¿En verdad quieres, en verdad estimas? (escueta reflexión)

Para querer a alguien es imprescindible el conocer, o hacer por conocer, en toda la amplitud de la palabra, los aspectos más censurables de su personalidad, comprendiéndolos, asumiéndolos como si fueran propios (o mejor si cabe) sin ceder al tendencioso prejuzgamiento... de otro modo ese presunto y presumido "amor" quédese en ilusorio juego de manos de nuestra bioquímica, en una accidentalidad que afecta a segundos y a terceros, a una decreciente admiración de ámbito meramente sugestivo.

Postdata: ¿He cumplido en lo sucinto, no?... ¡Bien por mí!... Es que a veces me cuesta, entendedme.




Adanhiel.

Bien…has cumplido en lo breve, ahora me pregunto: ¿qué pasa cuando uno ama, (ocuparía esa palabra para tu texto) y esos “censurables” aspectos no alteran a la persona…o, si el “indigno” ama tanto que trata que esa personalidad no afecte a la pareja?
Son pensamientos que vuelan sobre tu reflexión.

Está claro que cada cual tiene su forma y manera de expresar, comunicar y alimentar el amor de pareja; la que yo mejor entiendo es la del ofrecimiento a ésta no sólo del alma (pura por definición), sino de la personalidad entera, con sus luces y sus sombras, aunque entiendo que se la pueda intentar salvaguardar de las últimas ocultándoselas, sería muy humano y piadoso... también amoroso... pero triste. Uno pretende que se le quiera no solo por sus virtudes, sino también en sus defectos, es decir: "que compren todo el paquete o que no lo compren".

Sería un asesor sentimental nefasto porque seguro no he satisfecho tus subsiguientes inquirimientos... Quizás únicamente a ti corresponda el obtener determinante respuesta al respective.

Lamento decepcionar por andar cortito de entendederas pero agradezco la oportunidad que me has dado para desarrollar un poquito más mi inicial planteamiento.

Saludos-.

Adanhiel escribió:

Está claro que cada cual tiene su forma y manera de expresar, comunicar y alimentar el amor de pareja; la que yo mejor entiendo es la del ofrecimiento a ésta no sólo del alma (pura por definición), sino de la personalidad entera, con sus luces y sus sombras, aunque entiendo que se la pueda intentar salvaguardar de las últimas ocultándoselas, sería muy humano y piadoso... también amoroso... pero triste. Uno pretende que se le quiera no solo por sus virtudes, sino también en sus defectos, es decir: "que compren todo el paquete o que no lo compren".
Sería un asesor sentimental nefasto porque seguro no he satisfecho tus subsiguientes inquirimientos... Quizás únicamente a ti corresponda el obtener determinante respuesta al respective.
Lamento decepcionar por andar cortito de entendederas pero agradezco la oportunidad que me has dado para desarrollar un poquito más mi inicial planteamiento.

Saludos-.

Daniel...Daniel... tal vez lo mío sea más básico y no necesito de tantos artilugios para querer a una persona. Ahora… dejo en claro que hablo del amor de pareja…pues también puedo amar a un amigo/a y obviamente demostrarlo de distinto modo y quizás perdone mas.
Con respecto a lo tuyo, es tan amplio que no creo que haya formulas, solo experimentar y no mentir…y creo que en ese punto, estamos de acuerdo los dos. Si no me miente y me agrada o amo, compro el combo. Si me miente y después aflora las cosas más terroríficas (va una bromita) no creo que una persona guste de las mismas (eso muy en serio)-
nota: respuesta dada después de un buen almuerzo. Se comprende???

Nada más básico que darse y esperar ser aceptado y recibir lo dado de la misma, recíproca e incondicional manera... eso es todo ¡y ahí es nada! Aunque algunos compliquemos tan bella síntesis sentimental al pasarla por un sentido, pero racional matiz.

Tú lo has dicho, SINCERIDAD, es la llave maestra, si además le añadimos compromiso y absoluto compartimiento mejor que mejor... vaya, si al final la concordancia va a acabar primando y todo... ¡y si no pues tampoco sería la cosa como la conclusión de un culebrón, caray!

Espero haberme expresado tan bien como tú lo has hecho en un postalmuerzo; puede que esa sea una pauta a seguir, oye.

Saludos,

Querer no es amar... querer crea condicionantes, amar es algo distinto !!

¿En verdad quieres, en verdad estimas?

Muy buena pregunta, amigo Adanhiel. Invitas a la reflexión.

En tanto no se escriba un reglamento -(no se quién podrá hacerlo, ni con que cierta autoridad)- que defina como se estima, quiere o ama, a mi humilde entender; ¿Quién podrá darte una objetiva respuesta? Sólo queda; que cada cual acerque su personal opinión o reflexión al respecto.

Hay cariños y amores que sanan y los hay que enferman y matan, por dar ejemplos extremos. Los hay de todo tipo, la gama es excesivamente amplia.

¿Quién podrá decir, con qué autoridad? ¡Ahh... eso no es querer... eso no es amar!
¿Para mi? Nadie. Más me lo pregunto y más confirmo la respuesta; Nadie.

Una frase me ha quedado muy prendida, que si no es de Sabina, es de Paez: "Si aprendiéramos a amar como animales..."

¿Cuál es el verdadero amor? Sino el Divino, el Universal, el que ama al santo y al asesino por igual, el que no discrimina, el verdaderamente Incondicional del cual estamos a años luz, por mejor elevado nivel de consciencia que podamos tener quienes pertenecemos a esta civilización. Lo digo y me lo pregunto al mismo tiempo.

Quizá el hecho de reconocerlo, ya en si, sea un paso adelante. Todos sabemos de sobra que el asunto está en el "ego" ¿No es así? Bien... de momento cargamos con este lastre y cada cual; estima, quiere y ama -(sin tener bien definidas las diferencias)- como puede y no como quisiera hacerlo.

Es sólo el pensamiento de una mente pequeñita, tomadlo como de quien viene.

Cierto es que no existe, ni creo deba de existir, un "manual del buen querer o del buen amar", solamente he dado a entender mi forma de sentir el amor de pareja que parte de un íntimo compromiso del que se infieren unos mínimos requisitos que me aplico a mí mismo y que, de ningún modo, planteo como ajena exigencia, faltaría más. El amor Universal merece espacio aparte y sería inapropiado y hasta importuno el abordarlo aquí y ahora, pero comprendo muy mucho que se saque a colación, lo encuentro consecuente.

Una vez y otra vuestras reflexiones y pareceres me complementan y esa es razón más que de sobra para sentirse afortunado.

Estimado:

Ya sabes de sobra, como soy de descolgado al lanzar mis comentarios. Y que a veces, por pura casualidad, digo yo algo que viene a cuento. Pero ya me conoces, o mejor dicho ya me conoces la intensión. Que en definitiva, es lo que cuenta entre nosotros.

Un fraterno abrazo.

Mi buen Ricardo:

Ya te he dejado muy clara, vía privado, alguna cosilla igual de oportuna y destacable que tus comentarios, razonamientos, etc, que allá se demoren un poquito échanse a faltar. Hazme saber que lo has recibido pues soy tremendo zoquete en estas lides cibernéticas; sería una lástima pues escribí más con el alma que nunca, demasiado para que mi torpeza dé, por enésima vez, al traste con la, si se quiere, pueril ilusión.

Fraternales abrazos.

Lo he leído, Adanhiel, y en verdad me has conmovido. Dame un tiempo para encontrar las palabras adecuadas para responderlo. Gracias, hermano.

Tómate cuanto tiempo creas oportuno, yo, ya de principio, me siento feliz cual lombriz.

Hasta la próxima que, no hay que presumir de intuitivo para saber no ha de demorarse en demasía.