Un pequeño sobresalto

Una vez tuve la pesadilla de que empezaba a tomar conciencia y, por ende, a preguntarme, si lo que en nuestra "accidentalizada" religión católica se denomina Bestia o Anticristo (artequipo de destrucción, quién sabe si de cambio o renovación), no sería tanto la profetizada figura de una entidad física e individualizada sino, más bien, la arrolladora dinámica de un meteórico avance tecnológico.

Enseguida supe que plantearse este tipo de dudas era más propio de un escritor de enfebrecida y exacerbada imaginación que de otra cosa, y que muy bien tales planteamientos pudieran nacer de la lectura de una alocada novela de ciencia-ficción antes que de la detenida reflexión a la que siempre he procurado deberme y acostumbrarme...¡pero no pude evitarlo! Así surgió en mi mente viéndome en la actualidad en la perentoriedad de plasmarlo en este digital formato.

Era entonces y soy plenamente consciente de que la tecnología ha conseguido logros muy relevantes que son el exitoso resultado de la unión de esfuerzos, ánimos y dedicadas mentes de personas con alcance proyectivo...no es o fue ni por asomo cuestionamiento del progreso sino, supongo, de la utilización que hacemos de él.

Esa unión multidisciplinaria, representada en mi pesadilla, simbolizaba el germen de un ente con personalidad propia que empezaba a darnos las primeras muestras de su poder; la primera de ellas (y es la única que destacaré) era la absoluta dependencia a la que, en pos de el renombrado y encarecidísimo estado de bienestar, nos acostumbrábamos aquiescentemente.

Al igual que el pájaro que ha vivido siempre en cautividad, los barrotes de su jaula no representan la frontera de la bienamada libertad sino la constatable prueba de su seguridad, sin la cual perecería... El paralelismo me pareció tan terriblemente aclarativo, el proceso de tal presunta "evolución" se presentaba tan irrevocable y, sin embargo, tan sutilmente cognoscible... Si ese es nuestro destino (pensé) ¡seamos al menos conocedores de sus previsibles repercusiones! aunque estas sean, temí, poco alagüeñas.

Ignoraba cual era la finalidad de esta entidad que entre todos hemos dado vida, solamente pretendía mantener la suficiente frescura de ánimo para pensar que esa Bestia profetizada no es tal y no nos pueda confundir hasta el extremo de intercambiar libertad por seguridad, al tremebundo coste de olvidar, en el subterfugiador y autoimplantado trueque, nuestra propia humanidad.

Menos mal que solamente se trataba de una pesadilla más o menos lúcida... ¿verdad?...





Adanhiel.

Bueno, una "pesadilla" muy vívida, sin dudas.
Me parece muy buena toda esta reflexión en base a tu sueño.
Hay sueños que nos aclaran situaciones, o preguntas o dudas que tengamos.
Me pareció desde mi punto de vista, muy acertado
lo que dices.

Ahora bien, me parece que este tema tendría que ir en el foro de reflexiones, no te parece?
"Un pequeño sobresalto" que aclara algunas dudas en tí y en otros, nos deja pensando, reflexionando...
Gracias por compartirlo.
Un abrazo.


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Muchas gracias por tu clarificadora contestación compartiendo "esto" que sí(seamos positivos), sin duda es una reflexión generada por una pesadilla... ¿o no?... Yo mismo me plantee si, como tú bien dices debía "aparcarla" en el foro correspondiente pero, no sé si por aquello de los avances premonitorios que tienen algunos sueños y pesadillas, casi inconscientemente, lo hice en este. Ni que decir tiene que estoy y estaré encantado de haberme equivocado, querida Susy, y espero, por el bien de mi salud mental y el bien en general, que no volverá a suceder. Fiuuuuu, será todo un alivio, en verdad te lo digo.

Encarecidos besos.

Adanhiel:
Vi que había una sección de lo "paranormal" en este foro, y el primer post que leí fue el tuyo. De antemano, me declaro agnóstico en cuanto a la idea que tengo del mundo, su origen y su final. Ninguna de las explicaciones, deistas, ateas, etc... me llenan ni responden a mis preguntas. Además me declaro, en el pasado al menos, practicante de alguna de las experiencias "espiritistas", lease Quija, psicofonías, telequinesia...
a modo de práctica romántica apreciando más su forma que su fondo.

En cuanto a lo que comentas acerca de la evolución de la técnica en concreto, creo que estamos errados al pensar que la historia del hombre es una línea recta, que comienza con la bajada del árbol y culmina con la llegada a Marte. La historia de las civilizaciones humanas es androcéntrica. No podía ser de otra manera.
Recuerdese que la civilización Egipcia vino a extenderse unos cinco mil años, La China otros tantos. LA occidental nuestra, post-platónica, caduca y no acorde con los tiempos que nos toca vivir, apenas ha cumplido dos mil. (Cuento solo desde la aparición de los primeros sistemas filosóficos griegos).
El ser humano es un animal en franca decadencia. Sus actitudes disminuyen día a día y los avances tecnológicos no harán sino mermar sus capacidades. Perderemos ese instinto que nos rige (la inteligencia emocional) y la sustituiremos por la inteligencia puramente artificial propia de las máquinas. Llegados a ese punto, solo quedará de nosotros esa cascara que siempre hemos sido, una animal racional, evolutivamente complejo que finalmente luchará por lo que todos los animales luchan desde que el mundo es mundo: La comida y el territorio. Cuando eso suceda, y creeme, sucederá, entonces si llegaran tiempos oscuros, tiempos de Bestias y de domonios.

En lo que a búsqueda de respuestas se refiere, en demostraciones de corte eminentemente empírico, qué otra cosa podemos ser sino agnósticos, es decir, conscientes de nuestras tremendas limitaciones en todos los campos del saber; en tales limitaciones nos hemos de ver comprendidos y entendiendo que JAMÁS alcanzaremos a resolver tantas y tantas incógnitas que nos circundan, sean éstas de carácter teológico, filosófico, religioso, cosmológico, etc... No obstante debemos seguir intentando el imposible, aun a costa de saber que llevemos las de perder en la empresa; quién sabe si quizá, en ese abrupto, arduo y frustrante camino, lleguemos, como inesperada y bienvenida resultante, a conocernos a nosotros mismos y pasemos del "solo sé que no sé nada" al "nada sé, salvo quién y cómo soy"; yo me daría con un canto en los dientes si llegáramos a esa cota de conocimiento... o quizá debiera decir de sabiduría, porque las respuestas más estimables proceden de ella.

En la medida que evolucionamos en algún sentido involucionamos en otros que, a la postre, resultan ser los más relevantes, en los que se encuentra esa inteligencia emocional de la que hablas, no me extraña que el estigma de la decadencia vaya creciendo día a día acorde a como otras expectativas crecen descomedidamente, junto con nuestra inconfesa arrogancia. Comprendo (no sabes cómo) tu fundamentada decepción para con la especie humana pero yo me resisto a esta valoración agarrándome al clavo ardiendo, al hálito de esperanza que no ha de morir en nosotros, porque pereceremos con ella, esto sí que es seguro. Espero que esos tiempos oscuros no acaezcan nunca y que la lectura de mi pesadilla se quede en el subjetivo polo negativo del onirismo, querido Orwel, seamos, pues, soñadores, pero en plan positivista, que no es tan solo cuestión de ser optimista o pesimista sino realista ante una blanca potencialidad, una veta interior que todavía está por ser explotada, depende de nosotros el hacerlo y de nadie más... inspirémonos en lo que nos inspiremos, ¡hagámoslo! Hay demasiado a ganar y, bien pensado y en comparación, muy pero que muy poco a perder.

Ha sido un verdadero placer el reflexionar contigo, compañero, y decirte que coincidimos en los antecedentes en el mundillo de lo paranormal pues consideraba (y considero) hay realidades dentro de otras realidades que no debemos de dejar de estudiar con toda la profundidad y seriedad que nos sean posibles; el no encontrar ahí el tipo de respuestas que nosotros buscamos o precisamos no quiere decir que no las haya, pueda ser que no estemos preparados para desentrañar aquellas que se nos presentan y que pasan casi inadvertidas en nuestro obcecado desestimamiento que (éste sí) es síntoma de clara decadencia.

Vaya parrafada que te he soltado, ¿eh? Tú te lo has buscado que entre todas las "propuestas paranormales" has ido a elegir esta solitaria y puede que mal ubicada mía... ¿tendrá que ver con la Providencia? Ja, ja, es broma, evidentemente.

Desde Cantabria hasta Zamora un fuerte abrazo.

Eres tan reflexivo, hermanito del alma, que no le das tregua ni siquiera a las pesadillas. Jajaja.

Deja que, los sueños... sueños sean. Hoy es hoy, mañana... Dios dirá.
¿Qué se puede hacer, Quijote?
Hazle caso a tu fiel escudero. Brindemos con un orujillo de Potes... Que Dios proveerá.

Interesante, la conversación con Orwel. Pues, uno disfruta y aprende de quienes saben.

¡ABRAZOTES AL CANTO Y DULCES SUEÑOS!

Ya sabes, querido Sancho, que lo mío tiene difícil remedio... Que hay días y momentos en los que hasta el vuelo de una mosca me invita a la divagación; no obstante, hay tanta tela a cortar en lo que respecta a los sueños, a el contenido de nuestro subconsciente, que allá cuando la ocasión me lo propicia no pierdo la oportunidad para hacer hincapié en el tema, por demás interesante y misterioso.

Pero la propuesta del orujillo me parece todavía más atractiva ejejé (risilla con borrachil tendencia), ¡vaya con Dios, hermano, y no dejemos que el futuro especule con nosotros! ¡Carpe diem, querido amigo, carpe diem!

¡ONÍRICOS ABRAZOS!

Ciertamente, amigo Adanhiel. Qué bonito sería practicar naturalmente ése carpe diem.
Tenerlo plenamente incorporado en nosotros y vivir consecuentemente a ello.
Sin conjeturar o especular con un futuro realmente incierto. Vivir el ETERNO PRESENTE. ¡Qué bonito sería!

A propósito de los sueños. Hace unos cuantos años, recuerdo, en una de mis tantas divagaciones seudo-filosóficas. Hube llegado a la conclusión de que el estado natural y normal del hombre es mientras duerme. El estado más real y verdadero de cada individuo existe mientras duerme. Lo que llamamos "sueños" no son más, que la punta del iceberg que es nuestro subconsciente, quien rige nuestras vidas de punta a punta.
De hecho la psicología freudiana, en el psicoanálisis, se apoya fundamentalmente en el valor y la importancia de los sueños. Digamos que necesita indagar ese estado subconsciente del individuo, para conocer con certeza de donde provienen las conductas o los pesares de éste, en su despierta cotidianidad.
Otras líneas filosóficas, científicas o religiosas apuntan a los sueños desde otros puntos de vista con diferentes connotaciones.
Lo cierto es, que desde un ancestral principio, el hombre intuye y le atribuye una real, verdadera y fundamental importancia a los sueños. Como premonitorios, en la mayoría de los casos. Digamos que, el más puro estado de lucidez, en el individuo; Sería mientras duerme. De ahí, que hubiese yo arribado a la conclusión que te contaba.

Sin lugar a dudas, el universo subconsciente del hombre. Este espacio determinante y tan desconocido por él, se torna misterioso porque hasta ahora no se ha hecho masiva la intensión de prestarle la debida y merecida atención. La importantísima y merecida atención del subconsciente, con un estandar de aceptable calidad, sigue siendo un privilegio para pocos.
Más lo usan las multinacionales para vendernos sus productos. Los políticos para conseguir los votos, que para verdadero bienestar de los oprimidos pueblos.

Tu amistad me eleva. Platicar contigo es; Siempre enriquecerse en sabiduría.

¡ABRAZO AL CANTO, HERMANO!

La consciencia tiene que ver en la subconsciencia como la subconsciencia en la consciencia, es un estado de permanente retroalimentación que incide en nuestra afectividad, en la emotividad, en nuestra personalidad en suma; un espectro demasiado amplio e intrincado del que dependen las actitudes ante la vida, el carácter mismo de la persona, en donde se adscriben demasiadas variables para ser estudiadas de manera empírica. El cerebro, la insondable mente y sus jugarretas tienen mucho que ver en este encantador galimatías, indudablemente, pero, ¿y el alma? ¿Acaso no se expresa ella en su propio idioma en tal plano (el de, verbigracia, los sueños)? En la medida que lo descifremos y aprendamos siquiera a balbucearlo estaremos avanzando significativamente en la supraconsciencia, en el autodescubrimiento, en la verdadera globalidad a la que podemos y debemos aspirar. Los sueños nos dicen lo que somos y lo que ES, lo que de nosotros hay en la realidad y lo que de realidad hay en nosotros, y la realidad (interior y exterior) es muy vasta, la mejor manera de asimilarla son los sueños y la prestación que nos hacen para la sobrevivencia emocional es crucial; no debemos desestimarlos porque nuestro espíritu se vale de ellos para expresarse y es en ellos donde no hay fingimientos que valgan... el tiempo no cuenta, nuestro mismo yo casi que tampoco, es información hecha sentimiento y sentimiento hecho información, el error consiste en intentar encontrarles lógico sentido... Quitemos, pues, la archisobrevalorada lógica... Quedémonos con el SENTIDO y comprobaremos que no es una cuestión baladí, sino crucial en nuestra evolución espiritual, en nuestro humanitario desarrollo.

Podría darte una impresión parapsicológica sobre la precognición en los sueños, sobre lo que haces alusión de los mensajes subliminales de las multinacionales para hacernos fieles consumistas o de los manipuladores, en suma (otra realidad nada conspiranóica), pero lo mismo me iba a pasar de tuerca o acabaría soltando alguna burrada, con lo que será mejor dejarlo aquí.

¡CONSCIENTÍSIMO ABRAZO, HERMANO!

Chicosssssss!!! Ricardo y Adanhiel...
De aquí, podrían haber salido dos temas en diferentes post...!!
Pero realmente es una maravilla leerles y aprender también, sin dudas!

Un abrazo a ambos!

Un besazo para ti, estimada Susy, un gran y nada sobresaltado gustazo el que te hayas pasado por estas mis humildes letras.