ElPlacer de Andar Desnudo ..., pero no en Chile.

Son muy escasas las personas que no gustan estar desnudas, por lo general uno se mete al baño, se ducha y, en el caso de los varones, se rasura con doble placer: estar desnudo total y pasar la maquinilla de afeitar suave por la barba remojada con el baño.
Recuerdo que estaba con la cara con bastante espuma de jabón, parecía Santa Claus y pasé la maquinilla una sola vez … sentí un leve mareo. En la salita escuchaba hablar a mi esposa con otras mujeres, pero callaron y … comenzó un movimiento telúrico que fue aumentando, tengo entendido que fue casi grado 7.
Los gritos histéricos de las damas que nos visitaban y que habían llegado después de encerrarme en el baño, más los crujidos de la casa, naturalmente me asustaron y abrí la puerta.
Me di cuenta que estaba totalmente desnudo, de un manotón tomé toda la ropa que pude y no me pregunten por qué no cogí una toalla, el susto no permite pensar. Salí a la salita, mientras me ponía el calzoncillo, dando saltitos porque perdía el equilibrio; por pudor tenía por delante la ropa que logré tomar.
Mi esposa trataba de calmar a la más histérica: “Ya está pasando, ya está pasando”.
Preocupado por el techo y las paredes, acerté a mirar a las mujeres; mi esposa aparentemente las había calmado. Comencé a sentir que las visitantes me miraban de reojo; bueno, pensé, estoy con espuma blanca en la cara …, pero no miraban mi rostro.
El temor a otro terremoto había hecho que con las prendas de vestir me tapara el pecho. Mi esposa volteó hacia mí, se puso roja. Recuerdo que gritó : “ ¡Ándate, descarado! ¿Cómo puedes salir así?”.
Comencé lentamente a comprender que estaba descalzo … que estaba vestido sólo con el calzoncillo y que el manojo de ropas lo tenía en las manos. Quise dar un paso para retirarme y ¡Zas, porrazo, fui a dar al duro piso!
¡¡¡¡HORROR, tenía los calzoncillos más abajo de las rodillas!!! Los subí como pude y raudo entré de nuevo al baño.
Después del bochornoso incidente, mi familia no ha cesado de burlarse.
Moraleja:
En Chile hay que ducharse con ropa, nunca sabes cuando viene un terremoto.

Jaime querido amigo lo tendré en cuenta cuando pase por Chile si se mueve el piso que me encuentre con traje de baño.
Divertida anécdota.
Un abrazo

Primero lograste hacerme reir, un cuento salido de esa imaginación tuya que es de oro, además porque mezclas el humor con lo cotidiano de manera bastante agradable.
Segundo porque cada que me voy a bañar siempre me asalta el temor de un evento de esa naturaleza. Espero que no me suceda a mi, y de más no está empezar a bañarme con ropa... jajaja...

Un abrazo Jaime, como siempre es un placer leerte.

Querido amigo, siempre salgo con el plus de una sonrisa así de amplia luego de leer tus relatos. Gracias por la chispa del humor (y sano). Sabés lo que me gusta más de los personajes/protagonistas de tus relatos? que se ríen de sí mismos y no de los demás (eso, es de buena gente)
Un abrazo fraterno de una lectora que aplaude tu ingenio y picardía.
Saludos.
Silvina.

Bueno amigo, por aquí los movimientos telúricos se están haciendo cada vez más frecuentes y fuertes, así que vamos a seguir al pie de la letra esta moraleja, que bueno, aunque sí es un placer eso de andar desnudo, calatito como decimos aqui en Chile, ja, pero antes las evidencias puestas en tu texto, uff, mejor no, o al menos con un shorcito, ¿no crees?...Buena anécdota amigo, me imagino las caras de todos, jaja, como siempre, muy entretenid Jaime.

Un abrazo,

Ignacio

jajaja ,muy buena anecdocta,y bueno amigo, es una lastima que aqui no haya terremotos, seria una buena excusa jaja.

No sé si tu relato es ficticio o es real Jaime, pero el caso es que me has hecho reír .
Moraleja es mejor reír que llorar, la risa es sana.
Gracias por compartir tu sentido de humor y un abrazo amigo, Josan