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 La muerte del erotismo

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Ernesto Macías
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León Dragón
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MensajeTema: La muerte del erotismo   La muerte del erotismo Icon_minitimeJue Abr 28, 2011 12:23 am



Después de tantos años de teorizar el erotismo se ha llegado a una respuesta poco menos que deprimente, el erotismo ha muerto. Pero ha sido una muerte extraña y digna de toda una estrella pop. El erotismo no murió por abandono como Dios, ni murió asesinado por la mercadotecnia y el consumo como el arte. No, el erotismo murió como todos los grandes músicos y actores del siglo XX, murió de una sobredosis. Desde que la sociedad comenzó a querer liberarse de los dogmas modernos y las estructuras y métodos estéticos, utilizó como arma principal la explotación del erotismo como forma de individualización. Al querer romper con imposiciones morales se ataca la moral desde el punto más placentero y fácil de todos, la sexualidad, pero he aquí el error que llevo al erotismo a su trágico desenlace, suponer que sexualidad y erotismo son lo mismo. Erotismo, no convencionalmente, lo usamos para referirnos a expresiones de actos amorosos pasionales, es decir, actos de romance denso, profundo, en el que se pierde el respeto por el otro mientras se gana intimidad, actos de deseo no necesariamente sexual, sino de un deseo de posesión, de consumación de la cercanía con el otro. Tristemente el erotismo ya no es visto de está forma. Ahora erotismo es toda cosa que tenga que ver con el sexo vil y mecánico, se dice de una escena sexual que es erótica sólo porque aparece una mujer usando medias de seda con liguero de encaje. Está idea de que el erotismo es referente a lo sexual en sentido llano es lo que lo llevo a ese fatídico matrimonio con la sexualidad biológica que fue el primer paso a su perdición.

Conforme pasaron los años el erotismo seguía drogándose cada vez más con la sexualidad desenfrenada de la época contemporánea, había erotismo en todo: en cine, en televisión, en la música, en la literatura, en las noticias, en las figuras públicas y hasta en la caja del cereal. Pronto el erotismo se convirtió en el malo del cuento y se le culpaba de todo. Si los jóvenes tenían relaciones sexuales antes de tal edad, culpa del erotismo en la televisión; si los índices de enfermedades venéreas aumentaban, culpa del erotismo en la mercadotecnia. Gradualmente la sociedad comenzó a ver al erotismo como causa de los males y consecuencia de los mismos, y de ahí que todo antisocial buscara usar al erotismo como acto de rebeldía y de bandera antisocial, como si con la pura actitud pesimista y la moda ridícula no bastara. Por si fuera poco el erotismo se ve traicionado por quien le dio la vida: la literatura.

Hace unos años tuve la gracia y la desgracia de leer algunos trabajos de “poetisas” amateurs que se dedicaban exclusivamente a la poesía erótica. Al principio me parecían trabajos muy buenos, en aquel entonces no sabía nada sobre poesía erótica — y aún no sé mucho— todo lo que leía era novedoso y excelente. Con el tiempo empecé a pensar que había ciertos tópicos como “sexo” para referirse a los genitales y “jugos” para referirse a los fluidos seminales, no le di importancia, la metáfora siempre ha sido el fuerte de la poesía, empero, dichos tópicos además de ser recurrentes, eran burdos, mal usados, y en ciertas ocasiones hasta bulgares. Viendo esa situación me di a la tarea de leer más sobre poesía erótica con grandes maestros como Nicolás Fernández de Moratín, Henry Miller y El Marqués de Sade, entre otros, todos ellos con un estilo impecable al momento de narrar y un tacto genial para describir. Nada de lo que había leído hasta entonces se comparaba con lo que leía ahora. Quede completamente encantado con las escenas de sexo de El trópico de Cancer, en verdad me excitaba al leer.

Intentado ser justo me dije a mí mismo que no podía comparar el trabajo de Miller con el de las “poetisas” pues ellas no eran escritoras profesionales, eran sólo mujeres con necesidad de liberarse de los tapujos de la sociedad, de hacer lo más reales posibles fantasías de colegialas frustradas por sus malas decisiones en su juventud. Sin embargo vinieron a mí las palabras del único maestro de poesía y escritura que he tenido en la vida, “la poesía no es vomitiva, no se trata de vomitar emociones, sino de que ese vomito emocional se ve tan bien que la mayoría del mundo se lo coma” quizá no lo dijo así, pero fue algo parecido. Al intimar más con aquellas mujeres que se iniciaban en el erotismo me di cuenta de un par de cosas más: numero uno, todas eran o mujeres que pasaban de los treinta, solteras o casadas pero todas insatisfechas, o eran muchachas de entre quince y veinticinco años con deseos reprimidos o traumas sociales; y número dos, todas compartían un común denominador, todas compartían la misma visión sobre la poesía y la literatura, una visión posmoderna, creían que la poesía era expresar las emociones y sentimientos desde el corazón.

No me detendre a analizar lo que es o no la poesía, sólo usaba esta anécdota como ejemplo para ilustrar como los grandes traidores del erotismo han sido los que lo han querido usar como escape de su realidad mancillándolo hasta que lo convirtieron en algo tan burdo y bulgar que finalmente, una noche de verano al calor de pasiones alocadas y sin freno, a la luz de un faro parpadeante, en un tugurio de mala muerte con olor a alcohol, entre las piernas de una mujer frígida, el erotismo quedo muerto e inerte como un juguete sexual más sin baterías. La sobredosis que mato al erotismo no se la inyecto él mismo, nosotros se la inoculamos poco a poco usándolo hasta para ganar premios de ensayo.

Hoy sólo nos queda el hijo bastardo y mal nacido del erotismo con la sexualidad, un pequeño engendro deforme que es la supuesta mentalidad “liberal”, mujeres que habla sobre independencia sexual cuando nunca en su triste vida han tenido una experiencia sexual real, ni siquiera con la yema de los dedos. Hombres que se jactan de ser abiertos sexualmente pero que tienen el ano tan apretado que romperían nueces con él. Jovenes que creen que la libertdad sexual es fornicar sin preservativo y tener tres mujeres en la misma cama cuando no pueden ni con una. Niñas de trece y catorce años que sueñan con perder la virginidad sin sbaer siquiera qué es, dónde está y con qué se come.

El erotismo como forma de sublimación de los deseos es cosa del pasado, serán pocos los que aún conservan la idea de un acto erótico como algo lleno de emociones, que encanta los sentidos y los deja listos para todo tipo de experiencia.

El erotismo ha muerto, nosotros lo hemos matado, tú, ustedes, yo, todos le hemos matado...
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MensajeTema: Re: La muerte del erotismo   La muerte del erotismo Icon_minitimeDom Mayo 01, 2011 4:02 am

Respeto tu concepto descrito en este tema,
mas no debemos generalizar, sin duda hay
personas que no han matado al erotismo.

Un sentimiento sublime que jamás permitirá
que lo maten.

Un placer leerte, saludos para ti.
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