¿QUIERES SER TÚ O SER UN YO IDEAL?
En mi opinión, este artículo también podría titularse perfectamente “El gigante con pies de barro”, porque eso mismo es lo que uno pretende construir cuando se propone hacer un cambio absoluto y ser perfecto en todo y especial y maravilloso sin haber reflexionado lo suficiente.
Cuando uno no se encuentra a gusto con cómo está siendo, y toma otros modelos “ideales” como referencia para aplicárselos a sí mismo, o piensa en lo maravilloso que sería si fuese como fulano, está intentando hacer algo que le va a llevar directamente al fracaso.
Esa proyección excelente de uno mismo es lo que se llama YO IDEAL, que es lo que nos gustaría ser, y se desarrolla tanto para satisfacerse a uno mismo como para satisfacer a los otros. Es la suma de las mejores aspiraciones, los poderosos deseos, la suprema idealización, la absoluta perfección…o sea, lo que se supone que hace a una persona perfecta o feliz.
Un proyecto de YO IDEAL bien entendido, y bien llevado, puede ser estimulante porque se puede convertir en un objetivo por el que esforzarse. En una referencia. Una aspiración. Pero sólo si es bien entendido y bien llevado.
El YO REAL es el que verdaderamente somos, pero muchas veces lo confundimos con el que creemos ser o con el que estamos siendo –y lo hacemos convencidos de que somos nosotros mismos-. Y es necesario averiguar la diferencia.
La distancia entre uno y otro marca el sentimiento de inseguridad. Mientras más distancia hay entre ambos, mayor es la inseguridad y peor el auto-concepto. Uno se da cuenta de lo que está siendo y donde está y lo compara con lo que cree que le haría estar bien o ser feliz… y raramente eso le anima porque habitualmente eso le frustra.
La excesiva auto-exigencia puede ser destructiva. Pedirse más de lo que uno puede dar, lo mismo estimula que hunde. Aspirar a lo que es posible con esfuerzo, es positivo. Aspirar a lo imposible, será motivo de una frustración innecesaria que se podría haber evitado simplemente siendo objetivo, siendo consciente de las propias limitaciones y aceptando ese límite.
Los proyectos en la creación de ese YO IDEAL han de ser realistas, acomodados a las posibilidades reales, ya que si se hacen proyectos imposibles eso creará una sensación de fracaso. El YO IDEAL es un modelo y si uno toma para sí ese modelo y se convierte en él, lo que estará haciendo es cambiar su modelo actual por otro modelo pero seguirá sin ser él mismo. Ese nuevo modelo también tendrá carencias que serán motivo de insatisfacción una vez pasada la euforia inicial.
Previo al cambio, hay que sanar el YO REAL para conseguir que sobre lo que se construya no sea un barrizal o sean arenas movedizas sobre las que cualquier cosa que se ponga acabará cayéndose.
Lo adecuado es tomar conciencia de quién se está siendo –o sea, cómo se está mostrando y actuando-. Por encima de él –que es transitorio y vive en función de sus circunstancias y de lo externo-, está el YO REAL, que es la esencia personal, la verdad interna, el Ser, lo profundo y auténtico. Con ese YO REAL es con quien hay que contactar y es quien necesita atención y permiso para mostrarse.
Si uno desarrolla ese fondo esencial, inmanente, quitando todas las capas y obstáculos que se le han puesto, y si uno se permite mostrarse tal como realmente es, aunque eso no satisfaga a los otros pero en cambio sí le satisfaga a él, estará siendo ÉL MISMO.
Y de eso se trata la vida, de llegar a ser UNO MISMO consiguiendo que ese SER HUMANO que uno es sea satisfactorio para sí mismo –sobre todo- y se trata también de desarrollar todo lo posible todas las virtudes y cualidades para lograr alcanzar una relación de plenitud consigo mismo, de satisfacción, teniendo la sensación o la seguridad de que está cumpliendo su misión, y que en su interior está en paz consigo mismo.
Es una hermosa tarea que compensa sobradamente los esfuerzos y la dedicación que requiere.
Te dejo con tus reflexiones…
Francisco de Sales