CORTE DE CORRIENTE

CORTE DE CORRIENTE



Llegué a casa pasada la media noche.
La alegría que sentí al ver todo oscuro la traduje en improperios imposibles de repetir, igual guiado por la pobre luz de emergencia logré subir los siete pisos.
Al acercarme a la puerta me pareció escuchar voces, la radio no podía ser y mi mujer estaba a mil kilómetros.
La mano del bolsillo que buscaba las llaves quedó aferrada al llavero y yo estático a escaso medio metro de la puerta.
De pronto las voces callaron y el profundo suspiro le ordenó al corazón que afloje con los latidos.
Un poco más tranquilo le susurré al que había escalado los pisos conmigo –vas a tener que ver un médico, lo único que te falta es ver visiones-
Despojado ya del terror me dispuse a entrar, al tiempo que los astros de la corriente eléctrica descalificaban a las sombras.
Me sorprendí al ver esparcidas un montón de cosas que permanecían guardadas en el estante más alto del armario.
Después de servirme un whisky me integré a la reunión. Los recuerdos pacientemente habían esperado por mí.

Reche

Excelente, un final inesperado que le da un toque romantico al relato.
Muy bueno,felicitaciones.

Marioes ¡Qué suerte tenerte nuevamente por aquí!
Espero que el regreso sea para quedarte y me alegra que te haya gustado.
Un gran abrazo.

Muy bueno, Reche. Y, como apunta Mario, un final totalmente inesperado, que, para mi, lo hace aún más lindo. Saludos,
José

Se abradece José, se agradece.
Un abrazo

Estamos corriendo sin sentido,
y cuando hay una interrupción,
nos reencontramos con nosotros mismos.
Esto enseña, de la mejor manera,
este texto.

Inexorablemente Federico.
Agradezco tu paso.

TA BUENO,TIENE ALGO DE FANTASTICO Y MISTERIOSO,Y MUCHO DE ROMANTICO.
ME GUSTO

FANTÁSTICO!!!!!!

No se me ocurre otro comentario

Mateo, cuanto hacía que no venías, agradezco mucho tu parecer.
Un abrazo

Gracias Cochito, Que bueno te haya gustado.
Un abrazo.