He perdido grandes momentos con el amor, me he perdido de ellos los he matado no llevando rosas ni regalando flores, olvidando cumpleaños y sin festejar aniversarios, he pateado a los ositos de peluche que tanto hace feliz a las mujeres en los días especiales.
No he hecho el amor solo he tenido sexo (a decir verdad solo una vez me he enamorado)
No llevo a nadie con mis amigos, a ninguna pareja aun cuando todos estén con la suya, odio las bodas y prefiero no ir a llegar solo o fingir que estoy con alguien que he invitado solamente para no ir sin compañía.
No me desvelo esperando una llamada prefiero apagar mi teléfono para que no molesten, ha sido todo tan triste, a nadie he llamado “amor” ni les he llamado con esos sobrenombres resultado del boqueo mental que causa el enamoramiento
No he presentado a nadie como pareja, a nadie como mi compañera, a nadie como el pensamiento constante en mi mente.
De las mujeres con las que he estado no tengo fotos escondidas para que la pareja en turno no las veas, y las que tengo no están envueltas en marcos de corazones y grecas cursis. Ni siquiera he roto una de esas fotos por odio ni coraje.
¡Y todo ha sido tan triste!
Cuando preguntan: Elías ¿de verdad no te sientes solo? ¿No te gustaría formar un hogar?
Respondo: Claro, pero ¿a qué costo?
Sin embargo pienso: no tengo que soportar peleas ni gritos exagerados, no he tenido que romper la esperanza de nadie cuando le has dicho “estaré contigo para siempre” o “te amo” o “amor”. Mi conciencia está limpia de infidelidades, mentiras, calumnias. Cuando hay entregas de carne y sexo solo es lujuria y ellas lo saben. Cuando digo que no la amo ha es la simple verdad. No odio a nadie ni nadie me guarda rencor. Mi cama tiene nombres grabados en sudor en las almohadas pero ninguno en la cabecera ni en las memorias de su ser.
Todo ha sido tan triste. Ahora he tenido la oportunidad de enamórame, y ahora que llego la mantuve un año en los estribos de la duda y la excepción, tome mi corazón y su amor y poco a poco los fui asfixiando en mis almohadas y en sus recuerdos, tome el amor que ella me tenia y el enamoramiento que yo sentía y lo arrastre por los pasillos de la pasión, que nunca fueron abiertos por qué me atreví a no besarla y ni siquiera tocarla.
Sentí que ella me quería y era posible que con el tiempo me amara, y viceversa. Así que otra vez tome al amor con todo el dolor de mi alma, lo patee y lo tire por la borda.
Estamos a mano amor, no me engañaras con todos esos halagos, otra vez estamos a mano