“Un Ángel Perdido”

Tema: “Un Ángel Perdido” Jue Dic 27, 2012 12:31 am

Observaba los movimientos de los arboles, cuando de repente vi una especie de luz blanca que encandilaban mis pupilas, al ver la misma me sentí un poco calmado, ya que esa luz podría de ser personas que estaban buscándome.
Mi corazón, latía y latía muy rápido, pareciera que pronto escaparía de mi cuerpo.
Paso más de una hora. La luz se alejó lentamente, mientras desaparecía.
En mi mente resonaban los gritos de mis padres, los que más de una vez, me hicieron daños tanto Psicológicos como físico; la última vez que los vi a ambos frente a frente, fue cuando mi padre tomo una llave pesada y golpeó a muerte a mi madre, si mal no recuerdo ella estaba embarazada, jamás supe si era una niña o un niño.
Ese episodio fue totalmente traumático para mí, corrí y busque el teléfono para llamar a la policía, después de llamar a l “911” huí, corrí a un bosque de las cercanías, en el cual criaban animales para exportación, pero que tenia además una gran hectárea de arboles. Seguí corriendo hasta que comencé a oír los melancólicos sonidos de los búhos en la apagada noche, los parpados me dolían, no sentía las piernas, de haber corrido tanto, me detuve junto a un árbol, no sé porque razón estaba junto a ese árbol me daba seguridad, este era de un color un tanto extraño un bordo con mezclas de verde oscuro, era totalmente extraño y poco usual.
Me mantuve despierto hasta que vi la luz, no tenia noción del tiempo, solo recordaba que había huido de mi casa a las 21:30 pm, en mis bolsillos traía un amuleto que fuè el último obsequio de mi abuelo que, me había dado antes de fallecer, este amuleto la mayoría de las ocasiones, por las que había transcurrido me había sido muy útil, en ciertas ocasiones desconfiaba del amuleto, pero ahora vivía una situación totalmente distinta a las que ya antes había vívido.
La madrugada comenzó a esfumarse, como si fuese yo el causante de que el tiempo pasase rápidamente.
Algunas situaciones por las que había pasado, no las podía comprender muy bien, una de esas cuestiones era porque me dolía la cabeza, el brazo y la pierna derecha.
Mi padre se solía sentar en el sillón de la sala, miraba canales poco normales, cuando terminaba de ver esos canales se levantaba del sillón e iba a donde se encontraba mi mamá; la tomaba de los brazos y del cabello y comenzaba agredirla de todos los modos que se puedan imaginar, ella no podía evitarlo, el era más fuerte que ella, intente defenderla más de una vez, pero él me tomaba del brazo, me arrojaba a la tina, giraba el grifo y cargaba la tina con agua fría, luego cerraba la puerta con agresividad, a veces quedaba impactado con lo que le hacía a mi madre, solo lloraba en silencio.
Mi madre lloraba le suplicaba a mi padre que no la golpeará, que yo estaba ahí, que solo era un niño y que no entendía lo que pasaba.
Sometía a mi madre a cosas difíciles de expresar con palabras, pero una de esas tantas torturas era, que la obligaba a beber alcohol estando embarazada, y si ella no accedía a beber, le abría la boca y le hacía a tragar el alcohol.
Una vez intento hacer lo mismo conmigo, pero no lo consiguió, porque mi madre lo golpeo con una sartén en la cabeza y me dijo – “Ve a tu cuarto, y no salgas hasta que yo te diga”. Ese día no escuche nada, el silencio se apoderaba de mí, no podía permitir que esto estuviese sucediendo, así que salí de mi cuarto, busque a mi madre por todos los rincones, la encontré en el baño con los ojos cristalizados, el rostro totalmente lastimado, cuando pude ser testigo de esa situación con tan solo 10 años fue muy triste. Cuando por fin la había encontrado, oigo que la puerta se abre y alguien golpea la pared de manera agresiva, pude notar que no era más que mi padre, en ese tiempo mi madre me dice- “volvè a tu cuarto acompañado de un beso” yo le di un beso uno a ella y uno a su vientre, luego subí las escaleras a toda prisa e ingrese a mi cuarto , pero no llaveé la puerta, solo la entrecerré, fue en ese mismo momento que comencé a oír gritos, ruidos extraños como si mi padre estaba en estado de ebriedad.
Mi madre gritaba “Déjalo en paz”. Pero el caso es que no comprendía porque decía eso mi madre. Pronto comencé a escuchar unos pasos muy fuertes, que cada vez se acercaban más a mi habitación, fue en ese preciso momento que busqué un lugar en mi cuarto para ocultarme, como era de esperarse me encerré en mi closet de ropa, me mantuve en silencio hasta que sin esperar, vi que la puerta comenzó a abrirse.
Mi padre ingreso lentamente, diría casi en puntas de pie, para no provocar ruido al entrar, en su rostro se dibujaba una gran sonrisa perversa, diría que casi paranoica, yo me hallaba oculto, pero no podía evitar que mi cuerpo temblará, tenia tanto miedo, que no sabía cómo pasar desapercibido.
Ya en mi cuarto se dispuso a llamarme: “¿Dónde estás hijo?” ese tono de voz era totalmente fingido, diría que un tanto forzado, el jamás desde que tengo yo el uso de razón, me había considerado como su hijo; es más yo desde ese entonces no he hecho más que creer y afirmar que no tengo más que a mi madre.
Mi madre a pesar de no estar presente en el momento en el que me hallaba, yo sabía bien, que ella estaba abajo sentada en el suelo, totalmente lastimada y con su rostro lleno de lágrimas, Como tantas otras ocasiones, la policía no se hacía presente.
Pronto mi padre ya cansado de hablar de manera “tranquila” por así llamarlo. Comenzó a ser el mismo de siempre, el hombre agresivo, ese que no le importaba más que a sí mismo, el que quería que todos hicieran lo que el quisiese, ese sujeto que fuè necesario para que yo existiera.
Ya no podía dejar de pensar por todo lo que he pasado por su causa, el sufrimiento por el que ha hecho pasar a mi madre, estando en la situación de desarrollo embrionario, son tantos recuerdos que me golpean en este instante, que me dan ganas de llorar. Pronto mi padre me halla en el closet, me toma del brazo y me dice: “Con que aquí estabas” sonriendo y sus manos agarrando mis brazos delgados, yo intente soltarme de él, la sangre en mi cuerpo en tal situación, parecía haberse olvidado de circular.
Era inútil, yo no podría escapar de un hombre grande de tal contextura física, y de gran fuerza.
Prosiguió diciéndome palabras, que casi no entendía muy bien, quizás el motivo de no entenderlas se hallan debido a que, era un niño, pero cada palabra que salía de su boca, iba acompañada por una expresión facial y corporal, tenia tanto miedo, que hasta respirar me costaba.
Me arrojó a mi cama, de manera brusca, como si yo fuese un simple oso de felpa, luego continuó con su discurso difuso, no sé muy bien lo que me hizo, pero él dijo: “Ya eres un hombre” apenas me dejó salir, no dude en correr de la habitación y bajar las escaleras a toda prisa, me sentía totalmente extraño, quería llorar, pero sentía una sensación que no podía explicar bien, una especie de escalofríos mezclada con incertidumbre.
Bajé las escaleras que no dejaban de hacer un ruido parecido a una especie de ronquido. Bajé con los pies descalzos, y allí abajo encontré a mi madre sentada en un rincón, estaba tan mal, que ante ese lapso no sabía qué hacer para ayudarla
Mi madre luego de oír lo que le conté sobre mi padre, se levantó de una manera totalmente débil del suelo y me dijo: “Cuándo tengas la oportunidad de huir de esta casa, aprovéchala, no te preocupes por mi y tú hermano, vamos a estar bien.” Cada palabra se deslizaba sobre un aire cálido, que se adueñaba de la situación.
En ese instante aproveché para huir, corrí hasta llegar a un bosque, este estaba totalmente verde de arboles y hierbas crecidas hasta mi cintura, decidí suspender mi huida, cuando me tope con un árbol muy diferente a los que ya había visto, una vez sentado entre las hierbas crecidas, se hicieron presentes, recuerdos de mi madre, que con una simple sonrisa llenaba de alegría y calidez mi vida. Quisiera saber, si mi hermanito se encuentra bien, yo le prometí que lo cuidaría, pero ya he roto esa promesa, pero sé que rompí la promesa porque fue mi madre quién me dijo que huyera.
Junto a este árbol me siento a salvo, me es un tanto familiar, desde que me he topado con él, he logrado ver una luz, que mientras corría se disipaba lentamente, intentaré acercarme a esa luz, dejaré los miedos atrás, cumpliré lo que prometí, esa luz blanca intensa encandila mi vista, casi no puedo abrir los ojos, he ingresado a un mundo muy diferente, aquí, hay personas con alas y con una vestimenta peculiar, pero casi extraña, estas me llaman con sus manos, quizás sean las personas que me ayudarán a auxiliar a mi madre y a mi hermano. “Los quiero tanto” Espérenme ya iré con ustedes.

Tema: Re: “Un Ángel Perdido” Jue Dic 27, 2012 12:49 am

Un relato emotivo, doloroso y comprometido.
En general, buena puntuación y ortografía. Tal vez fijate si podés encontrar cuando relates algún otro camino, alguna imagen, algún recurso para "Pero el caso","diría","por así llamarlo" (que distraen de lo fundamental de lo que desea expresar el autor.
Cuando repites el hecho de la promesa en: "pero ya he roto esa promesa, pero sé que rompí la promesa porque fue mi madre quién me dijo que huyera." acudiría a sinónimos u otro recurso para evitar la reiteración.
Pero siempre, tomalo como una observacion subjetiva y sólo como ello.
Gracias por compartir.

Tema: Re: “Un Ángel Perdido” Jue Dic 27, 2012 12:55 am

¡¡Muchas gracias!! su comentario me es de gran ayuda para mejorar mis relatos. hasta luego Smile

Tema: Re: “Un Ángel Perdido” Vie Dic 28, 2012 2:53 pm

UN LINDO CUENTO,SENCILLO PERO QUE ES EMOTIVO.
ME CUESTA VER LA FORMA COMPACTA EN QUE LO SUBISTE,PERO ESO ES POR EL WORD SUPONGO.

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El amistad mejora la felicidad y disminuye la tristeza, porque a través del amistad, se duplican las alegrías y se dividen los problemas.

Mateo

Tema: Re: “Un Ángel Perdido” Vie Dic 28, 2012 7:43 pm

Si, se ve de esa manera porque copie el texto del word. Gracias por tu comentario Smile

"La locura no es mala en ciertas personas, solo es un sinónimo de alegría, en el diccionario de mi propia existencia"

Invitado

Buen relato Cecy. Con la salvedad de los detalles en el texto que ya señaló Silvina, es un relato crudo y muy conmovedor. Buena lectura. Saludos,
José

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