FIESTAS CATOLICAS DE ESPAÑA

Las hordas de católicos en Tordesillas
y en honor de nuestra Señora, la Virgen de la Peña,
intoxicadas de drogas y alcohol
persiguen al toro de la vega, a caballo y a pie,
armados de lanzas lo chuzan una y otra ves,
eso si cuidando de no matarlo... que buenos son,
y para diversión y honor a que es pueblo civilizado,
queda prohibido, segun ley del ayuntamiento,
persecución a motor.
El pobre miura agotado y aterrorizado,
es guiado a una sin salida en donde cae indefenso,
y allí es acuchillado por el primero en llegar,
que le corta aun vivo… vaya broma hombre,
al animal los testículos, enarbolándolos en una lanza y
de merecido premio por la hazaña es declarado héroe local.
En las fiestas de San Juan en Coria, Provincia de Cáceres,
el toro no se lancea, es acosado por horas
con dardos afilados lanzados por cerbatanas,
hasta que muere en espantoso tormento,
para diversión de la chusma católica enardecida y ebria.
En Midaneceli , Provincia de Soria, no lo chuzan ni lancean,
le amarran en los cuernos teas encendidas
que escurren fuego sobre la cara
y ojos del aterrorizado animal que corre despavorido,
hasta morir de cansancio, ah... y de dolor.
Todo esto y mucho más ocurre a lo largo y ancho de la Católica y Romana España,
en Almería y Málaga, con sus toros ensogados,
o las vacas enmaromadas ,de las provincias de Zamora y Cuenca,
o las becerradas del Burgo, provincia de Osma,
sacrificadas a la vista de la turba borracha
y todo en honor del santoral Católico de la España,
súbdita del Borbón,
cazador innoble de animales indefensos.

El 25 de febrero de 1833 fueron trasladados contra su voluntad a Francia cuatro orientales de la nación charrúa : Vaimacá Perú, Senaqué, Tacuabé, y Guyunusa. El interés científico, si es que existió, duró muy poco y rápidamente los charrúas fueron cedidos por Francois de Curel, el responsable de su traslado forzoso a un circo para su exhibición. Es así que fueron tratados como si fueran animales, obligados a comer carne cruda y vivir en forma indigna, sometidos por la fuerza. Estos compatriotas, integrantes de un pueblo con activa participación en las guerras de la independencia, dentro del Ejército Artiguista y la Cruzada Libertadora, y para quienes la vida era concebida sólo en libertad y en su tierra, en la inmensa llanura o en la espesura del monte criollo, no tuvieron muchas alternativas para defender su dignidad. Abandonados a su suerte, sin nadie que se interesara por ellos, estos guerreros orientales de la Patria Vieja comenzaron su última batalla. Senaqué murió el 27 de julio de 1833, luego de cuatro días de agonía, el diagnóstico médico estableció fiebre de consumición originada por la desesperación, el aburrimiento y especialmente la nostalgia.
A fines de 1833 Vaimacá, el cacique, sigue la suerte de Senaqué. En setiembre de 1833 Guyunusa da a luz a una hija de Tacuabé. Todo hace suponer que el nacimiento de la hija llevó a los padres a aferrarse a la vida. Sin embargo la miseria, las privaciones y los malos tratos los acorralan. La madre ingresa enferma el 22 de julio de 1834 al hotel Dieu de Lyon, falleciendo a las pocas horas. La situación era escandalosa y frente a denuncias, la policía francesa se decide a intervenir cuando ya era demasiado tarde. En la ciudad de Lyon, Tacuabé logra huir con su hija dejando sin pistas a la policía.
Nada me extraña de los europeos y su falso cristianismo,España, la gran conquistadora, la del mensaje evangelizador...en fin, no me extraña la crueldad con los toros,y como ya te dije por ahi, es la antigua tactica romana "pan y circo".
Un buen texto compañero.

Que las hadas te acompañen.

Toda una denuncia hecha de forma tal,que parece una obra de arte.
Pero poesía, narración,o simple grito,el mensaje llega bien.