Mientras que el hemisferio norte, se prepara para recibir la entrada del señor Otoño, aquí por el hemisferio sur, nos preparamos en este noveno mes del año, para recibir a “Su Majestad”, la Reina Primavera.
Es bueno que recordemos, que la primavera es entregada a la tierra por el invierno, que real y simbólicamente, es sinónimo de oscuridad, encierro y frío…(aunque a mí, personalmente, me agrade)
Los primeros calores que produce la traslación del planeta, hace que las bajas temperaturas comiencen a mermar y todos salimos en busca de la tibieza del sol y a disfrutar del ambiente que se viste de verdes retoños, colores y aromas… Es algo así como que nos provoca una sensación de libertad y bienestar.
Pero más allá de eso, la primavera siempre ha estado ligada a lo sagrado y protegida por la divinidad, para que al hombre no le falte el sustento.
En las culturas indígenas de América, la llegada del nuevo ciclo climático que hoy conocemos como primavera era celebrado durante días. El reverdecer de la tierra señalaba la llegada de las cosechas y con ellas el sustento de toda la sociedad.
Por otro lado, para algunos pueblos eslavos y escandinavos, por ejemplo, los templos consagrados a sus dioses eran bosques, lagos y árboles sagrados, pero todos celebraban festivales que podían durar semanas porque para todos los pueblos, la primavera siempre era algo festivo.
El despertar a la vida es también el despertar a la pasión y la creatividad que ella conlleva ya que, como iniciadora de nuevos ciclos, la primavera está asociada también a la diosa Afrodita, la deidad del amor.
Muchísimos artistas han dejado sus “ofrendas” o “tributos” a la primavera. Recordemos:
• Vivaldi bautizó ”Primavera” al primer movimiento de “Las cuatro estaciones” a una de sus más excelsas obras.
• Sandro Boticcelli la retrató magistralmente en los albores del Renacimiento.
• Homero hizo emerger de la mitología griega a Perséfone, la causante del reverdecer la tierra y,
• el cristianismo logró imponer la primavera como la estación de la resurrección de Cristo, más allá de que en medio mundo celebre las Pascuas durante el otoño.
Más allá aún de los clásicos citados, encontramos en las poesías de Gabriela Mistral “Doña primavera”, Antonio Machado “La primavera besaba” y , mi preferido Gustavo Adolfo Bécquer “Volverán las oscuras golondrinas” y pienso al mismo tiempo, cuán difícil sería imaginar, que un poeta no le haya dedicado un solo verso a la primavera ..!
Así es amigos. Queramos o no, el alma se sincroniza con el acercamiento del Sol a la Tierra y, junto con el cambio que experimenta la propia Naturaleza, nos sentimos renacer también porque somos parte de ella!!
Así qué, pongámonos de pie y aplaudamos la llegada de nuestra Reina:
BIENVENIDA PRIMAVERA!!!