UN TIPO COMÚN

UN TIPO COMÚN

Yo era un tipo común… como tantos que te cruzas en la calle y le dedicas apenas una mirada para no llevártelo por delante.
Mi vida pasaba sin mayores sobresaltos, los días eran como los del resto de la gente en esta ciudad.
Mantener mi casa, un trabajo que me permitiera el sustento diario y algún deseo de mejorar mi apariencia física… ¿supongo, por aquello del paso de los años, que te van mellando la autoestima?.

Ser viejo es lo peor en esta sociedad, donde la juventud y la belleza física están al tope de lo importante. Y fue allí donde empezó todo, cuando… llevado por este infame pensamiento, mi existencia se convirtió en un delirio, una pesadilla de la que no he podido salir.

Comencé a ir a un gimnasio, y una dieta baja en calorías alimenté la esperanza que con esfuerzo y constancia llegaría a satisfacer mi deseo de verme bien, sin embargo, cada vez que me reflejaba en el espejo, si bien podía ver las mejoras, estas no eran suficientes.
Los rollos en la cintura no mejoraban, el culo seguía caído, las pantorrillas parecían las de un tero y la panza, aunque menos voluminosa, seguía cayendo grotesca sobre el cinturón, y para colmo, las marcas en el rostro que dejaron la viruela, ya no las soportaba.

Fue entonces que tomé la decisión de mi vida. Decidí que esto lo arreglaría la cirugía estética. Ella haría de mí un hombre nuevo, joven y apuesto… lo que se dice un adonis.

Tuve que pasar por varias intervenciones. Parte de las nalgas pasaron a la cara para sacar las marcas de viruela, la piel de la cara la pasaron al culo al que levantaron como el de una hormiga, de esas negras y culonas que andan por las terrazas de las casas, los pectorales también los levantaron y los pezones me quedaron a la altura de la clavícula, y los rollos de la cintura los tengo ocultos entre los pelos de las axilas lo que me provoca andar con los brazos en jarra, las pantorrillas se engrosaron porque le pusieron parte de la panza y ahora se me llenan de gases y cuando logro despedirlos… se me salen los mocasines.
Pero eso no es lo peor… lo peor es que cada vez que estoy cansado apoyo la cara en una silla y quedo con el culo de hormiga culona mirando el cielo.

Que lindo divague Cochito, juro que por suerte pude reír porque esta rodilla quirofaneada me tiene con un humor del carajo.
Gracias amigo.

Jajajajaja...! Pero quien operó a este tipo común? El Dr. Frankenstain...? Un texto realmente divertido que me hizo reir de lo lindo por sus locas ocurrencias. Me mató lo de los mocasines..., jajaja. Un abrazo,
José

JAJAJA BUENISIMO TIO,OCURRENTE, Y QUE ME DEJO SIN COMENTARIO SOLO ME DIVERTI LEYENDO.

Qué franqueza... que no es imprudencia, entretenido ademas...Muy bueno.

Saludos

Alexán(dos)

Me reí, sí, Y pensé en Fort, que con todo el dinero que tiene queda así (los demás que ni lo intenten). Debe ser la edad, porque estaba por escribir algo parecido sobre una plaza en un bañado como parte de un proyecto que nunca se terminó (te lo digo para obligarme a escribirlo).

Gracias a todos por pasar y comentar, y por supuesto estoy feliz de que mi relato haya sido de su agrado. Claro esta que hay cierta parte de fantasía en el escrito.
Mi culo sigue caído, los rollos están en la ya desaparecida cintura, los pectorales se acercan al ombligo y todavía despido lo que tengo que despedir por el inevitable caído culo victima de la implacable gravedad.