retrato de una tarde de lluvia.

Me pareció estar alli, felicitaciones por ser texto recomendado.

Un beso.

María

Jaime y Tequendama, muy amables y los veo lluviosos, jajaja.. la lluvia los tocó...
un abrazo

Felicitaciones por tan merecido reconocimiento.

Cordiales saludos.

Felicitaciones, Ethel, letras que se disfrutan por la suavidad (como han dicho) y esas frases que le dan un toque de dulzura y humor sano.
Un gusto de lectura.
Un abrazo.

muy tuyo este texto,realmente me gusto mucho.

Buenavera, sgrassimeli, Nomade, mil gracias por su paso y sus mensajes...
Un abrazo

Rina, Lore, mil gracias por pasar por este rinconcito y dejar sus huellas en mis letras.
Un abrazo para las dos.