ADIOS MI AMOR.
SUMARI:
Ashley se encuentra en la fiesta de fin de año, pero ella no está de ánimos para celebrar su mente esta rememorando los últimos momentos junto a la persona amada.
Poco a poco me desprendo del bullicio, tengo mucha nostalgia al ver a todos nuestros amigos riendo y bebiendo como hace tantos años lo hicimos juntos, se me hace increíble que este año tú no estás, siento como una lagrima corre por mis mejillas desearía que fuera la lluvia de lugar de este sabor salino, cierro la puerta corrediza y me sostengo de la barandilla de madera, y me dispongo a observar a mi alrededor, todo parece igual, el pequeño lago cristalizado por el frio, los hermosos pinos verdes alzados en su majestuosidad solamente uno esta bellamente decorado, y no es el que se encuentra adentro de la cabaña, no… es ese pino, ese que es sumamente especial para los dos en ese donde tantas veces en verano descansamos en donde en medio del árbol hay un corazón grabado y dentro del mismo están nuestras iníciales, en ese mismo en donde hace ya casi 05 años que me pediste matrimonio, en ese mismo árbol, donde me diste mi primer beso, son tantos recuerdos…tantos momento compartidos.
Aun recuerdo todo lo vivido, pero lo que más me quema por dentro es lo que te dije ese día… ese maldito día donde te fuiste de mi lado para no volver jamás, ese palabra que me quema por dentro, aun no puedo creer que mientras todos celebran el inicio de un nuevo año, para ti ya no hay nada, veo el alba y te siento.
Ese día en que todo lo que yo creía se vino abajo, si bien nuestro matrimonio no fue perfecto, superamos muchas pruebas pero esta última no fui lo suficientemente capaz de llevarla.
El día en que todo comenzó aun se me hace increíble, como todo se vino abajo lo que parecía un día perfecto recuerdo aun el aroma de las flores mezclado al aroma de tierra mojada a causa de la lluvia que hacía unos instantes había parado, la humeante taza de chocolate que ese día me diste, sabias exactamente cada uno de mis gustos, ese día comenzaba maravilloso y cada instante mejoraba, estaba feliz ya que había recibido la mejor noticia de mi vida y la cual demostraba que en verdad valoraban mi trabajo me acaban de ascender a la dirección de edición, si te dijera que estaba contenta era poco, la verdad es que me encontraba no… no encuentro las palabras así que decidí salir temprano, quería verte, compartir contigo mi alegría pero jamás me imagine que algo la pudiera opacar algo tan pequeño, como me odio ahora…si tan solo…si tan solo…
Se me hace tan irreal todo, ese día llegue como siempre deje las llaves en la mesita estaba contenta así que decidí preparar algo delicioso para cenar, quería estar contigo compartir mi dicha como siempre lo hacíamos estábamos pasando por un momento difícil, pero era el momento justo de sanar y eso era lo que precisamente deseaba quería decirte que todo tenia solución, si había perdido a mi bebe el fruto de nuestro amor y también…. También tu infidelidad aunque en realidad no llegaron a mucho bueno al menos esos creía yo… en fin sabia que lo superaríamos necesitaríamos tiempo, pero estaba completamente segura que saldríamos adelante juntos, pero como siempre nos topamos con la montaña en el camino, estaba tan contenta y feliz, cuando sonó el teléfono, deje que la contestadora hiciera lo suyo, pero como si de una maldición fuera se escucho la chillona voz de esa… mujer.
-Hola muy buen día estas hablando a la casa de la familia Anderson por el momento no nos encontramos deja tu mensaje y tu numero y nosotros te marcamos que tengas un excelente día.-se escuchó mi voz en la contestadora.
- Hola querida…Soc.… si ya sé que estas ahí querida…sabes solamente quería decirte que disfrutes de tu dicha que ya no será mucha… Adiós…ah por cierto me saludas a Albert dile que lo extraño… sabes no hay mejor amante que él.- añadió con burla.
Yo sentí que todo me daba vueltas, al mismo tiempo que sentía que mi sangre se agolpaba en mi cabeza, sentía rabia, tenia tanto coraje que lo único que pude hacer para desquitarme lo único que encontré tire todo lo que había preparado, avente las cazuelas al suelo no me importo que unas ya estaban calientes, avente todo, tenia tanto coraje mis lagrimas caían una tras otra, me sentía tan abrumada muchos recuerdos llegaron a mi mente, tantas cosas que no pude controlar cosas que no supe cómo manejarlas mi bebe… se me vino a la mente mi bebe, inconscientemente me toque el estomago en el cual no había nada, te odie, te maldije todo en ese instante… también la odie a ella, me sentí tan poca cosa igual que una basura ya había pasado casi un año y aun no podía superar nada y luego esa… ¡Dios estaba tan frustrada!, ella no quería salir de nuestras vidas.
Después de descargar mi coraje decidí encerrarme en nuestra habitación llore como hacia tanto no lo hacía me sentía tan…no tardaste mucho en llegar escuche cuando ponías las llaves en la mesita de la entrada.
- Amor ya llegué-gritaste a lo cual no conteste solamente corrí a ponerle el seguro a la puerta no quería verte, no quería oírte, ni escucharte… si lo hacía no sabía de lo que era capaz de hacer. -¿Pero qué rayos paso aquí?-gritaste, me imagine que habías entrado a la cocina… después escuche tus pasos apresurados por la casa sabia que te dirigías a nuestra habitación, así que decidí tomar el puño de almohadas para taparme la cara no quería escucharte no deseaba saber de ti, en ese instante te desee lo peor, hoy me arrepiento de eso. No tardaste mucho en querer ingresar y al ver la puerta cerrada empezaste a gritar.
- Ashley por favor amor, ábreme-rogaste con una voz suave. Yo no conteste
- Ash por Dios amor ¿qué te sucede?... ¡ábreme!…-gritabas desesperado
- Ashley ¿qué te pasa dime?… ábreme- de nuevo de mi boca no salió nada- ¿qué te pasa? dime…-gritabas mientras golpeabas la puerta, yo solamente sentía el coraje recorrer mis venas, en mi mente solamente estaba la ilusión rota de mi bebe- Me abres o tiro la maldita puerta-añadiste ya desesperado. Yo no deseaba verte.
- ¡Lárgate!-fue lo único que grite- me enferma escucharte
- Ashley, ¿qué diantres te está pasando?-volviste a preguntar, pero igual que las otras ocasiones no te contestaba, ahogaba mi llanto entre la almohada… esa que conservaba tu aroma.
- Bien si no quieres decirme… pero sabes no estaré aquí para soportar tus niñadas- me gritaste fuertemente. Sentí mi sangre hervir, el coraje, la decepción, el dolor y la tristeza me estaban volviendo loca, no podía pensar, no quería pensar…. Solamente deseaba por un solo instante estar en blanco, pero era tantas cosas.
- Si, anda vete… -grité presa del coraje.
- Eso es lo que quieres… ¡eso are!-gritaste desde la puerta
- Si…claro… te largas y me dejas aquí sola…- ni yo misma me entendía, ¿Cómo me ibas a entender tú? Tenía miedo y celos… celos de que te fueras a los brazos de ella.
- ¿Qué diablos te pasa?-gritaste enfurecido ingresando a la habitación
- ¡Te dije que te largaras!-te grite mientras te aventaba una almohada
- ¿Qué te sucede?, amor-rogaste de nueva cuenta intentando acercarte y yo empecé aventarte cosas. Te quería cerca pero al mismo tiempo te deseaba lejos.
- ¡Vaya si eres hipócrita!-te grite fuertemente
- Ash…Ashley amor por favor dime ¿qué te sucede?…- me rogaste, en tu mirada se veía la preocupación, pero no me importaba, me sentía a morir. Veía en tu mirada el dolor, no soportaba verte y menos verte sufriendo pero una parte de mi deseaba que sufrieras que sintieras en carne viva lo que yo estaba sintiendo.
- No sabes que me sucede-grité ya fuera de mi
- Sabría si me lo dijeras-volviste a decir conciliador acercándote más a mí.
- No me toques-te rechace en el acto
- Ashley…-dijiste sorprendido
- En verdad ¿Quieres saber?- te pregunte con tono burlón, llena de coraje.
- Claro amor- Me contestaste triste en la forma que te lo pregunte
- ¿Porque no se lo preguntas a tu amante?- en tu rostro se veía claramente que no entendías de que hablaba, vi la confusión en ti, en un instante quise creerte pero mi orgullo herido pudo más,- por que acaso crees que no se que aun te vez con ella- Te conteste con forma despectiva, con desprecio y asco… asco era lo que sentía en ese instante.
- ¿Queee?... ¿de dónde sacas eso?-contestaste muy molesto.
- ¡Es verdad!... eres un…- te dije mientras te daba una cachetada, nunca en todo el tiempo que teníamos juntos, nunca antes habíamos llegado a ese extremo siempre me sabia controlar, pero ahora estaba fuera de mi.
- Ashley mi amor-Te acercaste, de nueva cuenta en tu mejilla estaba marcada mi mano.
- No me digas amor- te grité molesta.
- Ashley por dios escúchame-volviste a rogar mientras me tomabas de mi brazo derecho
- No me interesa saber nada de ti-te grité, mientras me zafaba de tu agarre
- Ashley por favor amor, se bien que cometí un error y pensé que ya lo estábamos superando, ella no significo nada en mi vida… Dios ¿cómo te hago entender que la única mujer en mi vida eres tú?…- me decías en un tono suave, casi entre cortado por las lagrimas que empezaban a salir de tus hermosos ojos azules… esos que me transmitían tanta paz y ahora veía desesperación.
- Mentiroso
- No es mentira amor… Ash...-añadiste mas como una súplica, mientras me tomabas entre tus brazos, esos brazos que ya jamás me volverán abrazar.- Mi amor tu… escúchame-añadiste mientras con una mano sujetabas fuertemente mi cintura y con la otra levantabas mi barbilla-Escúchame amor, se bien que fui un tonto, pero te amo, y eres lo único que me importa en esta vida, lo único lo escuchas… sin ti…-una lagrima traicionera corrió por tu mejilla me sentí tan miserable en ese instante-sin ti no vale la pena vivir… - tomaste un poco de aire, - dime amor ¿qué tengo que hacer para que me creas?, dímelo, en serio lo que sea lo hare pero… por favor amor nunca…- tus piernas flaquearon al mismo tiempo que tu amarre, sin soltarme caíste de rodillas y seguías sujetando mi cintura- Soy un tonto, soy el peor de los hombres de este mundo… pero a un así te amo, y sin ti no vale la pena vivir.. amor perdóname… lamento a verte hecho pasar por todo esto… pero eso no implica que no te ame… no sabes cuantas veces me he odiado a mi mismo… se bien que no te merezco pero aun así estas conmigo… no me dejes por favor… Ashley amor… esa mujer nunca significo ni un poquito de lo que tú eres para mi… se bien que te falle pero por favor perdóname… Ash yo… - tu cuerpo empezó a temblar, a causa del llanto que contenías, no tuve corazón así que me hinque y te bese, te bese como nunca antes y tu… en un principio no sabías que hacer, yo jamás había tomado la iniciativa y lo sé, y ahora estaba ahí como si con ese beso quisiera marcar lo que era mío.
- Te amo Albert, perdóname si…-añadí desesperada, me sentía fatal
- Ashley mi amor perdóname tu a mí.- Me rogaste con tus ojos llenos de lagrimas, sentí que mi corazón se comprimía, te acaricie la mejilla que aun mostraba mi mano marcada.
Tres semanas pasaron de las cuales fueron maravillosas desde ese día ya no habíamos vuelto a discutir todo parecía volver al lugar indicado, poco a poco, ese día el clima era fabuloso ya que había amanecido templado uno de los muy pocos que aquí hay, no había mejor manera de despertar si no era con tus besos sobre mi cara y mi cuello.
- Buenos días dormilona- me dijiste mientras abría mis ojos para perderme en el azul te tu mirada, de esa que he estado aun enamorada.
- Buenos días señor Anderson- añadí coquetamente-aun esta aquí, si llega mi marido se va a molestar- conteste juguetonamente.
- Así… mmm- jugaste mientras volvías a besarme en mi cuello, me sentía temblar.- pues creo que me arriesgare- contestaste sin despegar tus labios de mi piel.
Pero no todo es perfecto, quince minutos después el despertador empezó a sonar, y con un esfuerzo sobrehumano logre separarte.
- Albert amor, se me hace tarde-intente zafarme de tus brazos
- No… deja que suene-contestaste
- No, amor hoy tengo una junta que no puedo cancelar.- te dije rogando, tú me dirigiste una mirada que me dio risa, parecías un niño caprichoso.
- Está bien-dijiste levantándote al fin-pero con una condición
- Cual-conteste
- Esta-contestaste mientras me levantabas y me llevabas al baño
- Albert-grite exaltada, - ¡bájame!
- Nop,-contestaste juguetonamente- usted se va a bañar conmigo.
- Pero…
- Pero nada- me detuviste mi protestas, mientras me desvestías,
- ¡Albert! Esta helada- te reclame ya que en verdad estaba fría. Y tú solamente te burlabas
- Sabes es un método para que este calientita- contestaste aun con burla
- Asi-añadi yo también mientras te acercaba al agua y vi como te estremecías al contacto-
- Eso es trampa-protestaste
- Y… lo que tú haces no lo es- dije con fingida inocencia
- No
- No-dije levantando una ceja
- No… es solamente el pago por lo que me hiciste hace unos instantes- ahí comprendí lo que decía al acercarme más a su cuerpo, no pude evitar que se me subieran los colores al rostro, y si fuera poco todavía te burlaste de mi.
- Eres…- no pude terminar por qué me callaste con un beso. En ese instante me sentía feliz, plena, no pensaba que nada podría opacar nuestra felicidad. Claro no contaba que a nuestro al redor aun existía los celos y el odio. Que nuestra felicidad sería muy poca y que en ese instante el reloj estaba en cuenta regresiva.
Ese día te ofreciste a llevarme al trabajo, estaba muy emocionada y feliz ya que hacía mucho tiempo que no lo hacíamos, durante todo el camino estuvimos haciéndonos algunos mimos, no estaba al pendiente de lo que pasaba a nuestro alrededor solamente estaba feliz por que estabas a mi lado. Lo demás en ese momento no me importaba, me sentía plena completamente.
Al llegar note que a unos metros atrás se estacionaba un porche color guinda pero no le di importancia, ya que tú estabas a mi lado, hoy cuanto me arrepiento.
La reunión transcurrió sin contratiempos, y la negociación fue un total éxito, así que me encontraba feliz y decidí darte una sorpresa, tenía la extrema necesidad de verte de estar contigo ese día, lo que parecía maravilloso y lleno de color cabio totalmente a la obscuridad.
Habia decidido de pasar por ti a la oficina, para irnos a comer como dos locos adolecentes, hacia tanto que no iba, asi que seria bueno sorprenderte de vez en cuando, al llegar tu secreteria me comento que estabas ocupado la note tensa, pero no le di importancia supuse que tenia un monton de trabajo o quizás algo que le habías pedido de improviso, asi que le dedique una sonrisa y me dispuse a esperar, ella insistía en que si gustaba un café o un té, a lo cual me negué, pero era mucha su insistencia, que decidi aceptar; estaba apunto de ingresar a la salita de té, cuando escuche que la puerta de tu despacho se abria y lo que vi me dejo pasmada, todo se vino abajo nuevamente.
Ahí estabas tú como siempre tan atractivo y enfrente tuya se encontraba ella y te tomo de la camisa y te beso, en ese instante en mi cabeza se vinieron miles de recuerdos, recuerdos que deseaba olvidar, los cuales tomaban mucha fuerza. No supe cuanto tiempo estuve observándote, pero fue el necesario para que voltearas a verme y en ese instante ya no pensé más y sali corriendo a toda prisa no me importaba absolutamente nada, lo único que deseaba era poder huir, mientras que por mis mejillas rodaban las lagrimas, que hace unos instantes controlaba.
Corría con todas mis fuerzas sin fajarme atrás, te escuchaba gritarme, pero no importaba, golpeaba a varias personas a mi paso, y no me detenía en pedir disculpas a lo lejos te escuchaba pedir perdón, pero yo seguía corriendo y sin darme cuente me tropecé y caí de bruces contra el suelo, tarde un poco en recuperarme y eso te dio ventaja de alcanzarme.
- Por favor Ashley…escúchame…no es lo que tú crees.- pero yo no detenía mi paso, seguía corriendo aunque gracias a la caída ya no lo hacía con la misma velocidad-déjame explicarte.
- Te odio,- te grite, pero alcance a detener mi paso por que el dolor en el tobillo era demasiado dándote oportunidad de alcanzarme y tomarme del brazo para que te viera.
- As..- hablabas agitadamente por la carrera
- ¡Suéltame!- te grite, ya que me sujetabas del brazo
- No
- ¡Que me sueltes!-volví a gritar y no me importaba que la gente murmuraba a nuestro alrededor por el triste espectáculo que estábamos dando, lo único que deseaba era que me soltaras.
- No hasta que me escuches
- Te odio, ojala que estuvieras muerto-al momento que salieron esas palabras de mi boca me arrepentí, pero no deseaba escucharte, y vi en tus ojos que estabas triste y herido pero no me importaba y gracias a eso me pude zafar y..todo paso tan rápido.
En cuanto me solté corrí menos de una cuadra, para toparme con un cruce, estaba tan molesta y ofuscada que no me fije que el semáforo estaba en verde y que venía el porche color guinda (el mismo de la mañana), a toda velocidad de repente escuche que gritaste desesperado mi nombre y sentí que me aventabas con mucha fuerza, cuando reaccione de lo sucedido te vi tirado en el suelo y debajo de ti un chorro de agua color escarlata, en ese instante me sentí mareada y corrí hacia ti.
- Amor, estas bien
- Te amo Ashley
- Albert yo también te amo
- Quiero…
- No hables por favor- te dije desesperada, - Una Ambulancia!-grite con todas mis fuerzas
- Ella…ella me beso a mí… fue…
- No hables más-decía entre lagrimas-Tienes que guardar fuerzas
- Perdóname-fue lo último que me dijiste mientras que con una de tus manos secabas mis lágrimas después tu mano cayo.
- ALBERT. NO-grite –Por favor amor, no me dejes-grite desesperada abraza a tu cuerpo.
Detuvieron al conductor del auto, según las investigaciones no fue un accidente si no un homicidio, ese hombre deseaba matarme ya que ella se lo había pedido, tenia semanas siguiéndome y yo sin darme cuenta, si ese dia no me hubieras salvado yo estaría muerta y tú con vida mi amor, si ese día tan solo te hubiese haber escuchado, y no me hubiese haber cegado por los celos y el orgullo, hoy estuviéramos juntos mi amor.
Sabes hoy se cumplen 05 meses desde tu muerte y como si la vida fuese cruel amor, hoy también cumplo 5 meses de embarazo.
- Ashley, ¿Qué tienes?- me pregunta Víctor
- Nada-comento secándome las lagrimas
- Otra vez llorando-me regaña como sabe hacerlo, desde tu muerte, él y Liliana no me han dejado ni un instante sola es por eso que hoy estoy aquí no por ganas de celebrar, ¿Por qué cómo puedo celebrar?, si no estás tú.
- No lo puedo evitar, lo extraño tanto Vic
- Nosotros también amiga, pero tú crees que a él le gustaría verte triste
- Ash, Vic tiene razón, además no le hace nada bien a tu bebe, que estés llorando todo el día.- Comento Lili, mientras me pasaba uno de sus brazos sobre mi hombro para darme ánimos
- Sabes que este lugar me trae muchos recuerdos-comente
- Claro, también a nosotros, cada verano veníamos con Albert, sabes cuando era más chico una vez se cayó de ese pino-comento señalando justamente el árbol que contenía nuestras iníciales
- Si y también aquí era donde traíamos a todas nuestras novias
- A cuantas exactamente antes que a mi trajiste-comento Liliana
- Ah…eh…este…no yo no
- Víctor Guzmán Flores me dices todo exactamente- Si como siempre Víctor hablaba de más, no pude evitar reprimir una risa.
- No te quedes mucho tiempo amiga que te vas a resfriar-me comento Lilia- y Tu Víctor ven acá y explícame eso-escuche a mi amiga gritar corriendo detrás de su prometido.
Me quede un rato más sintiendo el fresco, decidí entrar no sin antes decir Te amo.¨
Fin.