Doña Elsa Silva (Mi suegra) - anecdotario

La conocí una tarde que tenía la guardia baja, uno de esos días donde estás más distraído que de costumbre y la vida te enfrenta de repente con personas que sin darte cuenta, estarán por siempre a tu lado.
En honor a la verdad, debo confesar que fue el destino quien la atravesó en mi camino y que venía oculta junto con Don Juan en un combo cuando me puse de novio con Susana, mi actual mujer.

Doña Elsa Silva… más que silva… habla. ¡Madre mía! Que manera de darle a la sin hueso, (lengua) habla y pregunta tantas cosa a tal velocidad que tuve que aprender estrategias para poderme comunicar con ella sin volverme loco.
Me di cuenta, que contestándole la última pregunta se da por satisfecha. De manera tal, que puedo seguir leyendo el diario mientras ella pregunta como una locomotora fuera de control y cuando después de un rato, para, saco la cabeza del diario y le pregunto <¿Que me decía, Elsa? >

El que no hablaba era el pobre Don Juan, nunca supe hasta que falleció, si el viejo era mudo de nacimiento o había quedado frustrado por no poder meter más de dos palabras en una conversación.
Doña Elsa, es un personaje extraterrestre, puede recordar las fechas más increíbles sin el menor esfuerzo y decirte el precio del barril de petróleo en el momento que sé lo preguntes.
Tengo la desgracia que es buenísima. Si… no estoy loco, tengo la desgracia que es buenísima, porque si fuera una mala persona podría insultarla en silencio sin sentirme culpable.

Tiene la virtud de la imprudencia, del desatino y la incoherencia en cada frase y se hace muy difícil aguantarla, sin embargo a ella le debo tener asegurado mi viaje al reino de los cielos por haberla soportado toda mi vida.

Doña Elsa Silva (2ª parte)

Llegaba del trabajo, ese día sólo había trabajado una horas por la mañana y me decidía a estacional el auto cuando…

- ¡Hola Richard, que sorpresa encontrarte!

- ¡Dany! Tanto tiempo hermano. ¿que hacés por acá?

- Trabajando para variar. Che… vos estás igual, bajate del auto que te quiero dar un abrazo ¡carajo!

Nos dimos un apretado y largo abrazo.
Dany, es un amigo de toda la vida y hacia muchos años que no tenía noticias de él.
Como era pasado el medio día, le propuse almorzar juntos y ponernos al tanto de nuestras vidas.
Me dijo que le encantaría, que estaba pasando por un mal momento económico y no disponía de dinero.
Pesé en invitarlo, sin embargo como conozco que es un tipo orgulloso y no iba a permitir que pagara, le dije con ironía:

-Yo también ando mal de guita y esperaba que pagaras vos.
Mirá, la economía no va ha atentar contra nuestros estómagos y menos contra nuestro mágico encuentro, vamos a casa picamos algo y charlamos.

- no quiero molestar a tu familia, Richard.

- Ninguna molestia, sólo está mi suegra y para ella va ser un gusto recibirte, así que, ni una palabra más.

Llegamos hasta la puerta y antes de que pusiera la llave en la cerradura apareció Doña Elsa como una araña de la cueva.

-¡Ay! ¡Menos mal que viniste, no sabes lo que pasó! < dijo como si hubiera visto al mismo diablo. >

El corazón me dio un brinco pensé en Susana y en los chicos

- ¿Que paso? < le pregunté con desesperación >

- ¡Pasó, que terminó la Guerra del Golfo!

No sabía si matarla o besarla, me decidí por respirar hondo y presentarle a mi amigo.

- Elsa él es Dany un entrañable amigo, Dany ella es Elsa mi suegra.

Después de los saludos de rigor le pregunté

-¿Que tenemos para agasajar al amigo?, algo para picar mientras charlamos

- Empanada de carne

Lo miré a Dany preguntándole con los ojos.

- No hay problemas, para mi está perfecto estoy con un hambre de lobos < dijo Dany en tono de broma >

Pocos minutos después apareció Doña Elsa trayendo una empanadita en un plato y la dejó sobre la mesa justo en el medio de los dos.
Miramos la empanada con desconcierto, inmediatamente dije.

- Elsa, ¿puede por favor traernos más empanadas?

- No hay más < dijo despreocupada >

- ¿Pero Suegra, usted me dijo que había? < Dije reclamándole

- Si… había… una.


Doña Elsa silva (3ª Parte)


Doña Elsa, es una persona muy especial y como ya les he comentado antes, para mí es un extraterrestre, hay que practicar mucho para poder entender su manera de procesar las ideas. No siempre lo que piensa, tiene que ver con lo que dice o lo que siente o viceversa.
Vive con nosotros en la misma casa, pero en la planta alta, donde tiene un dormitorio cocina, baño, un pequeño living y una amplia terraza que comparte con el resto de la familia.
No es casualidad que Elsa tenga su propio espacio. Yo puse especial entusiasmo en comprar una casa de estas características, siempre en salvaguarda de mi salud mental y no tener la tentación de suicidarme en defensa propia.

Un medio día, estaba colgando algunas sabanas en la terraza cuando… sentí en mi espalda, su intensa mirada de araña a punto de saltar sobre mi indefensa humanidad.
Pasaron unos segundos y… Zasssss

-¡Hola Riky! ¿Estas tendiendo ropa?

-¡No! estoy haciéndoles señas a un avión con esta sabana.

-¡Que loco sos Riky!

-Hola Elsa ¿como anta, que estaba haciendo?

- Estaba comiendo una tortilla de papas cuando te escuche por aquí.

- ¡Una tortilla de papas! ¿Sabe Doña?, desde que falleció mi vieja no volví a comer una.

- Vení… pasa, te convido la mitad

Cuando entré y vi la tortilla, era para una persona, le agradecí la invitación diciéndole que ya había almorzado y que me tenía que ir a trabajar.
- ¿Si queres te hago una para que comas con Susana y los chicos esta noche?

- ¿Haría eso Doña?

- Por supuesto, para mi sos como un hijo y te quiero mucho.

- Bueno Elsa, le tomo la palabra, esta noche la esperamos.

Cuando nos encontramos con Susana al fin del día, le comenté la propuesta Elsa, que estuve de acuerdo y que esa noche estábamos liberados de cocinar.
Una hora más tarde, todos estábamos esperándola para cenar. Elsa llegó con una bandeja cubierta por una servilleta y dijo casi a los gritos:

- ¡Hola familia! ya esta lista la cena. ¡Los quiero mucho!

Los chicos dieron un salto y fuero corriendo a besar a la abuela, Susana lo hizo después de mí.
Puso la bandeja sobre la mesa y cuando la destapó nos quedamos mirándonos unos a otros absolutamente desconcertados.

La tortilla, era del tamaño de un CD embarazado

Después de un largo e interminable silencio Susana dijo:

- Pero Mamá, esta tortilla es muy pequeña para cinco personas

- ¿Y que queres nena? yo no tengo un sartén más grande.



Doña Elsa Silva (4º capítulo)

Después de muchos años de convivencia estoy apunto de recibirme de interprete especialista en comunicaciones con seres extraterrestres. Si no me creen lean lo que viene a continuación.

Un domingo por la tarde llaman a la puerta. Era mi amigo y compadre Miguel Musto, un uruguayo flaco, alto como de dos metros, de buen carácter y con un humor incomparable.
Después de una grata charla, Miguel me expresó el deseo de saludar a Doña Elsa. Ambos se tienen un gran afecto desde que Miguel llegó a la Argentina allá por los 80.

-¡Dale Miguelito, subí! la Vieja esta arriba y le dará mucho gusto verte.

Miguel subió y después de un rato volvió con cara de preocupación.

- Dime una cosa Ricardo ¿La vieja no esta bien verdad?

- Claro que está bien, mucho mejor que vos y yo, ¿por que me lo preguntas?

- Me preguntó si quería un café, le dije que si y me dijo que no me daba porque ella no toma.

De inmediato saque mi titulo de interprete en comunicaciones extraterrestres y le dije.
:
- No te preocupes, lo que te quiso decir es: Mirá Miguel, me gustaría ofrecerte un café, pero no tengo porque yo no puedo tomar debido a mi salud.

Bueno queridos compañeros esta es mi suegra, un ser adorable aunque insoportable.

"Suicidarme en defensa propia", eso es genialidad.

Dios te la conserve mucho tiempo
(por nuestro bien, claro).

Genial.
Doña Elsa, que gusto conocerla de esta forma.“La conocí una tarde que tenía la guardia baja, uno de esos días dondeestás más distraído que de costumbre y la vida te enfrenta de repente con personas que sin darte cuenta, estarán por siempre a tu lado…” mágico…lo del combo,es tan real.

“Tengo la desgracia que es buenísima. Si… no estoy loco, tengo la desgracia quees buenísima, porque si fuera una mala persona podría insultarla en silencio sin sentirme culpable” [claro, además de la culpa, cuando hay tanto afecto; las cosas que en alguien te parecerían defectos, en esa persona te parecen detalles únicos y adorables. Fijate (por darte un ejemplo): alguien es caradura y porfiado si no te cae bien; ah, pero si le tenés afecto; lo suyo, es determinación y constancia].
Me encanta el relato por el humor (que aunque raya lo sagaz e irónico, está contado con tanta frescura, calidez y humor sano que agrada leerlo y despierta una sonrisa. Dan ganas de conocer a Doña Elsa (un ser que describís como debe ser seguramente: muy querible)
Un abrazo.

Me la imagino a Doña Elsa, y la pucha se hace querer la doña...me imagino que es una fuente de inspiración ademas de dolores de cabeza.

Sabes Riky ja, lo bueno de personas como Doña Elsa, es que contagian su vitalidad, sip, esa es la magia de las doñas Elsas.

Un gusto conocerla,y harian buen yunta con candelaria ja.

Que las hadas los acompañen familia.